Shoyo ha estado recibiendo cartas pero no conoce el remitente, a pesar de ser la persona más cercana a él.
♡Haikyuu
♡Oc masculino
♡Chico x chico
♡Hinata Shoyo
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El pelirrojo volteó a mirar a su amigo a su lado quien se encontraba usando su celular completamente concentrado.
Se asomó a ver lo que hacía para encontrarlo leyendo un manga.
Miró el sobre que yacía en su escritorio y suspiró para volver a mirar al rubio.
– Juko.
– ¿Mmhp?
– ¿Qué debería hacer?
– ¿Con qué o qué?
– Las cartas.
El rubio detuvo su acción de leer para mirar a su amigo. Shoyo parecía estar algo nervioso ante la respuesta de su mejor amigo pero no podía determinar el por qué.
– Supongo que seguir recibiendolas... ¿No? ¿Por qué preguntas eso?
– Es que yo no quiero recibir más de esas.
Ambos permanecieron mirándose unos segundos para Shinishima finalmente soltar su celular y recostarse de lado, mirando a Hinata.
– ¿Por qué no? ¿No es bueno recibir detalles y saber que eres importante para alguien?
– Lo es pero... No conozco a esa persona, es algo incómodo y a mí...
– ¿A tí?
—Tosió levemente antes de desvíar la mirada— Nada... ¿Quieres jugar?
– Cualquier cosa menos voley.
– ¿¡Por qué!?
– Voy a generar un trauma con eso.
Hinata estuvo largo rato quejándose y Juko fingía escucharlo.
¿A él qué?
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– ¿Es eso un peluche?
– ¡Lo es! ¡Muy lindo!
Shoyo presumía su pequeño peluche de cuervo con sus compañeros, había venido con una carta de su admirador secreto y realmente parecía estar felíz con él.
– Te la rifaste con eso.
– ¿Verdad que sí? Y está muy feliz.
– ¡Hazme uno a mí también!
– ¿Eres mi enamorado acaso? No ¿Verdad? No te daré nada.
Nishinoya hizo un puchero haciendo reír a Tanaka y Juko simplemente permaneció en su sitio sin inmutarse, debía mantener la fachada de que no le importaban los regalos de Shoyo, aunque por dentro estaba muy feliz por sus reacciones a ellos.
– ¡Shini! ¡Míralo! ¿No es lindo?
– Ah sí, lo es —Habló acercando su mano al objeto que el de orbes cafés le tendía.
Entonces Hinata notó un pequeño detalle en los dedos del mayor que ya conocía bien.
– ¿Estuviste cociendo toda la noche de nuevo? ¡Te he dicho que debes tomar descansos! ¡Sino tus dedos se ponen feos!
– ¿Dices que mis dedos son feos?
– ¡N-no dije eso!
– De todos modos tú también haces lo mismo jugando con el voley, pero yo no te digo nada.
– ¡Es diferente!
– ¿Por qué?
– Porque... Porque...
Al notar que no tenía una respuesta para eso se rindió, tomó con suavidad las manos del manager y las acarició.
– Aún así... ¡Hazme caso! No me gusta ver tus manos lastimadas.
Juko trató de controlar su reacción ante la acción del menor y simplemente asintió, entonces Ukai llamó a todos para entrenar y Shoyo se alejó dejándole a él su peluche.
Miró el pequeño en brazos y lo abrazó.
– No notó que tiene mi perfume...
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¡Hey!
Soy yo de nuevo, espero te encuentres bien.
Pasé toda la noche haciéndote un pequeño detalle.
Me hubiese gustado que fuera más grande pero no lo hubiese terminado para hoy sino.
Espero te guste, me haría feliz de ser así.
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