『Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 9』

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«La otra cara de la moneda»

Kim Taehyung no llegó a ser tan popular como su mejor amigo, y tampoco lo consideraban atractivo, ya que nunca tuvo esa labia natural para atraer a las personas, al igual que Jungkook

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Kim Taehyung no llegó a ser tan popular como su mejor amigo, y tampoco lo consideraban atractivo, ya que nunca tuvo esa labia natural para atraer a las personas, al igual que Jungkook. Él era... simplemente él.

Se ganaba a las personas paso a paso, era honesto con sus sentimientos y fue acostumbrado a decir las cosas de frente; a hablar por honestidad, y nunca aprendió a ser sereno en su forma de actuar. Le enseñaron desde pequeño que, si encontraba a quien amar, le entregara su vida entera, le protegiera y que se asegurara de ser el primero y único en la vida de esa persona.

Pero se enamoró de quién nunca podría ser único y mucho menos el primero; se enamoró de Min Yoongi.

Taehyung, bajo los efectos del amor, no creía que el chico fuese un "espanta alfas" como tal, no, él creía que Yoongi no querría estar con alguien que sólo lo viese como un trofeo el cual presumes solo porque fuiste el único en lograr obtenerlo.

Tal vez por eso el omega mantenía relaciones sexuales con distintas personas, para que estas no se sintieran especiales en su vida, y las alejaba cuando buscaban algo serio, porque tampoco quería que se sintieran únicas. Y no se alejaba de la realidad. Pero Taehyung también creía que, tal vez, el amor no había tocado las puertas del corazón de Yoongi. Y en eso sí que estaba equivocado.

Él se dedicó a dejar cartas en el bolso del pelinegro por dos años seguidos, en los cuales, al principio sólo era admiración y curiosidad, sentimientos que con el tiempo se fueron transformando hasta que descubrió que lo que sentía realmente, era un profundo enamoramiento hacia el azabache. Entonces, se metió a la idea de que Yoongi no correspondería sus sentimientos. Tenía bases para creer que eso pasaría, y decidió no declararse. Al menos no viéndolo a la cara.

Entonces, en un arranque de desesperación por no encontrar un sólo segundo libre para dejar el sobre en el bolso del azabache, tomó por sorpresa a la primera persona que pasó frente a él.

—Hey, disculpa... —Un beta de primer o segundo año pasó frente a él y trató de ser lo más cuidadoso posible para no asustar al chico—. ¿Me puedes hacer un favor? Sólo te tardas dos segundos, ¿sí?

—Bueno... —El chico se encogió de hombros y se acercó a él—. Mientras no sea ilegal.

—No lo es, lo prometo —sonrió—. Entrega esto y no digas nada, ¿sí? Al chico de cabello negro de la mesa de allá —señaló. La cafetería estaba algo vacía, así que era fácil identificar hacia quién apuntaba.

El beta solo miró una vez y al estar la persona de espaldas, no la reconoció. Así que tomó el sobre y acomodó su mochila mientras caminaba hacia el chico.

—¡Gracias! —susurró el rubio y esperó pacientemente a que la carta fuese entregada. No mentiría, tuvo envidia al ver como el amor de su vida había sonreído al beta, y tuvo más envidia de la sonrisa que había quedado en los labios del desconocido menor.

Wrong Alpha? 「Taegi」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora