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Na Jaemin era la clase de chico que te lograba engañar por su apariencia dulce y tierna, demasiado adorable, pero también te llegaba a cautivar por su belleza, pero él tenía un problema, era alguien fetichista, del tipo que le gustaba ser follado duramente, que lo arruinarán, en pocas palabras le gustaba el dolor, el sexo brusco. O en todo caso disfrutaba del extenso mundo que era el BDSM

Él jodidamente amaba los castigos, ser desobediente para poder recibir fuertes palmadas en el trasero cuando no acataba alguna orden, sin embargo él seguía teniendo un problema, el cual era que le gustaba ser un sumiso dominante, casi del tipo Bratt.

Pero Jesús, no era su culpa, a Jaemin le gustaba humillar y hacer rogar a sus Dom rotativos, por así decirlo porque no contaba con una pareja que pudiera asumir ese papel, en fin, él adoraba cuando le pedían que se detuviera cuando los montaba duramente porque algunas veces era mucho para ellos, el cómo le rogaban cuando los estimulaba hasta hacerlos llegar a su límite y luego dejarlo sin su esperado orgasmo, definitivamente él amaba eso, le gustaba tener el control. Tratarlos cómo se les viniera en ganas.

Y en cada uno de sus revolcones el conseguía lo que quería, conseguía a las personas adecuadas para que lo jodieran, pero no todos eran dignos, y vaya que había una larga fila en espera de que Jaemin los eligiera. Sin embargo, eso no sucedería porque Jaemin era selectivo, demasiado quisquilloso a la hora de elegir a alguien. Cómo fue el caso de hace unas semanas atrás, acostarse con Park Jisung, el chico más "heterosexual" de su universidad, es que Dios, sin duda ese fue el primero mayor, la cereza del pastel. Fue tan satisfactorio ver cómo ese día Jisung le pedía desesperado por más, le rogaba por un poco más de aquella placentera sensación en su miembro, por sentir nuevamente la boca de Jaemin alrededor de su goteante pene. Fue tan humillante que Na se rió en su cara pero igual lo complació, y después jodieron hasta decir basta, hasta que Park comenzó a botar semen demasiado transparente, por la punta de su adolorido miembro. Ese día Jaemin tachó a otro más en su lista. Una lista que tenía con los nombres de los chicos que supuestamente eran inalcanzables. Y vean, ninguno se resistió a alguien cómo lo era Jaemin.

Pero, había alguien en especial con el que Jaemin quería, deseaba follar. Y era nada menos y nadie más que Lee Jeno, el chico lindo y tímido de sonrisa perfecta, el hijo de la profesora de cálculo. Ese hombre era la nueva presa de Jaemin, el chico que llamaba su atención que le gustaba muchísimo, al que quería hacer suplicar, pedir permiso para correrse y por más. Bendito sea Dios, porque Jaemin estaba segurísimo que Jeno tenía una polla gruesa y gorda, una a la que quería tener en su boca, atragantarse con ella. Que Jeno le profanara la boca con ella.

Sin darse cuenta suelta un jadeo de pura frustración, observando desde la distancia como Jeno habla con unas chicas y escucha música por uno de los audífonos que aún tiene puesto. Maldición, él era tan hermoso que parecía irreal.

─Deja de babear, Nana.─ Dice alguien a su lado, logra cerrar su boca a causa de una mano en su mentón. ─Hombre, te entrarán moscas.

Jaemin sale de su ensoñación y parpadea constantemente, dejando de mirar al pelinegro dueño de sus fantasías.

─Cállate...─ Bramó con recelo mirando a su buen amigo Huang Renjun.

─Yo opino que dejes de espiarlo y te lo lleves a la cama de una vez por todas, se nota a kilómetros que quieres fornicar con él.─ Habla el más bajo sin filtro, comiendo gustoso su pastelito de vainilla con crema de duraznos.

Jaemin arruga el puente de su respingona nariz y entrecierra sus ojitos mirando hacía Renjun.

─Que buena idea... Me acerco y le digo, oye Jeno, ¿vamos a mi casa a follar?─ Suelta con sorna, siendo demasiado sarcástico. La mirada de Renjun parece demostrar obviedad ante lo dicho. Encogiéndose de hombros.

⇱ℕ𝕖𝕥𝕗𝕝𝕚𝕩 & ℂ𝕙𝕚𝕝𝕝⇲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora