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~Capitulo 04~

Deku saludo a los invitados que están con su padre y prometida del mismo, no negara que le pone la piel de punta al pensar de la cercanía de su progenitor y del villano.

Lamentablemente no se pudo zafar muy fácil de la conversación. Pero, su futura madrastra se dió cuenta del aburrimiento de los más jóvenes.

—Izuku, ¿porque no le enseñas el lugar a Tomura?. Tal vez quiera conocer el lugar— lo dice porque a visto como el peliazul ve el lugar.

—¿Eh? Seguro...— contesto Izuku, extrañado.

Shigaraki no va a negar la oportunidad, además que en verdad quiere recorrer el lugar.

Ambos se alejaron, y AFO ahora tiene, otra expectativa hacia el chico que Shigaraki está intentando utilizar. Aparte que es arriesgado para el, es hijo de su mejor amigo, en ese sentido no lo quiere meter, pero la misión ya está en curso, no la puede detener. Sería sospechoso.
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Los chicos por su parte, están algo —Por no decir que demasiado— incómodos con la presencia del otro. Es que, ¿Cómo piensan en que deben ser pareja si se odian mutuamente sin siquiera conocerse?.

Izuku solo repite en su cabeza porque hace esto, cierra las ojos y desea con más fuerza que esto termine pronto.

—Así que ellos son tus padres...— dijo más en afirmación que en duda.

—Mi futura madrastra y mi padre...— contesto.

Está demasiado agotado y agobiado por todo y todos que no tiene la energía para hacer su misión.

—¿Y tu madre?— esto también le sirve para sacar información.

Izuku no pasó por alto sus preguntas, le miro a los ojos y intento que el mismo soltará algo importante. Pero este solo se puso nervioso y dirijo su mirada a otro lado.

Izuku entre cerro los ojos —Asi que el contacto visual te pone nervioso— una sádica sonrisa apareció en su rostro.

—Ella trabaja de enfermera en un hospital rural— lo dicho tiene una mentira, pues ella es enfermera pero de la ciudad de Tokio. Además que prefiere no meter tanto a su adorada madre.

—Oh ya...— no dudo en lo que dijo el peliverde.

Después de estar caminando un rato más, su recorrido los trajo a el jardín que tiene el salón, grandes arbustos en forma de muro con muchas rosas y flores hermosas.

En medio de todo, hay una fuente de los deseos, es hermoso el lugar, y tal vez más porque el sol estaba a poco de dejar el lugar.

Los ojos esmeraldas del chico se iluminaron con los últimos rayos de sol, con una reluciente sonrisa se dirige a la fuete.

Shigaraki solo veía, poco después, sus oídos se acostumbraron al ruido, ahora perfectamente se puede escuchar un vals, que se lleva acabo adentro.

Izuku solo podía estar más que maravillado, le encantaba esa canción, y además que los músicos son demasiado buenos. Shigaraki solo veía sus movimientos, para que el peliverde poco después se levantara y empezará a bailar al rededor de la fuente.

A pesar de que es un chico — bastante atractivo— tiene algunos rasgos femeninos, al igual que su encantador baile hacia resaltar aquello, sus movimientos son delicados pero precisos, parece la danza de un cisne.

Después de un rato más, Shigaraki se acercó a el, hizo una reverencia, llevando su mano al pecho, adelante del corazón. —Me concedería está pieza— alzó un poco la cabeza y vio las encantadoras joyas de ojos el menor.

Este no se lo pensó mucho, acepto de igual manera. No dijo nada, solamente le dió su mano al mayor. El peliazul se levantó y empezaron la danza.

La rudeza y lo fuerte que es Tomura contrasta perfectamente con la suavidad y la firmeza de Izuku. A pesar de que la canción es bastante larga, ambos siguieron con la misma energía con la que empezaron.

El mayor solo podía quedar más que asombrado por lo dócil y encantador que es bailar con aquel príncipe de cuentos. Hace tanto que no bailaba y esta vez que lo hizo, después de un muy largo tiempo, es tan...increíble.

Izuku, solo se concentraba en la música, en su entorno, nunca en su pareja. Pero debe admitir que es bastante bueno. Pero su cabeza solo le arroja los siguientes pasos y una memoria de hace ya bastante tiempo.

Termino la canción, y con broche de oro el mayor sostenía al peliverde, sus labios están cerca. Sus respiraciones las sienten como una sola, como si se hubieran unido en el transcurso del baile. Los ojos esmeraldas veían los ásperos ojos rojos del mayor, solo veía, tristeza, no veía más que aquello.

Shigaraki lo soltó, Izuku simplemente agradeció la invitación, el contrario solo asintió. Quedaron en un cómodo silencio entre ambos, pues la siguiente canción apenas iba empezando, las risas y las personas hablando se escuchan con tanta claridad.

Un idea se le cruzó al mayor, con cuidado, saco una rosa blanca de un arbustos. Con mucho cuidado, saco las espinas con su quirk, se tardó bastante pues no quería que esa se desintegrará por completo y empezar de nuevo con otra.

Al final, lo logro, bastante difícil, pero se logró. Se acerco al menor quien veía las estrellas y la luna, hace ya un tiempo que el sol dejo a su amada y a sus criaturas.

—Toma— le extendió la rosa.

El peliverde quedó extrañado por la acción, pero aún así la acepto gustoso.

—Gracias— le dijo, tomo la rosa. Poco después se escuchó como alguien llamaba al peliverde.

Ambos no supieron que decir, pero Izuku se arriesgo, le dió un beso en la mejilla al mayor, en forma de agradecimiento. El mayor se quedó estático por la repentina actitud del menor. Este solo sonrió con triunfo y se fue del lugar.

Shigaraki por su parte, reaccionó muy tarde cuando salio del trance, si bien aunque saliera del trance se quedaría mudo de los nervios.

Pero aún así, recordó que el solo debe de hacer que el menor se enamore, entonces esto está dando frutos bastante más rápido de lo esperado...

Amor de traidores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora