¿Dónde se esconde la perfección?

Asfixia.

¿Alguna vez has llegado a ese punto en el que no respiras? ¿Que sientes que te ahogas, te sientes miserable y todo ha perdido sentido para ti? Ese punto en el que te has cansado de aparentar sonrisas, de fingir que no pasa nada y que eres feliz.

Ese punto en el que sientes que las palabras que no has dicho, comienzan a hacerte un nudo en la garganta. El punto de asfixia, en el que te ahogas en tus problemas. En el que los "todo estará bien" pierden todo el sentido, por que aparentemente las cosas no mejoran, sólo empeoran con el paso del tiempo. Cuando quieres contárselo a alguien, pero no hay a quien contárselo. Además ¿cuál es el punto de contarle tus problemas a alguien si siempre dirán que todo va a estar bien?

¿Sabes una cosa? A la única persona a la que realmente le importan tus problemas es a ti.

Ya llegaste a ese punto del abismo, ese en el que comenzaste a caer.

Ese punto donde sabes que te estas perdiendo a ti mismo y que nunca te recuperarás.

¿Quieres averiguar si tiene fondo?

Puedes reír, pero ¡vamos! Ya no eres feliz.

La felicidad te abandonó hace tanto tiempo, que ya no recuerdas como era ella.

Cada vez eres más seco, más frío.

Todos dicen que estoy enferma.

Creen que quiero adelgazar para gustarle a los chicos, pero en realidad quiero adelgazar para gustarme a mi misma, para ser perfecta.

Hoy fue el peor día de este mes, y no por que debía ver a mi psicólogo, si no, por la frase que salió de su boca; "Vamos a llevarte a un sitio especial, allí mejorará todo, tú mejorarás"

¿En serio?

No quiero que pase, no quiero mejorar, no quiero ir a un centro de salud mental. Me acostumbré a la tristeza, me acostumbré a Mía, me encariñé con Ana.