CAPÍTULO 2 parte 2

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LIAM

La veo dirigirse al baño y entonces me dirijo al jardín, supongo que no querrá estar rodeada de tantos estudiantes después de lo ocurrido. Siento que tengo que cuidarla y es lo  que haré. Solo espero que me deje acercarme a ella.
La veo llegar y esta vez sin lentes, debo admitir que se ve incluso más hermosa que antes porque así rostro no está oculto, pero no lo menciono.

-Eh... Hola -me saluda sentándose debajo del árbol junto a mi.

-Supuse que no querías seguir en la cafetería y decidí esperarte aquí.

Asiente y la veo nerviosa, está inmersa en sus pensamientos y parece que duda si debería estar aquí o no.

-Deja de pensar tanto las cosas -Digo Riendo- Si no me interesara ser tu amigo, créeme que no estaría aquí.

Gira rápidamente la cabeza para mirarme, es tímida, pero no tanto.

-lo siento, es que jamás nadie se ha preocupado por mi queriendo ayudarme. Gracias Liam.

Cuando iba a contestar una voz femenina me interrumpió, voltee a ver quién era y se trataba de la Profesora de Orientación, venía con una sonrisa.

-Hola chicos -Nos saluda con una sonrisa.

-Hola - respondemos a la vez.

-¿Todo bien?

-Si - Contesté

Sin más se sentó en el Medio de ambos y comenzó a hablar.

-¿Saben? Cuando yo tenía su edad era muy insegura.

Anala se mostró sorprendida y comenzó a prestar atención muy atenta a sus palabras.

-Era tan penosa que cuando iba en el bus para la escuela me costaba levantar la voz para decir que esa era mi parada, no hablaba con nadie y nadie hablaba conmigo.

-No parece - comenta la chica a mi lado en voz baja.

La psicóloga le sonríe.

-Lo es y hubo algo que hizo que dejara la vergüenza.

-¿que fue eso? - cuestionó la chica junto a mi.

La expresión de la psicóloga cambió a una más triste.

-Tenia una hermana de ocho años, era mi mejor amiga, mi pequeña; un día íbamos caminando hacia nuestra casa, era de noche y yo estaba a cargo, salieron unos tipos de yo no sé dónde y abusaron de ella, me golpearon y trataron de hacerlo conmigo también, no podía gritar, no hablaba porque mi temor me lo impedía, no decía nada, solo lloraba en silencio cómo una estúpida por mi ansiedad, no decía nada, hasta que llegaron unas personas y nos sacaron de ahí, a los tipos los llevaron detenidos y a nosotras nos llevaron al médico, cuidaron nuestros golpes y yo me sentía muy pero muy culpable por lo que había pasado.

>>¿Y si hubiera gritado? Alguien me habría escuchado, sin embargo decidí que no me iba a enfrascar, mi hermanita siempre decía que mi luz y belleza sobrepasaba todo lo malo, cuando desperté en la camilla del hospital me dijeron que ella había fallecido por los golpes que le habían dado. Nunca me perdoné eso, creo que aún me duele, decidí estudiar psicología para ayudar a otros con sus trastornos y problemas, decidí comenzar a hablar porque estoy segura que eso hubiera querido ella.

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