ENCUENTRO INESPERADO
Era 11 de abril a días para mi cumpleaños, pero yo me había propuesto comenzar a celebrar con días anticipados. Salí un momento a la tienda en horas de la tarde para ver si podía conseguir un vino que me gustara y así comenzar mi celebración de un año más que llegaría, aunque me lo tomara sola ya me da igual estoy acostumbrada, la cuestión era comenzar.
En aquel momento llevaba tiempo sin pareja y me había acostumbrado a la soledad, pero en esta ocasión me hice la idea de ver cómo podía pasar una de esas noches con alguien, aunque fuera por una noche, me lo propuse para celebrar ese año que estaba por cumplir, lo que no imagine que fuera justo ese día. Voy caminando por los pasillos de la tienda en el área de licores, y alcanzo a ver a un chico de color que está en la misma área, pero no tan cerca de mí.
Me gusto como se veía, su cuerpo bien formado, más alto que yo, lo que se veía me llamaba mucho la atención así que me acerque un poco e intercambiamos miradas y con esa mirada una sonrisa. fue tan hermoso, me gusto aún más al punto que me exito la forma en que me miraba, disimulé un poco, pero al parecer era inevitable tanto en el cómo en mí que siguiéramos conectados con esas miradas mescladas con un poco de picardía incluida.
Él se acerca un poco más y saluda ya de manera más personal, me extendió su mano y me dijo: buenas tardes joven señora, a lo que respondí: buenas tardes caballero, oh Dios, exclamé en mi interior al sentir sus manos tan tiernas, tan suave, y me hice un mundo en segundos de como seria sentirlas en otras partes de mí que no fuera solo mis manos.
Me dijo con voz tan sensual, me llaman MAX . Como los dos estábamos en la mismas buscando algo de tomar, pues me surgió la gran idea de pedirle un momento de su tiempo y compartir unos tragos explicándole el porque estaba buscando algo de tomar, y que si quería ser parte de mi plan anticipado de celebración. ya estaba oscureciendo y le dije que si no tenía problema podíamos ir a mi casa, invitación que fue correspondida y yo tan feliz como si llevara una presa al matadero. Aunque en realidad no era la intención de que pasara más que una conversación y de tomarnos el vino.
Llegamos a casa, cado uno con sus bebidas a mano, él con un vino Penfolds (Australia) y yo con un 19 Crímenes (Australia) cada cual eligió lo que deseaba y al parecer teníamos gustos muy parecidos.
Nos sentamos en la terraza y se inició una buena conversación, con una hermosa melodía de Blues romántico y sensual, se nos pasó el tiempo y en un momento el exclamo "Oh Dios ya es muy tarde" debo marcharme, te he invadido por mucho tiempo, le conteste: No tranquilo, es lo contrario tu compañía me ha hecho bien. Se paró frente a mí como si fuera a despedirse y yo igual me puse de pie esperando al menos un abrazo de despedida.
Se quedó mirándome fijamente como quien no sabe qué hacer o que decir y yo ahí un poco mareada ya por el efecto del vino también le miraba, sus ojos brillaban con ese color tan hermoso y se podía notar su piel un poco sudada como si algo de calor lo afectara, no creo que fuera por temperatura porque hacía mucha brisa y el clima estaba excelente.
No se aguantó más y me abrazo, me abrazo fuerte, entro sus dedos por mi pelo acariciando de abajo hacia arriba como si sostuviera mi cuello, pero de manera muy tierna. Ya las cosas se salían de control porque no creo que a ese nivel hubiera tal despedida.
Se acercó a mi cuello y me hacia sentir su respiración, eso me excitaba aún más, me daba besos suaves por todo mi cuello hasta llegar a mi boca besándome apasionadamente, es justo como si leyera mi mente y supiera exactamente como me gusta que me traten.
Le pregunté si era mucho pedir que se quedara a pasar la noche, y me dijo que ya era imposible huir de ese lugar porque yo lo había atrapado aun antes de acercarse a mí y ya el haberme abrazado y besado lo terminaba de atrapar y que estaba demás que le pidiera quedarse.
Que puedo perder a esas alturas y con muchas ganas acumuladas, nos fuimos en caricias, me desvistió y va recorriendo todo mi cuerpo con sus labios y sus manos tan suaves como algodón, sus dedos parecían de pianista que tocaba una melodía muy sensual y con mucha ternura, mientras que mis gemidos eran intensos, me temblaba todo el cuerpo, fue bajando por todo mi abdomen, ombligo, hasta llegar a mi entrepierna y me acariciaba toda y yo agarraba fuerte las sabanas y me estremecía de tanto placer.
como si no lo estuviera esperando sentí como su lengua acariciaba mi clítoris de una manera extraordinaria, nivel Dios y no cualquier Dios, era encantador, no pudo saber cuántas veces me provoco un orgasmos porque eran muy seguidos no me aguantaba a tanto placer se detuvo en mi vulva por un rato y yo pensaba, será que no se va a despegar?, entonces se detuvo y todo machote se posiciono encima de mí e hiso uso de su gran miembro viril y me penetro tan rico que aún mas irresistible era aquello que sentía, yo le pedía más y más, cada minuto era más intensa la noche y yo parecía no estar satisfecha en ningún momento.
No sé a qué hora sin darnos cuenta nos quedamos dormidos. Al llegar la mañana así todo silente, cuando pensaba que todo iva a estar tranquilo porque la noche fue intensa hasta mas no poder. Siento algo recorrer mis piernas de manera tan suave que apenas como un cosquilleo era la sensación que sentía. Y me preguntaba ¿Qué será ahora?
Eran una vez más esas manos divinas, sus dedos acariciándome, y todo mi cuerpo se estremecía otra vez, mi piel se erizaba, mis rodillas temblaban, era tanto lo que sentía que en instantes lo demás fue sentir como me humedecía toda.
No pensé que con todo lo que ya había vivido en casi toda una noche volvería a sentir algo más, pero seguí la corriente y solo le decía "por favor no te detengas" ya sabía lo que venía, una dosis más de placer y más que podía ser la última porque imagine que muy posible al terminar se iva a marcha, así que me puse a su disposición y abría mis piernas, así como sin casi ni darme cuenta, con cada toque que sentía.
sus caricias eran cada vez más y más intensas, mi cuerpo más se estremecía, mis ganas aumentaban y yo no me resistía. Pensaba nada más que disfrutar todo aquello que había conseguido en un momento en una tienda.
Comenzó a tocar mi cuerpo con sus labios que se sentían suaves como algodón humedecido, subía y bajaba por toda mi silueta, por mi cuello, espaldas y hasta mi entrepierna, a veces me asustaba, pero con voz más fuerte y un largo gemido le pedía una y otra vez "no te detengas" mi celebración inicio de la mejor manera y como ni yo lo esperaba.
CONTINUARA...