RinAngry Week 2022 // Ringry Week 2022

Día 3

De verdad que había intentado congeniar con él, pero no lo aguantaba.

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Todavía no podía creerse que fuera a tener una cita con el idiota de Rindou Haitani. La primera cita que tenía en toda su vida y tenía que ser con él.

¿Por qué le odiaba tanto?
Simplemente porque cada vez que creía que podían llevarse bien, este la fastidiaba con algún comentario maleducado y le sacaba de quicio cada vez que tenía oportunidad de hablarle, cosa que ocurría a menudo ya que sus hermanos se llevaban extrañamente bien.

De verdad que había intentado congeniar con él, pero no lo aguantaba.

Todo empezó por culpa de la semana deportiva; cada año a principios de curso cada clase participaba en unas competencias contra las otras clases, y la clase ganadora se llevaba una cena pagada en cualquier restaurante de la ciudad.

La cosa era que Souya no era el más indicado para hacer deporte. Es decir, sí que le gustaban algunos deportes como el atletismo o quizá el baloncesto, pero eso no significaba que todos los demás deportes fueran de su agrado.

Este año su curso competiría en natación, deporte que de verdad detestaba desde pequeño. Todavía se acuerda cuando Nahoya y él iban a clases de nado y lloraba desconsoladamente en cuanto se metía en el agua. Las cosas han cambiado un poco ya que ahora no llora cuando se mete en el agua, pero sí lo hace después cuando nadie le ve.

Había tenido muy mala suerte este año, y no podía dejar de pensar en lo conveniente que sería formar parte de otros cursos, los cuales competirían en baile, atletismo y otros deportes que no le disgustaban tanto.

Rindou lo habría tenido fácil de haber estado en su curso, siendo nadador casi a nivel nacional habría sido demasiado sencillo para él.

—¡Sou!

Souya se giró ante el grito que llamaba su nombre, para darse cuenta de que la persona que le buscaba no era otra que Rindou Haitani.

—¿Qué quieres? —Le miró con una de sus mejores caras de desprecio, cosa que le salió totalmente natural.

—Mmh... Veo que has empezado muy alegre el día. —Rindou presionó con su índice la arruga que se estaba formando en el entrecejo de Souya. 

—Rindou, dime qué quieres.

—Solo quería preguntarte a ver qué tal llevas las actividades de la semana... Tipo, a mi me da igual hacer atletismo que natación, ¿sabes? Me considero deportista y eso...

—¿Vienes a intentar hacerme sentir mal? —Souya tenía ambas cejas alzadas y una cara de muy pocos amigos.

—No, no, no... Solo quería saber si querías cambiarte de puesto conmigo en las actividades de la semana. —Rindou soltó eso y se quedó quieto en su sitio sin cambiar su expresión, algo nervioso.

—¿Qué?

—Claro está que si cambiamos deportes me deberás algo.

—¿Aun siendo tú quien me propone cambiar puestos? Además, ¿qué te hace pensar que no quiero hacer natación? —Cruzó sus brazos sobre su pecho y mantuvo una expresión de indiferencia reflejada en su cara.

—Smiley me dijo que odias nadar, y que cuando ibais a natación solías rellenar la piscina con lágrimas. —La expresión seria de Rindou cambió a una de burla y superioridad.

La cara de Souya empezó a tornarse a un color rojo, e inmediatamente se dio media vuelta dispuesto a salir de ahí y alejarse de Rindou lo máximo posible.
Pero antes de que pudiera seguir huyendo, Rindou corrió y se colocó frente a él bloqueando la salida.