- ¡Papi!- escucho una vocecita antes de salir de la habitación de mi hija.- Cuéntame una historia para dormir.
- Claro princesa.- le digo mientras vuelvo a sentarme en la sillita púrpura a lado de su cama. - ¿Cuál quieres?
- Quiero uno especial
- ¿Y cómo es un cuento especial?
- Ay papi, pues un cuento diferente a todos los demás.- me responde con facilidad pues a pesar de sus cortos 5 años es una niña muy inteligente.
- Está bien, será una larga historia...
<< En la noche de un 12 de octubre del año 2014 un chico llamado William se encontraba en un concierto de the 1975 el ambiente era justo el que a él le gustaba, al voltear hacia la izquierda se encontraba otro chico entre la multitud de cabello rizado que le llegaba hasta los hombros, era alto y llamaba bastante la atención, cuando lo vio no pudo evitar pensar que ese chico de cabello largo tenía estilo, él se movía con los ojos cerrados al ritmo de la música, como si estuviera perdido en ella, se quedó mirándolo por mucho tiempo hasta que el chico volteó y sus miradas se cruzaron, así se les fue toda la noche en cruzar miradas, bailar y cantar, al terminar el concierto fue todo un caos, todas la personas se movían de sus lugares para salir y se amontonaban en las puertas, había perdido de vista a aquel muchacho.
Siete días enteros después mientras caminaba por una plaza de Londres, Will observó a lo lejos a un muchacho bastante parecido al que vio en el concierto, no podía distinguirlo bien porque, por más que se acercara caminando, aquel joven se encontraba sentado en una banca agachado con sus rizos tapando toda su cara, dibujando o tal vez escribiendo algo. William se preguntó a si mismo si aquel sería su diario. Decidió sentarse a lado de él, en el poco espacio de sobra de la banca, ahora solo los separaban un abrigo y un paraguas. En cuanto se sentó, el muchacho volteó a mirarlo y ahí fue cuando sus dudas se aclararon, era él.
- Oops, oh... disculpa.- el muchacho de rizos habló mientras se apresuraba en dejar lo que estaba haciendo y mover su abrigo y paraguas para que el otro joven pudiera sentarse mejor.
- Hola.- le dijo con una sonrisa.- no te preocupes. - Oye, ¿De casualidad fuiste al concierto de the 1975?
- Si fui.-sonrío.- ¿de casualidad tu eres el chico al que no dejaba de ver? -ambos rieron al mismo tiempo. Will se sonroja y mira hacia el suelo.
- ¿Estás esperando a alguien? ¿Te gustaría ir a tomar algo? -le preguntó Will al rizado.
- ¿Por qué habría de aceptar ir a tomar algo contigo cuando solo eres un extraño al que no he visto más de una vez?
- Para dejar de ser desconocidos.
- Buena respuesta.-lo mira fijamente a los ojos. -Me caes bien sweetcheeks.
- ¿Sweetcheeks? - suelta una risa leve. -Mi nombre es William.
- Yo te diré así.
- ¿Y no me dirás tu nombre?
- Tal vez, quiero un té, ¿vamos?
Después de pasar horas platicando, tomando té y comiendo galletas con forma de gatitos William recibió una llamada y al finalizarla se disculpó porque tenía que irse. Se dirigió a pagar la cuenta y mientras tanto el rizado tomó el celular de Will y guardó su número, marcó el suyo desde el mismo para que se registrara en el de él, cuando terminó se fue sin decirle nada.
Dos días después Will se encontraba en su habitación, estaba a punto de quedarse dormido cuando su celular vibró ¿Quién lo llamaría a esas horas de la noche? Cualquiera que lo conociera sabría que al día siguiente tiene que levantarse temprano para trabajar. En la pantalla venía un nombre que no conocía.