𝑃𝑎𝑠𝑡𝑒𝑙𝑖𝑡𝑜. [𝑳𝒖𝒐𝒁𝒉𝒂𝒏]

𝑃𝑎𝑠𝑡𝑒𝑙𝑖𝑡𝑜.

•Nota: Hola, suelo escribir cosas muy aleatorias y sencillas, pero siempre me gusta postear aquí, aunque sea corto xd pido disculpas uwu~

"Wangji, ¿qué piensas de este?" Mostró el pastelito hecho.

"Hermosos." Elogió haciendo sonreír a Binghe.

Estaban en la cocina, Binghe quería probar una nueva receta de pasteles y Wangji estaba a un lado observando a su esposo y ayudándolo al mismo tiempo.

"Gracias. Ahora prueba el sabor..." Colocó un pastel junto a la boca del otro, esperando que abriera los labios para probar la comida.

Wangji abrió la boca mordiendo un trozo, era suave y sabroso, dulce en la medida correcta, masticando lentamente, sintiéndose pronto en el cielo. Definitivamente todo lo hecho por las manos de Luo Binghe quedaba divino.

Mientras lo saboreaba, Binghe esperaba ansiosamente su opinión.

"Entonces, amor? ¿Bueno o malo?" Preguntó y probó la otra pieza él mismo. Pareció bueno, pero no lo suficientemente para lo que quería.

Lan Wangji lo miró y asintió cuando terminó de comer, luego habló.

"Bueno, muy bueno.", Se acercó a la mesa grande donde había dos bandejas con diferentes tipos y sabores de postre.

Su esposo tenía una habilidad especial para cocinar y, aunque insistió en que quería mejorar, Wangji pensó que ya eran perfectos. Pero sabía que a Binghe le gustaba probar nuevas recetas, así que lo apoyaba experimentando y diciéndole lo que pensaba.

Al ver a Luo sonreír, pero aún luciendo insatisfecho con la receta, se acercó a él y sostuvo su rostro con ambas manos a cada lado, haciendo una breve caricia en su mejilla.

"Binghe cocina bien... No te preocupes, son deliciosos. ", Terminó de hablar y dejó que un ligero sello en sus labios. Luego alejándose sintiendo que los oídos se calentaba.

Y Binghe estaba más que feliz, tanto por el cumplido, como por que su amado y precioso Wangji tomara la iniciativa, podrían pasar muchos años pero siempre encontraría adorable la forma en que las mejillas y las orejas de su esposo se sonrojaban cuando él era el primero en mostrar afecto.

Antes de que Wangji pudiera alejarse, Luo Binghe lo jaló tiernamente por la cintura con una mano y con la otra colocó un mechón de cabello largo y lacio detrás de su oreja, cuando estaban solos en casa podían ser más libres y Wangji se soltaba el cabello sin ningún peinado, naturalmente hermoso y sedoso, con el que Binghe quedó encantado. Su marido es perfecto.

"Confiaré porque tú lo dices. Estoy feliz... Ah, Wangji se ve hermoso sonrojado. " , Río en voz baja con una expresión traviesa, viendo al Lan apartar la mirada.

" ... "

"No me digas que mi amado Lan Wangji está tímido...", Acercó su rostro. "Realmente se ve aún más hermoso de esta manera...", Susurró cerca de su oído, aún dejando un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja.

"Binghe...", Podía sentir a su marido descendiendo un reguero de besos desde su cuello hasta sus hombros. La fina bata de seda que vestía, regalo de Binghe, no ocultaba mucho de ese hermoso cuerpo, haciendo que su esposo quisiera arrancarlo allí mismo en la cocina.

Olvidándose de los pasteles que solía hacer, miró a esos pares de ojos dorados, que también tenían un ligero tinte de deseo. Luo Binghe sin perder tiempo besó esa suave boca sin prisa, mordisqueando ligeramente sintiendo que el mayor respondía sin pensar demasiado.

Besar a Binghe era adictivo, y para Luo, quitarle el aliento de Lan Wangji con esos besos lentos era su mayor adicción.

Todavía besándose, ya que estaban cerca de la mesa, Luo empujó las dos bandejas hacia el lado izquierdo y colocó Wangji encima, pegando los cuerpos aún más, entre las piernas de Wangji, quien cruzó las piernas alrededor de las caderas de Binghe acercándolo más a él, sintiendo esa gran cosa presionar contra su vientre.

Cuando se quedaron sin aliento, Binghe abrió su túnica, quitándosela, dejando besos y mordiscos en la piel pálida que iba destapando. Lan Wangji sentía que se le erizaba la piel con cada toque que le daba el otro, siempre admitía en sus pensamientos que le gustaba y se sentía bien tener momentos así.

"¿A-Aquí? " Preguntó sintiéndose cada vez más caliente.

Binghe, recién quitaba la única pieza que cubría el cuerpo del mayor, se alejó un poco, admirando esa belleza que destilaba sensualidad y hermosura. Escuchó la pregunta de su esposo, sonriendo mientras respondía:

"Sí, aquí cariño, este marido tuyo no puede esperar más para sentirte..." Besó los labios rojos ligeramente cuando terminó de hablar, "Baja y date la vuelta, por favor amor." Sonrío de lado, viendo el esposo hacer lo que le pide, de espaldas a él y apoyando sus pálidas y delicadas manos sobre la mesa.

Mirando la obra de arte expuesta, las ligeras curvas, la cintura delgada y esas nalgas pálidas y llenas. Listo para ser marcado y degustado...

Lo que más le gustaba a Luo Binghe después de hacer pasteles, era devorar uno con mucho gusto...

¡Cuídense!♡