Capítulo 2: Amable a su manera.

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Todo le temblaba, tenía que apoyarse contra la pared y arrastrar sus pies para no caerse, los demás que estaban a su alrededor de chismosos murmuraban cosas sobre estar drogado o quizás su celo adelantado.

Pero la cuestión era peor que eso, sus males tenían nombre y apellido, Bakugou Katsuki, como se había presentado el alfa. ¿Quién hubiera imaginado que estar casi dos horas sentado al lado de ese hombre lo dejaría así? ¡Era una locura!

-¡Izu! ¿¡Pero qué te pasó!? -la beta castaña apareció y lo miró con los ojos bien abiertos, el pecoso apenas le pudo sonreír con los labios temblorosos-, ¡Oh por dios! ¿¡Al fin dejaste de ser virgen!?

-¿¡Qué!? ¡Ochako! -Izuku se hubiera reído si no fuera por la situación en la que se encontraban, su amiga de cabello castaño dijo eso en medio de los pasillos de la universidad, ya pronto vería el bullying por parte de los demás.

-¿¡Pero entonces por qué estás así!? -la beta dijo genuinamente interesada-, ¡Tienes que contarme todo con detalle!

Izuku miró su ansiedad y su lado chismoso en acción, sabía que no tenía escapatoria y lo mejor era decirle todo de una vez, al menos quería hacerlo en un lugar más tranquilo y con menos gente.
Estiró sus manos hacia ella para que lo mantuviera de pie, al parecer Ochako entendió el mensaje porque eso fue exactamente lo que hizo

O tal vez solo sea por sus ansias de un chisme fresco. Quien sabe.

Unos buenos treinta minutos después, Izuku bebía de su malteada como si su vida dependiera de ello mientras que Ochako comía una dona cubierta de chocolate, ella le miraba controlar su presión con el exceso de azúcar para que le pudiera contar las razón de su mal.

Cuando Izuku al fin terminó su bebida azucarada suspiró de satisfacción, lamió su labio superior para quitar su bigote dulce y robó una dona que tenía la beta al frente suyo, Ochako le dio un arañazo de gatito, pero era demasiado tarde para salvar su pan dulce.

-Ya deja de robarme y cuenta. -murmuró ella jalando su plato con donas para alejarlo de su alcance e Izuku le dio una mordida a la que robó.

-Verás, es algo raro de decir ya que fue una cosa extraña. -el pecoso contestó en voz baja y se inclinó sobre la mesa para hablar-. Estuve ayudando con matemáticas al enigma de intercambio -Izuku tapó la boca de Ochako sabiendo que ella iba a dejar salir un grito y formar un escalando-, baja la voz, estuve como dos horas con él sentado en una mesa, fue demasiada presión para mí.

-¡Oh, pobrecito! -cuando la castaña entendió lo que pasó no pudo no dar su pésame al Omega, sabía y entendía de sobra porque, Izuku era alguien bastante tímido y nervioso ante cualquier persona que no conoce.

Si fuera por el Omega, tomaría clases desde casa y se la pasaría en su habitación todo el día leyendo libros o algo parecido, la única razón por la cual no es así es porque la extrovertida de Ochako lo adoptó cuando estaban en el jardín de niños, ella siempre lo miraba y lo arrastraba con ella a todas partes sin dejarlo solo.

Eso fue bueno, ya que Izuku aprendió a ser más sociable con el tiempo, el más grande avance fue cuando incluyó a Shouto en su pequeño grupo en sus días de preparatoria, Shouto no era antisocial, solo una persona demasiado neutra, amante de la comida y algo simplona, Ochako estaba segura que incluso cambiaría a su propio padre por un plato se soba fría.

-¿Y, cómo es él? ¿Es gritón, te menospreció? ¿Usó su aroma para buscar tu sumisión a la hora de estudiar? -la beta se cruzó de brazos, podría ser una amante del chisme, pero no dejaría que un niño malcriado se pasará de listo con su mejor amigo.

-No, él es amable... -Izuku ladeó su cabeza al decir eso-, a su manera, tiene un lenguaje bastante grosero y no puede no decir una grosería en cada frase, pero prestó bastante atención, preguntó por cosas que no entendía e incluso me dijo algunos de sus métodos de estudio, a casi gritos, pero creo que esa es su forma de expresarse.

¡Enigma! (Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora