¡Me frustra ese hombre!

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Había sido cautivada por aquella sonrisa, me sentía algo extraña por verme envuelta con aquel hombre con el que había chocado nuestros autos, aunque fue culpa de él ¿Por qué él sonreí así? Si habíamos chocado, mire lo grave del asunto; baje del auto y el también, vaya que hombre tan alto, pero su sonrisa sin igual era lo más hermoso. Debía ser seria ya iba tarde a mi primer día de regreso a la Universidad.
-Lo siento, ha sido culpa mía- dijo él pasando su mano por su cuello
Que voz tan maravillosa, varonil, penetrante, llamativa y algo atractiva.
-Ha sido mi culpa también- por fin fui capaz de hablar
-Culpa de los dos, le dejare mi tarjeta de contacto, mandare arreglar su auto
-Pero- balbucee
-¡Claro! Lo olvide, he sido desatento, Sebastián Lee un placer- me extendió su mano- gerente de un concesionario de autos Audi, por si le interesa ¿Su nombre es?- dijo él interesadamente
-¡Sami!- dijo alguien a mi lado- ¿Estas bien?- dijo mi hermano- Tu auto, mis papás se van a enojar
-Ya lo sé- suspire
-Llamo a una grúa, tú llévate mi auto, ya vas tarde para la Universidad- mi hermano me entrego las llaves de su auto
-Yo fui el que ocasiono el accidente, mandare arreglar el auto de la Señorita y también le puedo proporcionar uno mientras arreglan el auto- el bello hombre se dirigió a mi hermano
-No tiene por qué darle un auto a mi hermana, como no es de despistada sé que ella ocasiono el accidente
-¡Thomas!- dije molesta
Vi aquel hombre quien se estaba riendo de mi reacción ¿Es muy gracioso que mi hermano me moleste?
-No es molestia, además fue mi culpa, cruce el semáforo en rojo
-Sami vete, vas tarde- dijo seriamente Thomas
Para ser mi hermano mayor tiene peor que el genio de mis papás.
No quería problemas con él, así que me fui en su auto y allí quedó toda esperanza de conocer a ese hombre.
Llegue tiempo a mi primera clase, estaba distraída pensando en aquel hombre, ¿Qué le diría el ñoño de mi hermano? El me cuida tanto desde aquel día que se culpa de mi casi muerte en el auto, pero eso ya no me interesa y el debería pensar igual.
-Sami- dijo mi amiga
-¿Qué pasa?
-La clase termino hace 10 minutos, que te tiene tan pensativa?- me miro misteriosamente
-Nada, solamente que estrelle mi auto- suspire
-¿Sami te paso algo?
-No, estoy bien, estoy feliz, vi al amor de mi vida- empecé a reírme
-¿Lindo?- ella me siguió el juego
-Con la mejor sonrisa que alguna vez vas a ver
-¡Ay! Sami- rio- Thomas- dijo encantada. A mi amiga le gustaba mi hermano
-Samanta, vamos hablar- dijo molesto
-No quiero- dije retándolo
-No estoy para tus juegos
-Sami ve con él, nos vemos mañana, adiós Thomas
-Ok- dijo secamente
-Después me sigues contando- dijo mi amiga y salió del salón
-No te acerques a ese tipo- me miró fijamente
-No es que quiera hacerlo, pero por simple curiosidad, ¿Por qué no debo?
-Es un mujeriego, dizque quiere darte un auto mientras reparan el tuyo
-¿Y eso que tiene de malo?
-¡TODO!- dijo enfadado
-Eres un hermano muy celoso- apreté sus mejillas- Vamos hacer un horario
-¿Para qué?
-Para que me recojas y me traigas a clase, porque bus no voy a coger con esa inseguridad, me da miedo
-¡Sami! No vamos a jugar a eso- refunfuño
-¿Jugar a qué?- sonreí
-¡Samanta!- me miró fijamente
-Te amo, llamaré a ese hombre, por mucho dos semanas tendré ese auto
-Te dije que no, toma tú mi auto y yo miro como hago
-Thomas! No seas así, vamos juntos y tú hablas con él, como la persona normal que no eres, además imagina si me da a conducir un Audi- sonreí
-Samanta, te dije que no, y no vamos hablar más de eso
-Está bien
Tire las llaves del auto de él encima del puesto, salí realmente furiosa del salón, no tenía más clase y tampoco auto, salí a la parada de autobuses, tampoco tenía dinero para tomar un taxi, me senté a esperar el autobús que me dejaba relativamente cerca a mi casa, habían pasado más de 15 minutos y ese bus no pasaba.
-Por eso sería bueno que aceptará el auto- dijo alguien a mi lado
-¿Ah? ¡Usted!- dije como si no me interesara
-¿Usted?- dijo con una sonrisa en su rostro- ¿Ya me olvido?
-¿Cómo hacerlo? Mi auto
-Ya lo mande al taller, mi auto está cerca, la llevo a donde vaya
-No tranquilo, espero el autobús
-¿Siempre es así de terca?
-Y no lo estoy siendo- reí
-No quiero ni imaginarla brava- dijo dulcemente
-Mejor nunca haga que me ponga en esa condición. ¿Me está siguiendo?
-Señorita Samanta yo no la sigo, yo la persigo- rio
-Usted es un acosador, voy a tomar un taxi, fue un placer no verlo- no tenía dinero para el taxi y eso me estaba preocupando
-Un nuevo auto le puedo dar por el momento- dijo algo intimidante
-El ñoño de mi hermano me dijo que no aceptara nada de usted
-Su hermano es muy protector, además se hace tarde y alguien más la puede perseguir que no sea yo- sonrió
-Usted es un acosador
-No señorita, no quiero tener un demanda por acosar a una mujer que la vi hace poco
-¡Mire mi auto bus!- señale con mi dedo índice
-No veo nada
-Yo tampoco- reí
-Que graciosa es usted- dijo con un aire de inconformidad
-No se imagina cuanto- sonreí- Pero es mejor que me vaya de una vez
-¿Por qué?
-Mi hermano puede llegar por acá y no le va a gustar verme con usted
-Es fácil solucionarlo
-¿Y cómo cree usted eso?
En aquel momento, ese hombre me miro con algo de simpatía y me regalo una sonrisa algo traviesa. No tenía ni la mínima idea de lo que él estaba pensando, de algo podía estar segura me encantaba la manera en la cual me sentía al lado de él.
-Voy a ser un poco atrevido
Cuando termino de hablar en contados segundos íbamos corriendo por toda la calle, el llevaba mi mano tomada fuertemente con la suya, no entendía porque corríamos, solo corríamos, el aire que llegaba a mi rostro con ese ligero aroma de la colonia de aquel hombre me encantaba, por alguna razón iba sonriendo y me gustaba sentirme así.
-Señor- por fin reaccione y empecé a gritarle
Corrimos por unas cuatro calles desde la parada del autobús, nos detuvimos, estaba cansada, retire mi mano de la suya y puse mis manos en mis rodillas, necesitaba aire.
-Usted es además de ser terca, graciosa y también es floja, la llevare a trotar todos los sábados- dijo en un tono gracioso
-¡Ah! Usted porque me hace correr de esa manera- dije aun sin recobrar el aire
-Mi auto esta parqueado acá, la llevo- dijo con un tono de victoria
-Está usted loco, me deja a una calle de mi casa, mi hermano además de ser un ñoño es histérico
-Que difícil ha sido que acepte- volvió a tomar mi mano
-¡Ah sí! Podría usted no tomarme de la mano, es algo extraño y molesto- zafe mi mano
-Para mí no lo es Señorita Samanta- volvió a tomar mi mano- No quiero que huya
-¿A dónde voy a ir?- mire su mano
-Vamos al auto, cuando se suba le soltare su bella mano
-Yo ni siquiera lo conozco y me pide que me suba a su auto y ahora toma mi mano, no cree que es normal que quiera huir de usted
-Es cierto, le dejaré conducir mi auto, así no va a desconfiar de mi cierto?
-¿Su auto? Mi hermano dice que no soy buena conductora, pero aceptare su oferta- sonreí
El me miró fijamente haciendo que me sintiera intimidada, agache mi cabeza para que no me viera con mis mejillas coloradas, me sentía muy avergonzada y no entiendo porque, él me dio las llaves de su auto y me llevo hasta allí tomada de la mano.
-Usted es terca, graciosa, floja y ahora tímida, se ve adorable con sus mejillas rojas
-Usted es muy modesto, no me vaya a culpar sino sale vivió después de que conduzca
Solté su mano y lo mire fijamente, estaba realmente enojada con un desconocido, camine hacía la puerta del conductor y no lo miraba aunque sabía que el sí lo estaba haciendo.
-Siga- el hombre abrió la puerta para mi
-Gracias- le hable secamente
-¿Está usted enojada?- sonrió tan perfectamente que no podía ni hablar- Señorita Samanta, está bien?- me seguía sonriendo
¿A caso es que él no sabe que su sonrisa puede cautivar a cualquier mujer? Estaba tratando de no sonreír, aunque sentía miles de sensaciones recorriendo mi cuerpo, él me sonrió esta vez sin mostrarme sus dientes, pero esa sonrisa me hizo sentirme peor de englobada que antes, ¿Por qué quería devolverle la sonrisa? Nos mirábamos fijamente, como si estuviéramos teniendo una batalla de miradas y ver quién era el ganador de esta, no podía resistir de a mucho, él estaba ganando con su simple mirada penetrante y su perfecta sonrisa en cada movimiento mío.
-Usted es terca, graciosa, tímida y luchadora- alzo su ceja izquierda
Me sonroje, por qué me sonrojo por culpa de él? Sentí mis piernas temblar y mis manos también, pero debía ser fuerte, le diría que me sonrojo por cosas sin sentido.
-¿Le gusta saber cómo soy?- por fin pude hablar
-Me gustaría saber porque usted es tan sencilla
-¿Sencilla?
-No se preocupa por lo que cualquier otra mujer haría, y tampoco acepta lo que otra mujer aceptaría
-¿Eso es un cumplido?
-No, no lo es, si algún día le diera un cumplido, empezaría diciendo su nombre
-Entiendo, voy a subir, podría quitar su brazo, gracias- por primera vez le hablaba tan seriamente
-Señorita Samanta, suba al auto- sonrió
-Gracias
Él cerro la puerta y camino rápidamente para subirse pero yo acelere el auto un poco dejando que no se subiera, me empecé a reír como el corría detrás del auto, pero siempre tan elegante, me reía como loca, se veía tan bien, detuve el auto, esta vez sí lo dejaría subir, eso tal vez le enseñe a no ser tan arrogante conmigo.
-¿Ahora si me va a dejar subir?- sonrió
¿Cómo es que aún sonreía? ¡Me frustra este hombre! Lo miraba fijamente, sentía esa necesidad nuevamente de sonreírle, le quite la mirada y puse mi mano en el asiento del lado dando palmaditas con eso él entendería que le dejaba subir a su auto.
Él se subió.
-Esto no se va a quedar así- dijo entre una burla él
-¿Hice algo mal?- lo mire fijamente, note que él ya me estaba mirando
-Usted no ha hecho nada, usted es un ángel puro- sonrió para intimidarme
-¿Le gusta hacerme sentir así?
-¿Así cómo? No he hecho nada- respondió sarcásticamente, su mirada me intimidaba un poco
-¿Le gustaría dejarme de mirar así?
-¿Le incomoda?
¿Por qué estaba siendo él así conmigo? Por qué no espere a mi hermano para irme con él en su auto. Sebastián estaba sacándome de cualquier lugar donde estuviera llena de paz, me hacía sentirme intimidada, siempre me hacía sentirme tan extraña mirándolo fijamente.
-Me incomoda que usted sea tan confianzudo conmigo
-Entonces hay dos opciones lo supera o se acostumbra
-¿Por qué?
-Tendrá que acostumbrarme a verme
-¿Y eso por qué?- dije exaltada

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2015 ⏰

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