Compañeras Despreocupadas

276 51 9
                                    

Byul tararea mientras vierte jugo de naranja en los dos vasos frente a ella.

Yongsun ha aceptado el hecho de que verse a sí misma muriendo en una camilla mientras Byul llora a gritos fue solo una retorcida pesadilla creada por su mente, y su vida aquí con la chica rubia es una realidad que aún necesita tiempo para aceptar.

Cómo llegó aquí, eso, todavía no tiene una respuesta.

Entonces, lentamente está comiendo panqueques que Byul ha preparado para ambas.

— ¿Sin apetito? — deja las tazas junto a sus platos. Toma asiento junto a su novia.

— Lo siento — murmuró Yong apenada. Byul rió con cariño, dándole a la morena su jugo de naranja.

— Okey. Pero trata de comer un poco — da un sorbo a su taza. — Te ofreciste a ayudarme en el hospital, ¿recuerdas?

— ¿En Hongik? — Yongsun finalmente habla, rompiendo el solemne silencio en su lado de la mesa.

— ¡Sí! — gorjea su pareja mientras mastica su panqueque.

Ella sonríe y piensa para sí misma que tal vez su nueva vida no es tan mala.

[...]

— ¡1, 2, 3! — las dos mujeres tiran al suelo la caja de libros infantiles usados.

Byul recupera el aliento.

— Esa era la última — Yongsun le entrega una botella de agua fría. — Gracias, cariño.

— De nada — ambas toman un trago de sus botellas y suspiran.

Cuatro horas después, su actividad había terminado. Yongsun nunca ha estado más feliz y satisfecha que cuando trabajaba como voluntaria en la sala de pediatría. Mientras estaban en medio de la limpieza de los juguetes, Byul de repente preguntó si podían adoptar un niño y la tomó por sorpresa. Los otros voluntarios se rieron al ver que el rostro de la morena había enrojecido. Ella no responde porque en realidad lo está considerando, pero no quiere que su novia lo sepa.

Byul se ha ofrecido a ser la que conduzca esta vez mientras su pareja sigue bostezando en su camino hacia el área de estacionamiento.

— Yong, ¿puedes pasarme mi bolso?

— Claro — Yongsun cierra su teléfono y alcanza el asiento trasero para tomar el bolso de mano. Oye un débil sonido de traqueteo.

— Hay gomas de mascar adentro.

— Okey — abre la cremallera del bolso y busca un paquete verde de chicles. Una tapa blanca llamó su atención, se asomaba por el bolsillo interior. Examina el frasco de pastillas.

Venlafaxina. Es un antidepresivo.

El auto se detiene en un semáforo en rojo. Byul arrebata el medicamento de la mano de la morena. Rápidamente lo vuelve a guardar en el bolsillo y saca el paquete de chicles. Ella le ofrece una tira a Yongsun, quien solo niega con la cabeza. Se van a casa en silencio.

[...]

Yongsun había terminado de bañarse y ahora está viendo en Netflix, esperando a su novia abajo.

Byul entra al dormitorio en bata de baño, un par de ojos sin saberlo miran fijamente su cuello.

— Kim Yongsun — la llama por su nombre completo, ya acostumbrada a las miradas que recibe de su novia. Ella también lo hace, así que no tiene derecho a quejarse.

— ¡Lo siento! — la mencionada aparta la mirada de inmediato y trata de concentrarse en el programa que está viendo.

La pelinaranja termina de vestirse con su pijama favorito, y se acuesta a su costado. Byul ahora mira la cara de Yong. Admira la blancura de su piel, sus dulces ojos fijos en la televisión y la llenura de sus labios rosados. La admiración es un eufemismo. Quiere pasar toda su vida solo con Yongsun. Se ha enamorado completamente de ella.

— Moon Byul, me estás haciendo sentir incómoda — dice Yong, sus ojos no se apartan de la televisión.

Byul se disculpa en voz baja y abraza a la morena. La llena de besos y su novia disfrutó cada momento. Yongsun finalmente gira su cuerpo hacia un lado, mirando a la mujer más joven, quien tenía una sonrisa en su rostro.

Por otro lado, Yong tiene los ojos llenos de melancolía. La sonrisa de Byul se desvanece.

— No puedes evitar el tema para siempre, Byulie.

Yongsun recuerda la foto polaroid de ellas de su billetera con las palabras "Sunnie & Byulie" escritas en la parte inferior. Llamarla por su nombre cariñoso probablemente ayudaría a que su conversación fuera menos seria.

— Lo sé — suspira Byul. — Y lo siento. Sabía que eventualmente lo descubrirías.

Yongsun lleva su mano hacia la mejilla de la contraria. Ambas sonríen mientras hacen contacto visual, comprendiendo en silencio las emociones de la otra.

— Entonces, ¿por qué me lo ocultaste?

— Ya te quejas mucho de tu trabajo. No sería correcto que yo te diera más carga.

Yong no respondió, solo busca en los ojos de su amante. Ella ve a través de los orbes marrones como una ventana: estaba llena de generosidad, empatía, culpa y tristeza. Las emociones que guardaba dentro de sí misma se mostraban a través de la mirada en sus ojos. Fue doloroso.

Yongsun desearía poder leer la mente en lugar de viajar en el tiempo.

A diferencia de Byul, Yongsun es conocida como una persona abiertamente expresiva.

Por mucho que trató de contenerlo, las lágrimas caían de sus ojos color avellana. Nunca había conocido a alguien tan amable y desinteresado. ¡Su novia era demasiado buena para ella, incluso para el mundo!

Byul nunca había visto a su novia llorar así, como si no tuviera ninguna esperanza; se culpa a sí misma por ser demasiado descuidada, estúpida y egoísta. Su corazón cae ante los sollozos. Acerca a Yongsun a ella, deja que sus lágrimas empapen el algodón de su camisa, frota su espalda y susurra disculpas y promesas.

Aunque no fue su mejor charla de almohada, Byul se sintió aliviada de que ya no tenía nada que ocultar.

A través de los lamentos desgarradores de la pelinaranja, Yong comienza a comprender por qué la trajeron a esta línea de tiempo. No fue elegida al azar para viajar en el tiempo, está aquí para salvar a Byul, que estaba silenciosamente desesperada sin que nadie la escuchara.

Time Lapse [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora