Capítulo 4. Déjame Entrar

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Amo a estos dos. Son geniales.

Disculpas por la demora, espero que sea de su agrado.

Gracias por sus votos y comentarios. Eso me motiva a seguir escribiendo. Besos y abrazos.

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"El amor expulsa el miedo; pero, por el contrario, el miedo evade al amor". Aldous Huxley.
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Peter abrió los ojos lentamente, con una sonrisa boba tallada en el rostro y estirándose como gato estudió su alrededor, rememorando la noche anterior y sonrió aún más. Todo su cuerpo dolía, pero eso importaba poco, fue maravilloso lo exigente y delicioso que resultó estar entre los brazos de su alfa. Tanteó su costado izquierdo y la decepción le embargó al darse cuenta que estaba solo, esperaba despertarse al lado de Bucky, llenarlo de besos y mimos.

Buscó en la habitación a James, pero no había rastro, pensó que tal vez estaba esperándolo para tomar los alimentos, así que con toda dificultad y pesar se irguió.

La brisa mañanera le provocó escalofríos y asió más la bata de baño contra su cuerpo. El amanecer en el horizonte parecía un retrato antiguo, era tan hermoso como el sol bañaba las aguas de oro y tornasol.

Peter Parker se sentía dichoso, se llevó una mano al cuello corroborando que no fue un sueño, su alfa le había dado la marca. Solían decir que a veces se tomaban su tiempo para que eso sucediera, que los alfas eran cautelosos con la decisión ¿quería decir que si no le llevó mucho le quería en verdad a su lado? La sola idea le produjo un calorcito en el pecho y un nudo en la garganta, no de tristeza, estaba sumamente feliz.

Al llegar a la mesita del desayunador, se percató que sólo estaba su merienda ¿acaso los recién casados no hacían todo juntos en la luna de miel? Pensó. Abofeteó mentalmente ese argumento, justificando que su alfa seguro se levantó demasiado hambriento como para esperar.

Se sentó un largo rato a que su ahora marido apareciera. Pero no fue así, la tristeza comenzó a embargarlo cuando llegó el medio día, esta vez el nudo en su garganta no era de llanto feliz, todo lo contrario. No había rastro del ex Sargento. Al entrar al cuarto de baño, encontró una pequeña cajita pegada con cinta adhesiva en el espejo, y cuando pensó que nada podía ir a peor, leyó una nota que la envolvía:

"Toma las pastillas anticonceptivas"

Fue como si le dieran un puñetazo en el estómago. El aire le faltaba y un nudo estranguló su garganta ¿Qué significaba eso? Empuñó la cajita y entró a la regadera hiperventilando. Se sentía rechazado, humillado.. devastado.

Y lloró, ¿acaso era tan poca cosa? Se suponía que estaría junto a él después de la marca, además ¿Por qué le dejó estas malditas medicinas? ¿No quería tener familia con él?

Dos pequeñas pastillas cayeron de sus manos, viajando con el agua hasta la coladera. Cerró el grifo de la regadera y abrió la llave de la tina. Peter se quedó abrazándose a su mismo largo rato, aliviando su pena.

Y así pasaron las horas, sin comer, sin beber nada.. hasta que la noche cayó.

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James nunca le temió a nada. Desde niño comprendió que debía ser valiente, fuerte y decisivo. Así fue siempre. Y durante el tiempo que el soldado del invierno se mantuvo con él, aún más. Pero ahora, ahí estaba, presa de una nueva emoción que detestaba reconocer:

El miedo.

Le fue imposible contenerse y esperar para marcar a su omega, la norma era que debían pasar tiempo juntos y conocerse mejor antes de ceder al vínculo. Pero él, todo cabezota no se contuvo, y es que era lo correcto, se sentía como si lo fuera. No hubo dudas en sus instintos ni en su corazón y eso le tenía aterrado. Era demasiado bueno para ser verdad, Peter era demasiado bueno para ser REAL.

Sweet Creature [WinterSpider] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora