6

3 1 0
                                    

Eran las ocho y treinta de la noche Phillip había llegado a Dublín Hace 10 horas pero su viaje todavía faltaba, había bajado del caballo para descansar y preguntar sobre si alguien había visto a leitch, pero nadie lo había visto, solo un anciano quien le dijo dónde lo había visto y para donde se dirigía.

Pero si sus cálculos no le fallaban estaría en enniskerry a dos horas si marchaba bien y ese mismo día estaría en enniskerry, buscando a leitch.

Durante su viaje el ingenuo de  Holland disfruto de los paisajes de la insólita belleza, nunca antes había recorrido aquellas tierras; para él le parecían muy lejanas. Observó con emoción cada uno de los grupos de personas que encontraron a lo largo del camino, algunos vestían extrañas prendas, otros utilizaban vistosos y coloridos atuendos.

Habían pasado, al menos, una hora desde su partida y ya se había echo de noche cuando se detuvo para apreciar más el hermoso paisaje de noche que le ofrecía.

Una vez que si reloj marco las diez y media, 3l irlandés volvió a montar al caballo para reanudar el viaje un poco oscuro el camino, pero no le importo ya que lo había pasado muy bien en aquel lugar.

El irlandés perdió la noción al caerse del caballo por culpa de la tierra moja, su cabeza pegó contra una piedra y el rosario de plata que le había dado su padre se había roto, perdiendose en el lodo.

                                 🩸🩸🩸

Leitch iba caminando por el lodo, hace unas horas había encontrado un lugar donde pasaría por algunos años, para que se calmara toda esa situación y poder regresar a calirfogd, era eso o irse de Irlanda para siempre. Aunque esa opción no le gustaba ya que, el ha ia nacido hay y era su casa.

A lo lejos pudo ver cómo alguien se caí del caballo sin más camino hasta el sujeto, al llegar pudo ver que era le mismo sujeto que vio afuera del templo y no dudo en ayudarlo, se lo llevó cargando hasta su casa, solo a él ya que su caballo fue inútil ya que este se había ido corriendo.

Al llegar a la casa lo sigo cargando hasta su habitación dónde lo dejó, para dirigirse al baño y agarrar una tela junto en recipiente con agua.

Volvió a ir con el, para quitarle los rastros de lodo y sangre que estos estaban mescladoz, mientras los empezaba a quitar cuidadosamente vio su rostro por primera vez, este momento lo había deseado desde que lo vio a las afueras del templo, pero obvio que lo queria ver de otra manera en dónde el estuviera despierto.

                                🩸🩸🩸

Las horas pasaron y el joven Phillip había despertado con un terrible dolor de cabeza, este mismo se sorprendió al ver que estaba en una muy cómoda cama, todo le parecía extraño, tenia tantas preguntas,¿Quien lo había traído a ese lugar? ¿Dónde estaba?.

Todas esas preguntas fueron interrumpidas por unos pasos, que se acercaban hasta el lugar donde estaba Phillip, hasta que vio una sombra.

-¿Qu-quien eres?- preguntó con voz temblorosa, mientras veía como se acercaba

-tranquilo Phillip, no pienso hacerte nada- dijo una vez que estaba enfrente a él, extendió su pálida mano.

-¿Co-cómo sabe mi nombre?- indagó aterrado

-Conde leitch para todos, Oscar para usted- tomo la mano del pelinegro para besarla con suavidad.

El noble Phillip bajo apenado su cabeza, en ese momento Phillip entendió con quien estaba, su estado aterrado volvió a aparecer y eso lo noto leitch pero el no sabia por qué estaba temblando, el pensó que era por el frío que había, Phillip sintió una sensación rarísima de escalofrío y sólledad que se apoderó de él.

-Es una fría noche, querido- el hombre se  quitó su sacó de color negro y la extendio en sus hombros del noble, y fue allí donde pudo apreciar su rostro. Era hermoso

Su era perfecta cara, sus ojos claros y brillantes de tono azul, de carnosos y rojizos labios, su cuerpo... El conde leitch era simplemente divino ante la vista de Phillip Holland.

El muchacho, aunque encantado con la compañía que tenía, aún sentía un poco de miedo, el mismo temor desapareció una vez  que lo vio sonreír, éste le volvió a extender la mano para que tomara una ducha, Phillip la aceptó y pensó que está llendo a lo desconocido.

Meine TodsündeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora