—¿Ves ese hombre de ahí?
Kakucho asintió.
—Le robé un órgano y todavía sigue vivo.
—¿Qué?
Rindou había alcanzado a escuchar.
—No debí decirle que me robó el corazón.

(・∀・)
—¿Ves ese hombre de ahí?
Kakucho asintió.
—Le robé un órgano y todavía sigue vivo.
—¿Qué?
Rindou había alcanzado a escuchar.
—No debí decirle que me robó el corazón.