『Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 3』

967 99 22
                                    

No puedo fingir; nunca pregunté...

si me necesitas como yo te he necesitado.

Sí, sé que soy egoísta.

Odio el pensamiento de otra persona

haciéndote reír, sonreír, ser feliz...

Sleepless — Dutch Melrose

Min Yoongi.


Ese mismo día temprano en la noche, me acomodé en mis sábanas, teniendo en manos el sobre de color pastel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ese mismo día temprano en la noche, me acomodé en mis sábanas, teniendo en manos el sobre de color pastel.

Si mi día ya era una mierda, nada podría empeorarlo.

En lugar de abrirlo, miré fijamente el techo de mi habitación. Pensando en si realmente quería saber lo escrito ahí.

Pero sí que quería, adoraba todas y cada una de esas cartas. Acostumbraba a pedirle a mi hermana, Chaeyeon, que me las leyera en voz alta de vez en cuando, para así confirmar que lo que había leído era verdad.

Eran cartas de amor, la gran mayoría. Las demás, eran escritos sobre la vida de su remitente, contándome su día o lo caótico que significaba tener sentimientos por mí.

Tanto, que inconscientemente me había comenzado a enamorar. Ni siquiera yo supe cómo. Solo sé que un día, ya no tenía el hábito de acostarme con cualquiera; de beber hasta quedar inconsciente, de buscar peleas. Dejé todo por alguien que no conocía, pero que realmente me gustaba.

La paranoia y las ganas de retomar viejos hábitos eran incontrolables, pero tenía una caja bajo mi cama que me recordaba mi promesa.

Aún cuando parecía drogadicto en centro de rehabilitación. Todo valía la pena.

Recuerdo una vez que intenté quemar la caja completa para poder tomar una sola cerveza, porque era lo único que me impedía tocarla, pero, al siguiente día, me arrepentí de haber pensado tal atrocidad.

Y pensar que me había enamorado de uno de los amigos de Jeon sin saberlo.

Aunque pensándolo bien, ahora tenía sentido.

Jeon y yo estábamos en la misma facultad. Por lo que al acompañarle, el tipo podría ir y venir de mi salón cuando quisiera. Un poco creepy de su parte, pero vamos, miedo no había.

Es más, cuando había recibido la primera, había entrado en verdadero pánico; no sabía de quién era, tampoco porqué. Solo la había almacenado al fondo de mi armario. Y pasó lo mismo con la primera, y luego la siguiente

Pero, con el tiempo, la curiosidad aumentó, así que decidí decirle a mi padre que había recibido tres cartas en mi mochila.

Él claramente se alarmó; ya que, una vez que borracho hasta los zapatos, regresé a casa solo para confesarle todos mis pecados.

Wrong Alpha? 「Taegi」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora