único

1.1K 99 42
                                    

⎯ No siento que deba estar aquí, es en serio. Tengo esposa.

TaeHyung se quejaba por cuarta vez en la noche desde que habían llegado a ese prostíbulo con su grupo de amigos, uno de ellos se casaba y como despedida de soltero lo habían llevado al mejor club nocturno de la ciudad. Así que Kim estaba ahí sentado, removiendose en esa silla de cuero negro mientras veía mujeres semidesnudas pasar de aquí para allá, algunas bailando en un escenario no tan lejano a ellos, otras sirviendo tragos, y otras llevando esos tragos en lencería.

Se sentía fuera de lugar, nunca había ido a algún lugar como esos y a decir verdad, TaeHyung tampoco era un hombre que pensaba en mujeres todo el tiempo, con solo decir que su primera y única novia actualmente es su esposa se puede entender por dónde va la cosa. Él fue criado con valores y una educación costosa, desde pequeño había vivido entre lujos, profesores privados, escuelas costosas, ropas de marcas, y todo eso era algo común para él. Ahora TaeHyung sentía que hacía algo prohibido, nunca engañó a su mujer ni pensó en hacerlo, y tampoco tuvo una experiencia sexual como las de películas donde había mujeres con esas lencerías o juguetes que cada vez le extrañaban más a Kim, por lo que ahora solo quería volver a su aburrido hogar, con su aburrida vida y aburrida esposa, aunque él no quiera aceptarlo.

TaeHyung tenía 28 años pero parecía un anciano a punto de su muerte. No hacía más que trabajar, conversar con su esposa de cosas aburridas y criticar a sus amigos por las cosas de pequeños inmaduros que hacían, como excitarse viendo a una mujer con un brasier transparente o cosas así. Él había estudiado economía y un corto profesorado de profesor de historia, por lo que en su hogar el dinero tampoco faltaba, y gastar el dinero para ir a ese prostíbulo y tomar algunos tragos no le habían hecho ni cosquillas.

⎯ ¡Deja de quejarte hombre, a ver si alguna de estas preciosuras te sacan esa amargura!⎯ respondió su amigo eufórico a causa de inyectarse heroína. TaeHyung no sabía ni con qué gente se juntaba, pues ese hombre era alguien que nunca había consumido sustancias, pero aquí lo veían, a punto de una sobredosis de droga.

Kim solo rodó los ojos y tragó un poco de su whiskey irlandés. Su vista vaya a donde vaya habían mujeres semidesnudas, así que terminó resignandose y miró el espectáculo frente a él, de dos féminas bailando en caños con máscaras en sus rostros y trajes pequeños, una iba de policía y la otra de bombera, él volvió a suspirar decepcionado al notar como sexualizaban simples trabajos.

Iba a seguir quejándose en su mente cuando una morocha se paró frente a él. TaeHyung la miró de arriba a abajo, llevaba una pollera bastante corta de color blanco pero no permitía que se vea su zona íntima, lo que causaba curiosidad. En la parte superior llevaba un bralette blanco se encaje que se acoplaba a la perfección a sus pechos no tan grandes. En su mano tenía una bandeja con algunas copas y vió la sonrisa engreída de la chica cuando finalmente terminó de memorizar su cuerpo para verle el rostro.

Era preciosa y claramente no asiática, sus ojos verdes le habían llamado la atención, al igual que esa nariz no tan pequeña. La morocha no era ni delgada ni gorda, tenía un cuerpo bonito y bien proporcionado, lo que había llamado la atención de TaeHyung al darse cuenta que le pareció atractiva siendo que la única mujer que lo había logrado era su esposa.

⎯ ¿Si?⎯ preguntó son seriedad él.

⎯ ¿Quieres algo más de tomar, guapo? Yo invito.⎯ habló ella. Tenía la voz dulce, ni muy aguda ni muy grave.

⎯ Trabajas aquí, no puedes quedarte a tomar algo conmigo.⎯ respondió de manera cortante, sentía que había engañado a su esposa de solo haberla visto a la morocha frente a él que solo sonreía divertida ante la actitud del mayor.⎯ Además de que soy casado, no quiero beber nada contigo.

Need to know| kth.✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora