Min Yoongi es declarado por su familia como el omega perfectamente imperfecto, a sus cortos 24 años. Se preguntarán, ¿por qué? Porque no ha tenido ningún tipo de pareja estable hasta el momento, y ha rechazado a más de alguno en el trayecto.
Su cerr...
He estado encerrado dentro de tu caja en forma de corazón durante semanas.
Me he sentido atraído por tu trampa magnética de alquitrán.
❝ Heart-Shaped Box — Nirvana❞
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Yoongi despertó con un horrible dolor de cabeza, respirando entrecortadamente debido a que mantenía las ganas de vomitar a flor de piel. La jaqueca de la semana pasada parecía una dulce caricia en comparación con el dolor agudo que se instaló en su sien al solo abrir los ojos.
Trató de sentarse, pero, por el dolor en su cadera, le costó hacerlo. Sus párpados se sentían gravemente pesados y el frío de la habitación estaba dando de lleno con su pecho descubierto. Entonces se dio cuenta de ese detalle, estaba desnudo. No era como las demás veces que se dormía vestido y terminaba sin camisa debido al calor. No. Estaba completamente desnudo.
El peso de sus hombros pareció desaparecer un poco al ver que se encontraba en una habitación de hotel, muy probablemente, la que reservó. Así que se permitió soltar un pequeño suspiro de alivio, ya que sólo había dos formas de haber llegado a ese lugar. Solo o con Jungkook.
Solo así, fijó perezosamente su vista a un lado de la cama, notando una cabellera rubia que sobresalía de entre las sábanas, realizando ese dato, quitó vacilante un poco de la blanca sabana, dejando a la vista una espalda ancha y llena de marcas rojizas.
Pero... él no era Jeon Jungkook.
Era Kim Taehyung... el alfa con el sombrero ridículo, el de cabellera teñida, el que siempre estaba acompañado de Jeon en los pasillos de la universidad; era el tipo al que rechazaban siempre, el alfa en la fiesta de Byulyi... el anónimo en sus cartas. Era él el que estaba ahí, desnudo.
—No puede ser... —susurró Yoongi, quien, con ambas manos frotó los últimos vestigios de sueño de su rostro. Miró de nuevo al joven a su lado, negando varias veces, esperando que su cerebro comenzase a ver las cosas claramente, y en realidad fuera Jeon quien realmente esté ahí... pero eso nunca pasó.
A pesar del dolor, se levantó rápidamente.
Tratando de hacer el menor ruido posible, tomó su ropa que estaba tirada en el piso, y entró casi de inmediato al cuarto de baño. Ni siquiera tomó una ducha, sólo se vistió sin pensar en otra cosa que no fuera largarse de ahí.
Se asomó, esperando a que el tipo no hubiera despertado. Luego lidiaría con lo demás. Luego lidiaría con su conciencia.
Gracias al cielo había un bolígrafo de color azul junto al teléfono fijo, sacó de su billetera uno de esos papeles en blanco que nunca sabía cómo llegaban ahí y dejó una nota. Sin un número, sin una dirección, sin nada que le diga al alfa dónde encontrarle.
