Padre

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La persona que mas amo con todo mi ser es Seth, él es ese desierto rojo que me envuelve en sus cálidas arenas, se ha vuelto el dueño de mis pensamientos, día y noche mis suspiros sólo llevan su nombre que evoco en susurros anhelantes.

Está mal amarlo de una forma diferente porque es mi padre, pero es inevitable, yo lo amo y quiero que su amor sea sólo mío, no me importan las consecuencias, él debe amarme sólo a mí.

Cuando tenía nueve años sus padres se divorciaron, no le dolió para nada la separación, creyó era lo mejor, veía como su papá era el que más sufría de los dos.

Su madre no fue afectiva con él, por eso cuando se enteró que se fue de la casa no mostró una reacción negativa porque a quien más quiere es a su progenitor.

Él ha sido su amigo, compañero de travesuras desde que era pequeño, el que lo cuidaba y protegía, quien curaba sus heridas si se caía.

Velaba sus sueños, muchas veces llegó a tener pesadillas pero su padre siempre estaba ahí para calmarlo, sus cálidos abrazos lo reconfortaban, se quedaba a su lado hasta que volvía a dejarse llevar por el mundo onírico.

Por eso le prometió amarlo para siempre y nunca dejarlo.

Todo su amor se lo daría a Seth, él no le negaría tan sublime sentimiento, no sería como su madre.

Horus creía que él podía ocupar el lugar que Isis dejó, borrar la huella de un lecho vacío con su amor pero ¿Lo logrará?

Era dichoso de tener el amor de Seth sólo para él, conforme fue creciendo su mentalidad iba cambiando pero sus sentimientos nunca disminuyeron, al contrario iban en aumento, casi desbordando el cauce de su henchido corazón.

Seth.

Su amado Seth.

En su cumpleaños número quince su padre tuvo un gran detalle con él y su regalo fue un lindo halcón peregrino.

Era aún pequeño que cabía en la palma de su mano, su plumaje suave al contacto con la yema de sus dedos, pensó y pensó en un nombre bonito pero ninguno se le ocurría hasta que le llegó a su mente Falco.

El bebé consentido de Horus, su nuevo mejor amigo; ahora le tocaría cuidar de su halconcito así como su padre lo ha hecho hasta ahora con él.

Se sabía de memoria todos los rasgos de su padre pero algo le decía que mirara de nuevo hacía el horizonte, que descubriría el mejor de los hallazgos en ese hermoso desierto.

Se encontraban en el comedor desayunando y su mirada azul la enfocó en la persona que se encontraba frente a él.

Siempre lo ha observado, desde pequeño lo ha hecho, pero ahora con más calma y detenimiento lo hacía.

Es como si una venda cayera de sus ojos y ver de diferente manera al exótico espécimen masculino que tenía por progenitor y darse cuenta de lo mucho que había cambiado físicamente en los últimos años, antes tenía el cabello corto, con el paso del tiempo se lo fue dejando crecer hasta tenerlo largo y sedoso actualmente, los pendientes de oro le daban una personalidad única, rebelde e indomable a su carácter, el delineado de Kohl acentuaba más sus rasgos fuertes y decididos, sus labios de cereza lucían tentadores además de su cuerpo esbelto pero con musculatura marcada debido al ejercicio.

La forma elegante de su mano al tomar con un tenedor la fruta picada, su lento masticar, otro pedazo de fruta se lo llevaba a su boca, ésta vez un dátil que travieso dejó escapar su jugoso néctar por su comisura derecha, pero la larga lengua de Seth detuvo su dulce camino.

Prohibido [HorusxSeth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora