moon river; minsung.

luna llena.

Moon River - Carla Bruni

Mientras veían al sol esconderse desde el balcón y compartían la tabla de quesos —que jisung había tomado gran orgullo por hacer—, hablaban de lo que acontecería en tan solo un par de horas.

—no nos centremos en eso, pensémoslo como una cita más, o bueno, una cita especial.— habló minho, incómodamente consiente de las casi invisibles líneas que comenzaban a aparecer en el dorso de su mano izquierda.
—bueno, entonces, para hacerla aún más especial, vistámonos como gente de época.—
—¿gente de época?— preguntó, ahogando una risa.
—gente de los años 20s, ya sabes, con los trajes extravagantes y camisas que parecen manteles— explicó el pelinegro moviendo sus manos en el aire, como acomodando el cuello de un abrigo invisible
—¿siquiera tienes trajes extravagantes?, ¿o camisas que parezcan manteles?—
—no y no, pero podemos tratar de construir algo parecido con lo que tengamos. - hagamos algo, el que tenga el mejor outfit, gana.—
—¿gana que?— bueno, en eso no se había detenido a pensar.
—lo que quiera— terminó por decir, no tenía muchas ideas convincentes.
—perfecto, ya tengo en mente mi premio.—
—subestimas mi sentido de la moda. vas a ver como te destrozo— defendió jisung con una ceja levemente levantada.
—claro, claro.—
—ah, por cierto, ponte guantes.— añadió ya en el marco de la puerta, con un tono notablemente menos animado.

eso dicho, los dos se adentraron en sus closets, y usando lo más apto que encontraron, se vistieron.

Minho optó por algo mucho más femenino, por llamarlo de alguna manera; con una camisa lila de mangas sueltas y cuello abierto —por el que se alcanzaba a ver una pequeña porción de su pecho, cosa que sabia sumaria puntos a su victoria—, unos pantalones negros no muy ajustados - pero con apariencia de cuero, y unas botas marrones, que consideraba eran el único elemento en realidad cercano al concepto de época. Como accesorios, se decidió por un par de aretes dorados con perlas colgantes, el collar que convenientemente hacía caer la "J" en su pecho descubierto, y unos guantes de seda blancos, prestados de su hermana, que gracias a sus pequeñas manos se podía poner.

Jisung, del otro lado del pasillo, había entrado en pánico, pues aunque hubiera sido su idea, no había pensado en que no tenía ropa de época, ni nada que se le pareciese.

después de minutos llenos de prendas tiradas en el suelo, logro dar con una camisa de encaje dorado, que esperaba pudiera salvar su victoria. La combinó con un abrigo negro claramente gigante en él —propiedad de minho, en realidad.— y unos pantalones vino tinto. Wow, por fin encontré una ocasión para usarlos.
Como accesorios, se limitó a ponerse el collar que tanta felicidad representaba, y, obviamente, unos guantes de cuero.
Al deslizar su mano izquierda en uno de ellos, un escalofrío recorrió su cuerpo.

Con cada segundo se hacía aún más presente la imagen dorada que se encontraba en la derecha, y con ella el miedo de que no fuera igual a la del mayor. Decidio no dejarse afectar por eso.
Cerró las cortinas.
Sin la luz de la luna llena, la imagen era solo un recuerdo.

Minutos más tarde, con los dos chicos escondidos tras sus puertas, contaron hasta tres antes de salir al pasillo.

Lo único que le faltaba a jisung era babear, porque la expresión que puso al ver al mayor ya hacia suficientemente obvio que había quedado encantado.

Minho, por mitad vergüenza y mitad burla, se echó a reír, haciendo que las perlas de sus aretes danzaran con cada movimiento.
Cuando jisung por fin pudo salir de su trance y se percató de la risa de su novio, sonrió, dándole un pequeño golpe en el hombro.