𝑀𝑦 𝑟𝑒𝑎𝑠𝑜𝑛 𝑡𝑜 𝑙𝑖𝑣𝑒 ·𝙼𝚘𝚘𝚗𝚜𝚞𝚗·

𝑴𝒐𝒐𝒏𝒃𝒚𝒖𝒍

—Mami, mira, las señoritas que cantan en la tele son muy bonitas— Decía una pequeña Byul de siete años.

—Lo son, cielo, casi tanto como tú— Pronunció su madre viendo a la pequeña

—Y sus voces son como las de los ángeles, ¿O no, mami?

—Tienes razón, Byul, ellas cantan muy bonito.

—Y también bailan muy bonito, mami, ¿Puedo ser como ellas? ¿También puedo bailar y cantar así de bonito en la tele?— En ese momento su madre a su lado solo pudo sonreír por la ternura que sentía al ver a su hija con ese brillo en los ojos, así que se arrodilló frente a la niña sentada en el sillón y ahuecó su pequeña mejilla con su mano.

—Claro que puedes cariño, si te esfuerzas puedes hacer todo lo que tú corazón desee.

Ella despertó con los ojos empapados en lágrimas tras aquel recuerdo que encontró en sueños.

Moonbyul creció y vió morir a su madre, aquella mujer que siempre la apoyaba incondicionalmente con sus sueños y no pudo haber sido más doloroso para ella, sin embargo no dió el brazo a torcer y en el lecho de muerte de aquella mujer quedó la promesa de cumplir el sueño en el que ella tanto la apoyó y tras años de práctica dura y esfuerzo de ByulYi consiguió entrar al programa de traineeng de RBW, una empresa no muy conocida, pero a fin de cuentas, la empresa que le dió la oportunidad de realmente vivir.

Ella solía ser alguien bastante solitaria, por lo que en un principio no se relacionaba con nadie en la empresa, sus días solían irse entre entrenamientos, comida, clases y dormir, siempre la misma rutina monótona, jamás le importó simpatizar con la gente, creyéndose a si misma alguien que no era digna de una amistad, sintiéndose siempre al borde de un abismo al que otros la empujaban, alguien que definitivamente estaba hecha para no ser querida por nadie y que a final de cuántas la gente, los amigos más específicamente, no son para siempre y solo llegan a tu vida para hacerte daño, porque en después de que sus anteriores amigos se aprovecharán de ella solo pudo sentir que entre más personas dejara entrar a su vida más serían quienes tendrían el poder de lastimarla, más aquel propio pensamiento y forma de alejarse de otros con la que ella se sentía protegida la ayudaba y afectaba en partes iguales, pues al final del día nunca tuvo a nadie que la apoyara cuando sentía que ya no le quedaba nada; hasta que comenzó a hablar con Kristal y luego también conoció a Seulgi y se volvió cercana con ambas, entonces su mundo se sintió por fin en control.

A veces Moonbyul creía que estaba soñando, que muy pronto despertaría y volvería al momento aquel en el que tuvo que dejar ir a su difunta madre y que todo lo bueno que le había pasado no era más que parte de su imaginación; más cuando esto pasaba la textura bajo su tacto de la cubierta color negro del piano que solía tocar en la sala de prácticas le recordaba que no era un sueño y qué tal vez, y solo tal vez ella se lo merecía, que era correcto ser feliz después de todo aquello que había vivido antes de llegar hasta ahí.

Y a los 17 años Byul desertó de la escuela. Todo se había vuelto aún más complicado, con el pasar de los años su entrenamiento se hacía más pesado al igual que sus clases escolares y aún cuando ella realmente esperaba tener una carrera a la cual dedicarse después de que su vida de idol hubiera terminado, pero por más que se esforzaba la vida que llevaba la estaba matando internamente por lo que tomó la decisión de dejar sus estudios académicos y concentrarse totalmente en el entrenamiento. Dejar la escuela realmente aligeró su carga pero aún tenía que seguir con los difíciles entrenamientos que siguió tomando hasta la fecha, con la esperanza de algún día realizar ese sueño que por tanto tiempo había perseguido, pensando en que quizás si lo lograba aquel orgullo que siempre esperó generarle a su madre aparecería, dónde quiera que la mujer estuviera, porque para Byul siempre quedaba el pensamiento en mente de que ella jamás se iría de su lado.

Entre sus peores decisiones siempre estuvo decirle a su único hermano que era lesbiana, pues tras la noticia el se alejó y tras la perdida que aquella única persona que tenía como familia sue vida sintió derrumbarse, jamás imaginó que una persona pudiera sentirse tan vacía al punto de no creerse más que un estuche vacío donde, se supone, debía haber una persona. No más que un malgasto de una vida que alguien más hubiera podido cuidar mejor y pasar de sentir una ligera esperanza de ser alguien a creer firmemente que no merecía ni su vida misma, más en aquel momento de angustia, por primera vez en su vida, no se sintió completamente sola, porque tenía amigas, y Seulgi jamás dejó de estar ni un segundo lejos de ella cuando la necesitó, siendo la chica su apoyo incondicional, haciendo a Moonbyul sentirse fuerte y real.

Sería la peor de las mentiras decir que no se enamoró de la chica en aquel entonces, pues con tan poca esperanza ante la vida y la chica siempre devolviéndole un suspiro terminó idealizandola de una forma inimaginable, dejando a esta en el más bello trono que pudieran darle, más con el tiempo de dió cuenta de que ella era simplemente la mejor persona que conocía, pero eso no la convertía en una diosa que todo lo puede y que por ella todo lo daría, bajando la poco a poco de el enorme pedestal en el que la tenía para dejarla simplemente como la mejor amiga a la que quería con el alma y que tanto la había ayudado, permitiéndose a si misma liberarse de cualquier amor que en realidad no era más que una muy profunda admiración a aquella chica que tenía por compañera de habitación.

Por esa admiración a su amiga se prometió seguir adelante con su vida y convertirse en la persona que siempre quiso ser y por supuesto, jamás dejar de soñar.

Se que es un capítulo bastante corto para el tiempo que tardé en escribirlo, pero la verdad no he estado muy bien, aunque intento mejorar y porsupuesto volver aquí de a poco