Capitulo 3

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Observó los cristales rotos en el suelo aturdido, puedo sentir el agua escurriendo por mi mano, entonces la miro y me doy cuenta que no lo es:

- Estás sangrando Darcy!!

Mi compañera de trabajo tomó mi mano y la puso debajo del agua en el lavamanos creando una sensación de adormecimiento en la herida, no pudimos mientras esperábamos que la sangre dejara de salir:

- ¿Sucede algo?

Mi jefe se hacerca hacia nosotros quitándonos unos lentes para leer:

- Señor, unos clientes molestos hicieron que tirará la bandeja, Darcy se cortó al recogerlo

Su mirada paso por los vidrios rotos aún en el suelo para luego mirarme a mi, después de soltar un suspiro volvió a hablar:

- Bien, recoge los vidrios para evitar que alguien se resbale, yo me encargo de su herida

Ella asintió rápidamente para dedicarme una sonrisa y alejarse, mi herida ya no estaba sangrando:

- Ven a mi oficina

Diablos, realmente no fue mi culpa así que no debería hacer problema ¿No?

Lo sigo en silencio con mi mano hacia arriba, ahora puedo notar que es un poco profundo, cuando estuvimos frente a la oficina simplemente la abrió y me invitó a entrar:

- Déjame ver

Sostuvo mi muñeca con un movimiento un poco brusco como si simplemente no lo pudiera evitar, la descubrió un tiempo:

- Bien

Tomo una pequeña caja sacando una venda y desinfectante:

- Arderá un poco

Honestamente no se si lo estoy escuchando, e estado trabajando en tres trabajos y solo duermo de dos a tres horas, mi concentracion no es la mejor justo ahora:

- Bien

Cuando vuelvo a mirar mi mano está ya está vendada, estoy algo sorprendido:

- Gracias...

Cuando lo miro el hace lo mismo, sus ojos son profundos y pueden expresarse a traves de los cristales de sus lentes:

- Darcy necesitas descansar

Acomodo mi cabello un poco antes de volver a hablar:

- Estoy bien, necesito el dinero

- ¿Por qué no vendes simplemente el café?

No puedo evitar sonreír, es gracioso honestamente:

- Aunque lo hiciera no sería suficiente para pagar y que haría después para vivir??

El parece pensar un tiempo meditando mis palabras:

- Puedo prestarte

- No..

Supongo que el no esperaba que contestará tan rápido sin embargo se cómo es esto, conseguir una nueva deuda para salir de otra no atrae nada bueno, el suspiro pesadamente:

- Como sea, vete de aquí, no vas a trabajar bien con esa herida

Lo abandonó a lo suyo poniendo los lentes de nuevo en su escritorio mientras está impidiendo mirarme, ahora está de mal humor así que será mejor salir, mientras saco mi teléfono del casillero y acomodo mi uniforme noto que tengo diez llamadas perdidas, mi corazón se detiene al darme cuenta que son de Alexander:

- Mierda

Termino y salgo rápidamente, mi celular ni siquiera tiene carga, se que se va a molestar:

- Señor

Entre Tu Ayer Y Mi Hoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora