Meine Todsünde

14

La gente del pueblo seguían viendo a personas muertas ya sea a medio camino, a las afueras de Dublín o estaban desaparecidas.

Eso hacían que la gente empezará a sospechar de los nuevos habitantes, phillp temía por la vida de los dos pero más de leitch ya que a pesar de todo lo que vivieron ya se han sus peleas, el aún lo quería.

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Phillp había salido de la casa para traer algo que comer, ya devuelta a la casa se topo con algo tan desagradable.

A lo lejos vio como recataban un cuerpo en estado de putrefacción, algo que le dió tanto Ascó, pero al ver quién era se asustó, era Archie el alcalde de calirfogd.

Su cara estaba pálida, se fue corriendo no le importaba si se caían las cosas lo importante era llegar a la casa.

-hey que tienes phillp, parece que viste un fantasma- dijo riendo

-tú... Que hiciste con el alcalde de calirfogd- dijo mirándolo con miedo mucho miedo

-de que hablas-

-sabes bien de que hablo, no finjas- se acerco a leitch

-nada- dirigió su mirada hacia el periódico

-que casualidad que el alcalde ya no se presentará-

-escucheme phillp, puede ser que el simplemente se haya marchado y ya- dijo sin prestarle la mínima atención a phillp, esto claramente molesto al más joven

Dió un fuerte golpe en el respaldo del sillón

-ya me harté, leitch... Deje que siguieras matando a personas solo para que no te mueras, no te mate por qué te amo... Pero matar a una persona con familia... Es lo peor que has echo- dijo intentando contener la lágrimas que querían salir.

-y porque no lo hiciste, si tanto dolor te causo, ya...- se levantó del sillón y se dirigió a la cocina- mátame ahorita, aquí para acabar con todo esto- leitch le dió un cuchillo a phillp

Este lo tiró si le causaba tanto daño, pero aún a si lo seguia amando, pesr de todo el daño.

-lo sabía no eres capaz- se empezó a reír

Phillp se fue a su habitación dejándolo sólo, tenía que salir de ese infierno que el mismo entro.

Y por primera vez en su vida, era creyente en Dios.

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Agarró una que otra prenda ya que no quería que su maleta estuviera pesada.

Al acabar de empacar, salió con mucho cuidado de no hacer ningún ruido, pasando por la sala, ya solo faltaba algunos metros y estaría libre.

La abrió con mucho cuidado, ya estado a fuera el aire le dio en la cara, se sentía libre, sentía que la adrenalina recorria todo si cuerpo. Se sentó como un niño cuando hacen una travesura, peor no era el momento para apreciar su libertad, era hora de salir de ese lugar.

En el camino iba pensando en dónde podría quedarse, talvez vaya de vuelta a Calirfogd y vuelva con su padre, phillp aún lo extrañaba.

Mientras pensaba en una padre etodos lo recuerdos que pasó con el vinieron a su mente, cuando le enseño a pescar, la primera vez que su padre le compro un juguete y el recuerdo más doloroso que tuvieron que pasar, la muerte de su madre, ese día no vio a su padre en todo el día sólo el día día del funeral... Tampoco lo vio en 3 días, cuando eso paso estuvo viviendo en la casa de sus abuelos, hasta que le finalmente apareció.

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Leitch se sentía culpable por phillp, pensaba que Holland lo perdonaría pero no fue así ya que no entro a su cuarto, era hora de que el lo perdonará.

Al entrar a su cuarto se llevó la sorpresa de que no estaba por ningún lado, salió de la casa enojado y camino por las calles frías de Dublín.

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Phillp se encontraba descansando en una banca, después de hacer caminando tanto le empezaron a doler los pies.

Su vista se dirigió a la oscuridad dónde puedo observar una figura que de acercaba rápidamente a él.

-que haces aquí?- preguntó molesto

Phillp no contestó, sólo se limitó a ignorarlo.

-bien, como no me quieres repsonder por la buenas va hacer por las malas- dicho esto se lo llevó cargando en su hombro y con al otra mano la maleta, el más joven solo se iba quejando y golpeando a leitch pero era inútil.

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-no me quisiste hacer caso, hací que te vas a quedar encerrado en el cuarto solo tendrás derecho a salir pero cuando sea hora de comer- dijo leitch para salir del cuarto y dejarlo encerrado con llave

Holland solo golpeaba la puerta y gritaba lo más que podía, peor era inútil.