ᴅɪᴇᴢ

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El Alfa mordió su labio inferior, sintiendo como el dulce aroma de su Omega se hacía cada vez más intenso

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El Alfa mordió su labio inferior, sintiendo como el dulce aroma de su Omega se hacía cada vez más intenso. Sus manos apretaron la cintura del pequeño e intentaron separarlo, tan solo consiguiendo que los movimientos pararan. Aquello no estaba bien, era demasiado pronto y el pelirosa se encontraba con los pensamientos nublados por el celo.

— A-alfa... — Aquel pequeño dulce jadeo le hizo salir de su trance.

Volviendo a apretar con cuidado la cintura del menor miró aquellos ojitos marrones, ligeramente nublados y mirándole de una forma demasiado suplicante.

— Jimin, bebé no podemos...

— P-por favor, n-necesito~... — su pequeña manito tomó una del mayor y la guió a su entrepierna húmeda y totalmente erecta.

YoonGi volvió a morder su labio inferior y acercó su rostro a la oreja del más bajo para hablar sobre la misma con un tono ronco, aquel que hacía humedecer la entrada de su Omega más y más.

— Después de esto te portarás bien — casi al instante recibió un pequeño asentimiento — Dilo, bebé. Dile a Alfa que te vas a portar bien y serás un buen chico.

— Voy... a ser b-bueno, Alfa.

— Bien — sus brazos se movieron acomodando el cuerpo del Omega sobre sus piernas y no su entrepierna, pensaba ayudarlo pero no ir demasiado lejos.

Con cuidado comenzó a dejar besitos húmedos, haciendo un camino desde su mejilla por su mandíbula hasta su cuello, succionando muy suavemente de vez en cuando, encantado al ver la piel ligeramente rojiza en ciertas zonas. Sintió las manos del Omega ir a su espalda y apretarse en su camiseta, suspirando de aquella forma tan linda en que solo él podía hacerlo

Le hizo apoyar su mejilla sobre su pecho después de haber "terminado" de atender su cuello. Mientras sus manos bajaban por su espalda para colarse debajo de la camiseta, tocando la fina y estrecha cintura y luego la atractiva curva que se formaba al comienzo de sus caderas. Lo sintió estremecerse ligeramente cuando sus manos bajaron con cuidado su ropa interior dejando al descubierto totalmente la parte inferior de su cuerpo. Amasó las nalgas del Omega, captando complacidos los jadeos que cada vez se hacían más y más sonoros, una dulce melodía a sus oídos de la cual se estaba haciendo adicto. 

En cuanto al Omega, sus manos se encontraban aún apretando la ropa del mayor, tratando de que los temblores de las mismas no se llegaran a notar tanto. Sus piernas lo suficientemente abiertas para darle acceso a sus zonas más íntimas y sensibles, necesitando atención allí, atención únicamente de su Alfa. Frotó su nariz contra el cuello del mayor cerrando sus ojos cuando un dedo curioso acarició alrededor de su húmeda entrada, siendo empapado rápidamente por el viscoso lubricante.

— Estás tan mojado — casi saboreó aquellas palabras, sintiéndose dichoso por poder tocar el cuerpo tan lindo del Omega, aún más sabiendo en el fondo que era él quién causaba tanta humedad en su entrada.

Aquel dedo índice se fue adentrando sintiéndose bastante bien recibido por el menor, su interior estaba demasiado dilatado ya, de forma casi natural. Después de todo, su Omega era quién se preparaba creyendo que el Alfa sería quién lo tomaría. Un lindo y adorable gemido fue escuchado por primera vez cuando aquel falange terminó de ingresar, moviéndose casi al instante. Poco a poco le fue follando con aquel dedo preparando la entrada para más adelante ingresar un segundo.

— U-uhm...— sus oídos siendo deleitados cada vez más con aquellos gemidos, sintió su cuello un poco húmedo y confirmó que eran las pocas y casis escasas lágrimas de placer que el Omega soltaba.

— ¿Se siente bien, bebé? — preguntó usando su voz profunda, sabiendo que aquello solo lograría aumentar el líbido de su menor, sus dedos hace apenas un momento habían comenzado a simular movimientos de tijera, rozando de vez en cuando su punto dulce sin querer llegar tan rápido a aquello.

Recibió un pequeño asentimiento y un lindo sollozo como respuesta. Aquello le sacó una sonrisa, en el fondo su Alfa sintiendo orgullo por lograr el lindo desastre que era el menor con tán solo dos de sus dedos. Dios, no quería imaginar siquiera cómo estaría cuando fuera su polla la que follara su interior, de tan solo pensarlo su cuerpo comenzaba a cosquillear y elevar su temperatura. Relamió sus labios y curvó sus dedos ligeramente, comenzando a palpar aquél punto que hizo lloriquear con más intensidad al Omega.

— ¡A-alfa! — pronto comenzó a frotar su entrepierna contra el abdomen del mayor, cerrando sus manitos con fuerza y sintiendo su interior contraerse alrededor de los dedos del mayor, su orgasmo cada vez más cerca.

Bastaron un par de embestidas más para que la camiseta del mayor fuera manchada con la esencia del pequeño Omega. El cuál se había corrido con un gemido un tanto más sonoro y agudo, sin siquiera haber estimulado su miembro directamente. YoonGi esperó a que el pequeño dejara de temblar para sacar sus dedos totalmente empapados del lubricante. Los llevó a su boca manteniendo la mirada en los ojos de su Omega cuando probó el sabor increíblemente dulce, casi demasiado parecido al aroma que había desprendido. El menor bajó su cabeza apenado y avergonzado, sintiendo sus mejillas arder en bochorno.

El Alfa sonrió y se levantó con el menor en brazos caminando hasta la habitación del baño para poder bañar y limpiar su cuerpo. Lo dejó sentado en la cerámica del mueble del lavamanos y besó su frentecita antes de separarse y comenzar a preparar la tina con el agua a una buena temperatura. Se aseguró dos veces antes de meter al menor en ella, tocando el agua con sus propias manos y antebrazos.

El Omega se dejó hacer en todo momento, hasta cuando el Alfa quitó su camiseta y lo metió en el agua. Soltó un ronroneo suave cuando la agradable temperatura del líquido cubrió casi todo su cuerpo. Sintió al mayor tomar en sus manos un poco del agua y dejarlo caer poco a poco en su cabello, humedeciéndolo para luego comenzar a lavarlo con el Shampoo que había allí. En cuanto a su cuerpo, YoonGi tuvo la delicadeza de no tocar demasiado , pidiéndole a él mismo que lavara sus partes íntimas para evitar activar nuevamente el celo del Omega. 

Al salir una gran toalla lo envolvió y unos brazos fuertes lo levantaron para llevarlo a la cama, donde el más alto se encargó de secar su piel y cabello. Lo vistió con un boxer, medias y un suéter color azul que tenía el aroma del Alfa. Al terminar el trabajo de limpiar y vestir la menor, Min suspiró y cambió su camiseta sucia por una de las tantas que tenía el Omega guardado en su armario. Tomó la ropa sucia y la llevó al cesto que había en el baño, asegurándose de secar la humedad que había quedado en el piso.

Cuando volvió a la habitación sonrió al ver a Jimin abrazado a una almohada ronroneando con sus mejillas un tanto rojitas y murmurando de forma dulce su propio nombre entre sueños. Aquel Omega tan dulce y tierno era el que había puesto su vida de cabeza, el que le había devuelto la dulzura y colores. El lindo Omega de cabello rosa y olor a algodón de azúcar.  

- Peach 

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- Peach 

PINK / YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora