La Estúpida Marca

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El clima no era muy bueno, no era igual al de el día anterior, las nubes parecían entristecidas mientras que Naruto se sentía incómodo muy inconforme no sabía la razón pero su interior se revoloteaba como una licuadora triturando coco, se sentó en la banca mientras abría su cuaderno de apuntes, la llovizna no tardo en llegar débil pero a leguas se notaba que lloveria más fuerte, a su lado se sentó sakura bastante alegre, la chica pasó su brazo por los hombros del rubio abrazandole, Naruto la miró confundido y ella no tardo en empezar a contarle lo sucedido. Se trataba de Lee, el día anterior el alfa había invitado a la peli rosa por un helado, Sakura le relataba los detalles que había tenido aquel chico con ella en la cita, Junto a esto la oji verde le comentó que ya eran amigos aprobados por ambas familias, lo que significaba que la Omega podía ser cortejada por Lee porsupuesto esto tenía privilegios como el tener el aroma del chico, claro mientras el padre de la haruno no lo notará demasiado fuerte porque si esto sucedía significaba que habían tenido relaciones y esto no podía pasar hasta que sakura cumpliera 18 años, edad en la cual ella podía decidir si quería unirse al de cejas gruesas.

Naruto le sonrió a modo de felicitaciones, Sakura siempre había sido muy gentil con el, ella siempre le contaba todo lo que le pasaba, el blondo la consideraba una chica emotiva e incluso ya podía llamarla amiga, sabía de sobra que la haruno si quería tener hijos y el estar teniendo un acercamiento con ese alfa la ilusiónaba bastante, por ello el rubio la apoyaría aunque sea dándole sus buenas vibras, Podía describirla también bastante temperamental, ella se enojaba rápido, haciéndola una Omega con bastante carácter, lo cual hacía que ella se hiciera respetar por los alfas, algo que Naruto admiraba de sakura era su genio, porque se defendía sola importandole poco si era Omega y pasándose los "modales de omegas" por el trasero.

— Espero que todo salga bien con ese chico sakura — animó el rubio sonriendole mientras jugaba con sus mechones de cabello rosa, Sakura asintió risueña.

Kurenai llegó para dar la clase que le correspondía ese día, Todos abrieron sus cuadernos para comenzar pero el oji azul seguía con ese malestar que no le dejaba en paz, incluso le sudaban las manos y su cuerpo comenzaba a temblar, la peli rosada lo notó e inmediatamente lo cuestionó.

— Naruto, ¿estas bien? — pregunto la chica preocupada, llevo su mano a la frente sudorosa del rubio pero no habían signos de que tuviera fiebre, tenía una temperatura normal lo que la tranquilizo un poco, quizá solo estaba nervioso por algo que le sucedía.

— No lo sé sakura, mi cuerpo está raro hoy— aclaro el chico girandose para verla, sakura abrió sus ojos sorprendida por la fugaz idea que cruzo su mente, tocó el hombro de Naruto y dijo lo que pensaba.

— ¿No será que... Tu celo llegó? — susurro directa ella tomando tiempo para decir lo último, Naruto inmediatamente descartó la idea, Tsunade le había explicado los síntomas de un celo y no era lo que precisamente sentía, era más como un presentimiento raro del que su cuerpo quería avisarle para evitarlo, lo cual no hacía más que ponerlo inseguro por lo que sea que le pasaría, Negó con la cabeza para hacerle entender a sakura que no era eso, Lo que hizo que la Omega se pusiera pensativa para intentar adivinar que era lo que le sucedía a su amigo, El rubio hizo lo mismo sin embargo no lograron llegar a nada.

En el descanso se compró un sandwich de huevo para ver si era que tenía hambre, pero en la primer mordida le dieron unas incontrolables ganas de escupirlo, las náuseas como el clima eran terribles, corrió al baño para escupir todo en la taza y al hacerlo bajo la cisterna del retrete, salió del cubículo para observar su rostro pálido en el reflejo del espejo, No tenía fiebre, No tenía dolores, Entonces ¿que demonios le pasaba?, sentía como si su mente le estuviera alertando de algún peligro pero no entendía cual era, Decidió mandar al diablo todo, iba a ignorar ese malestar que solo le estaba afectando hasta en el ingerir alimento. Su última clase se la había pasado mejor, hicieron figuritas de animales en plastilina de diferentes colores que ordenaron en fila en la barra de hierro que sostenía el pizarrón, Tomó su mochila mientras se preocupaba de que pudiera pescar un resfriado de camino a casa ya que vivía un poco lejos de la academia.

¡PRISIONERO DE UNA MARCA! (Sasunaru) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora