Meine Todsünde

11

Han pasado 10 horas desde lo ocurrido y leitch no había salido, phillp estaba preocupado ya que no sabía de que era capaz de lastimarlo o hacer otra cosa.

                                🩸🩸🩸

«Era hora de enfrentar a leitch» se dijo para si mismo, con mucho temor camino hacia la habitación, y con miedo golpeó la puerta.

Al no escuchar ninguna voz entro el sabía que lo que están haciendo estaba mal ya que está entrando directamente a la guarida del lobo.

Todo están oscuro, acompañado a un terrible frió que calaba hasta los huesos, lo busco con la mirada pero no lo encontro por ningún lado.

Hasta que escucho un ruido proveniente de una esquina... y lo miró sentado en el sillón de cuero, de la esquina con esa sonrisa, su única especial sonrisa, esa sonrisa sinica, mientras sostenía un vaso de whisky con su mano derecha, eso se causo algo de escalofrío pero a la ves de exitacion.

Esa maldita sonrisa... Que lo derritia con tan solo sonreír y lo hacia ponerse a sus pies cómo si estuviera hechizado.

-veo que tienes valor al entrar aquí- dijo viendolo para luego ver su whisky

-tenemos que hablar- apretó sus puños para ocultar su miedo

- hací y de que, yo que recuerdo no tenemos nada de que hablar- dijo levantándose de su asiento

-sí tu y yo tenemos que hablar, sobre lo que escuchaste-

Phillp vio con leitch se para de su asiento y en una abrir y cerrar de ojos ya lo tenía enfrente, lo vio detenidamente, sus ojos ya no eran de ese tono azul que lo enamoró, sino que eran blancos todo blanco y detras de la espalda de leitch, vio como le salían unas enormes alas negras.

-escucheme bien, no quiero que te acerques a mis asuntos tú no eres nadie para mí, no tienes derecho a meterte en mi vida, está claro- dijo oliendo el cuello de phillp

-sí - dijo en un susurró pero audible para los oídos de leitch

Vió como se alejó de él para salir volando por la ventana con sus enormes alas negras, le habían contado muchas historias de vampiros, pero ninguna en dónde el vampiro tuviera alas y eso le pareció muy extraño.

Se quedó viendo la ventana, hasta que el frío de hizo más insoportable, salió de la habitación para ir y sentrase enfrente de la chimenea.

                               🩸🩸🩸

Espero, espero y espero...

Hasta que las horas y la noche le parecieron largas, leitch aún no regresaba a la casa y eso le preocupa a Phillp temía que algo le pasará.

Se quedó mirando el fuego pensado en él, hasta que el sueño lo vencio y terminó durmiendo en los brazos del Morfeo.