ᴜɴᴏ (ᴘᴀʀᴛᴇ ɪɪ)

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— Joder, Jin - Gruño — Déjame dormir — Tiró de las sabanas

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— Joder, Jin - Gruño — Déjame dormir — Tiró de las sabanas.

— Yoongi se te está haciendo tarde. Es la última vez que te lo repito, si no estás abajo en diez minutos te las verás conmigo — Dijo el Beta mientras salía dando un portazo de la habitación del pelinegro. Pero poco duró, porque luego de apenas de unos segundos volvió a abrir la puerta — y te bañas mocoso, apestas —Ordenó para ahora sí irse. 

Jodido, era la única palabra con la que podía describir el primer día de clases. Ver nuevamente a sus compañeros, soportar los nuevos omegas que llegaban y se le declaraban descaradamente, y tener que aguantar a alguien hablar por dos malditas horas era realmente para joderse.

Estiró una mano y dio vuelta al teléfono manteniendo la mano apoyada en su mesita de noche. Sus ojos casi se salen de su cara, ya los veía salir disparados diciendo un "adiós Yoongi". 

— Mierda, que son las doce — Salto de la cama mientras se dirigía directamente al baño de su habitación. 

Se bañó en menos de 5 minutos, tiempo récord. Se vistió con una camiseta blanca, la cual nadie vería. Unos Jeans negros rasgados en la rodilla y uno de sus habituales chalecos negros. Tomó su mochila del escritorio y logró encontrar los libros regados por su habitación, los cuales puso en la mochila junto con unas pastillas neutralizadoras, su teléfono y audífonos, billetera y llaves.

Se observó en el espejo asegurándose de tener la ropa bien puesta. Una vez había llegado a la universidad con el chaleco al revés, había sido terriblemente vergonzoso. Tomó una de sus mascarillas negras y con la mochila en su otra mano, bajó las escaleras.

— Mierda..... Mierda..... Mierda — Se repetía en susurros mientras llegaba a la cocina.

— ¿Puedes dejar de putear al mundo y sentarte? Te tengo el desayuno listo — Dijo el Beta mientras revolvía algo en un sartén.

Caminó ahora hacia el comedor y se sentó en el puesto que tenía la comida ya servida. Comió rápidamente, se atragantó unas dos veces, pero eso era lo de menos. Cuando terminó fue al baño del primer piso y se cepilló los dientes. Caminó a la entrada y se puso sus fieles botas negras, se vio en el espejo antes de poner la mascarilla y abrir la puerta.

— ¡Gracias por el desayuno Jin, estaba exquisito! — Estaba a punto de salir hasta que la voz del Beta se lo impidió.

— Espera Yoongi, ¡¿Te has puesto neutralizador?! — Gracias a dios que le recordó.

Volvió a la cocina por un vaso de agua y se tomó una de las pastillas. Jin era uno de sus pocos amigos que sabía de los problemas que causaba su olor en la universidad, es decir, uno de los pocos que sabía lo mucho que le disgustaba el hecho de tener a todos los Omegas olfateándole. Al tener un aroma tan atractivo, como le decía Jin, los omegas se le acercaban demasiado y ni hablar de cuando estaban por entrar en celo. Yoongi no era un tipo con fobia social o algo parecido, pero él no era de creer mucho en el amor o cariño. Para él solo habría una sola persona, y cuando la encontrara sabría que sería la indicada.

PINK / YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora