15 Años Después

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 Beckenham, Bromley, Londres

Milenka

Entró en la habitación, la habitación que se ha convertido como en mi casa los últimos 9 años —ya que paso más tiempo aquí, que fuera— porque no fue hasta lo 10 que me permitieron venir. Avanzo y la veo en el mismo sitio de siempre, sentada frente a la ventana con la mirada perdida hacia al frente, esta con su bata blanca y su largo cabello negro azabache cae por su espalda y hace contraste con su piel pálida.

Me acerco y me pongo en cuclillas frente a ella y…

—Hola mamá —digo y no hay reacción, como siempre.

Ha estado así desde que le quitaron la medicación hace dos años después de años de pura droga. Había que tenerla cedada porque su mente le jugaba en contra y creía que estaba en peligro constante y tenía que defenderse, supongo que después de 10 años se acostumbro y su mente colapsó, no sabía lo que era real y lo que no. Peleé y traté de que no tuvieran que drogarla, sabía el pasado de mama con la droga que le destruyó la vida, pero sus ataques de pánico e ira cada vez eran cada vez más graves, pasó de hacer daño a los demás a hacerse daño a si misma y no podía permitir que la sacaran del mejor instituto mental del mundo. Su último ataque fue hace 5 años, cuando intentaron quitarle la medicación y terminó matando a 7 enfermeros y a 5 pacientes y deambulando por el hospital, susurrando cosas como “Tengo que protegerlos”, “no los van a encontrar”, “no les voy a fallar a ellos también”. Si supiera que lo logró, que owen y yo estamos bien y a salvo, en especial owen.

Así que hace dos años intentaron otra que vez quitarle la medicación, y ha estado así desde entonces, no habla, no se mueve, no come, al menos no por si misma, ella solo entro en un shock catatonico y no ha salido.

Alzó la mano y acarició su cabello y lo pongo por detrás de su oreja, a pesar de los años, los Genes  Mitchels siguen estando presente y sigue absolutamente hermosa.

—Te tengo que contar algo —le digo.

Yo se que ella me escucha, así que no me mido cuando hablo con ella. Le cuento todo lo que me pasa.

—Después de tanto tiempo de tener al pobre Jake rogando, al fin acepte salir con el, fue una gran cita, fuimos al cine y —me sonrojo cuando recuerdo lo que pasó—, casi terminamos haciendolo en su auto —me río. La miró y mis ojos se llenan de lágrimas.

—¿Nunca vas a despertar, verdad? Tienes que hacerlo, yo te necesito mamá, Owen y yo te necesitamos, por favor vuelve con nosotros —las lágrimas caen por mis mejillas. Y es lo mismo siempre, le cuento mis cosas y terminó llorando rogándole que vuelva.

Abren la puerta, me vuelvo hacia ella y en cuanto lo veo, me levanto y antes de impactar contra el, se quita los lentes, me abraza con fuerza y sollozo en su pecho. Cuando nos separamos, alza su mano y limpia mis lágrimas. Lo miró y aún me sorprende el parecido con nuestro padre, a pesar de la heterocromia de sus ojos, que fue lo único junto con él asma que quedó del veneno del cual nos salvo a mamá y a mi, es como una versión joven de el. Siento como se vuelven a llenar mis ojos de lágrimas cuándo pienso en mi progenitor.

—¿Cómo está? —dice y nos volteamos hacia ella.

—Igual —digo, cuándo llegamos a ella, Owen le sostiene la cabeza y le da un beso y susurra “hola mami”, nunca ha dejado de llamarla así, desde bebé Owen siempre fue apegado a mamá y verla así lo destruye, a ambos la verdad.

Nos sentando en el sofá, que está a su lado, y nos quedamos mirándola, y se crea un silencio y el lo rompe.

—¿Cómo te fue con Jake? — Pregunta.

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⏰ Última actualización: May 22, 2022 ⏰

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