𝑇𝑒𝑟𝑟𝑎𝑧𝑎

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Finalmente había terminado la jornada de entrenamiento de Moonbyul, así que hizo lo que siempre hacía cuando se liberaba de las prácticas

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Finalmente había terminado la jornada de entrenamiento de Moonbyul, así que hizo lo que siempre hacía cuando se liberaba de las prácticas. Se acercó a la máquina expendedora y sacó de ésta un café enlatado para luego tomar su suéter y subir a la terraza del edificio.

Moonbyul solía hacer eso, al principio solo lo hacía cuando se sentía mal, luego empezó a hacerlo cuando estaba emocionada y terminó haciéndolo a diario con el motivo de “desestresarse” y para ser honestos le era bastante útil, pues desde que empezó a hacerlo no recordaba no poder dormir por las noches pensando en que no lograba aprenderse una coreografía o que algún paso de alguna de estas no le saliera, por no llegar a alguna nota en su clase de canto o simplemente no sentirse suficiente como para estar en la empresa en que se encontraba, y es que un puesto ahí no era cualquier cosa.

La terraza era su lugar, ahí podía hacer lo que quisiera y nadie la juzgaría, principalmente porque nadie aparte de élla solía ir ahí y eso hacía que para Moonbyul el lugar fuera aún más especial, pues sabiendo esto aquella terraza se sentía totalmente suya y de paso le daba la seguridad de que nadie la molestaría si estaba enojada, nadie la encontraría si quería estar sola, si quería cantar algo sin ningún sentido o practicar su “freestyle”, nadie la criticaría y, por el contrario, podría concentrarse mejor, después de todo por eso aquella terraza era su lugar, solo suyo.

O al menos lo era, ya que mientras tomaba uno de los últimos sorbos de su café escuchó el sonido de suaves pasos acercarse a la entrada de la terraza. Pero ¿Quién podría ser? Si era obvio que la pelirroja era la única que iba a ese lugar desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el hecho de que ella subía a la terraza todos los días era un secreto y Byul prefería mantenerlo así, ya que si alguien sabía que él estaba ahí había la posibilidad de que alguien la molestara cuando quisiera estar sola, o se equivocara en algo. Entonces se sintió una egoísta por no querer que nadie entrara a su lugar y la viera.

Con todo esto en mente supo que su mejor opción era esconderse para que la persona que estaba a punto de irrumpir en la terraza no notara su presencia; por lo que se metió en un pequeño rincón que había entre la entrada y la barda de la terraza donde estaba segura de que no lo vería y se quedó ahí en el pequeño escondite improvisado intentando ver cuando aquella persona entrara para así saber quién era el dueño de aquellas pisadas que escuchaba cada vez más cerca y, según ella, quería quitarle su lugar. Pero todos estos pensamientos se esfumaron al ver cruzar por la puerta que daba paso a las escaleras a Yongsun, aquella chica que apenas esa mañana había ingresado a la escuela, aquella que se había quedado grabada en su mente en tan solo cuestión de segundos, la perfecta bailarina risueña que a simple vista parecía tan fuerte, pero la verdad era que no era tan desinteresada ante lo malo como demostraba, Moonbyul ahora lo sabía ¿Y cómo lo supo?, era algo realmente fácil de adivinar al ver las lágrimas que en ese momento cruzaban por su rostro. ¿Quién podría imaginar que aquella hermosa sonrisa que la chica portaba tan resplandeciente en la mañana era tan frágil como el ala de una mariposa? Que cuando es tocada demasiado tiende a desvanecerse. Porque en definitiva era algo que Moon no esperaba, ella jamás imaginó que vería a aquella hermosa chica desvanecerse de ese modo. Y a pesar de lo mucho que le doliera verla así decidió que lo mejor era quedarse escondida donde estaba y no entrometerse, ya que la castaña podría enojarse con ella o quizá la chica simplemente quisiera estar sola, tal como ella la mayoría de veces que subía, además, era de esperarse que al principio se le complicara estar en esa empresa; en realidad, a todos les era difícil al comienzo, ver a los demás trainees con más experiencia seguir el ritmo marcado por los profesores y hacerlo parecer fácil mientras que tú no tienes idea de que es lo que tienes que hacer o si lo vas a lograr en algún momento, que los maestros te sigan imponiendo un gran nivel de exigencia sin importarles si te quedas estancado.

𝑀𝑦 𝑟𝑒𝑎𝑠𝑜𝑛 𝑡𝑜 𝑙𝑖𝑣𝑒  ·𝙼𝚘𝚘𝚗𝚜𝚞𝚗·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora