Día 1

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No quiero ver que te tratas así ni una vez más

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Los lunes no le parecían tan repugnantes como al resto. Era simplemente el comienzo de una nueva semana. Tampoco odiaba ir a clase, de verdad le agradaba escuchar música mientras iba de camino al colegio y el sol aún no brillaba en su totalidad. Llámalo positividad, pero para Souya eso eran pequeños placeres de la vida, y que a pesar de a veces ser reconocido como el gemelo malhumorado, él no quería que eso le definiera.

No le importaban mucho los prejuicios, ya que mientras sus amigos y su hermano supieran que él les quería y que estaba orgulloso de todas las cosas que lograban, le bastaba.

Aunque el mirar las cosas positivamente y ser no muy partitivo de mostrar sus emociones era prácticamente un mecanismo de defensa. Lo último que quería era tener a Smiley preocupado siempre que este le viera llorando por comentarios insignificantes, o cuando sus padres discutían alzando la voz a altas horas de la madrugada.

Pero no estaba solo. Rindou, uno de sus compañeros de clase, había sido de gran ayuda en los últimos años. Desde el momento en que empezó la secundaria, este no se había separado del lado de Souya. Al principio le incomodó ver que alguien nuevo se interesaba y preocupaba por él, solo podía pensar que la verdadera razón por la cual se arrimaba era para después reírse de él o abandonarlo cuando se aburriera de ello.

El chaval de cabellos rubios y mechas celestes iba cada mañana a casa de Souya y se encargaba de que este se vistiera adecuadamente para el colegio y de que desayunara algo que le diera energías para todo el día.

Por supuesto solo eran dos amigos muy cercanos, y Souya estaba muy agradecido por tener a Rindou a su lado.

Esa mañana, Rindou no vino a por él, aún siendo sábado Rindou solía pasarse por su casa. Revisó su móvil y al hacerlo se encontró varios mensajes y una llamada perdida, no eran de Rindou sino de su hermano mayor, Ran.

"Rindou cogió un resfriado, o puede que alguna gripe, me dijo que quería avisarte pero no puede ni moverse así que te aviso yo."

"No quiere admitirlo pero le haría ilusión que vinieses a verle un poco. No hace falta que le cuides, solo hazle compañía por un rato."

"Ya por último, ¿tu hermano está por casa? Si está avísale de que nuestra cita está cancelada por motivos obvios, es que no contesta mis llamadas."

Tras leer los mensajes, llamó a Ran y le dijo que cuidaría de Rindou hasta que él y Smiley volvieran de la cita. De todas formas le debía mucho a Rindou, y cuidar de él no era algo que hiciera forzado.

A eso de las 12 ya estaba en la puerta de la casa de los Haitani, se había retrasado algo porque fue a la farmacia a por unos medicamentos y a por varios aperetivos. Antes de que le diera tiempo a llamar al timbre, la puerta se abrió dejando ver al mayor de los Haitani. Este se encontraba al teléfono, seguramente hablando con el hermano del peliazul, y le indicó con una mano que subiera al piso de arriba.

Subió con cuidado las escaleras, la puerta de la habitación de Rindou estaba cerrada y dudó por unos segundos si entrar o quedarse afuera esperando a que alguna señal le indicara que podía entrar. Acabó entrando con extremo cuidado y en silencio por si el dueño de la habitación estaba durmiendo.

El silencio inundaba la habitación, sus ojos se fijaron especialmente en el bulto de mantas que había sobre la cama, en la cual seguro estaba acurrucado Rindou.
Acomodó las cosas que había traído sobre la silla del escritorio y seguido se sentó en un extremo de la cama. Su mano se dirigió a la manta que se encontraba a su lado y la levantó dejando al descubierto a un despeinado Rindou. Varios mechones rubios se encontraban pegados a la frente por el sudor que la fiebre seguro le había causado.

RinAngry Week 2022 // Ringry Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora