capítulo 15 - deseo , pasion , amor?

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Minutos después entraron a la casa de

Lety ya entre besos. La llevó rápidamente al gran sofá de la sala donde se sentó y la sentó en su regazo frente a él. Con un movimiento rápido, le quitó el vestido y luego se quitó la camisa. Sus cuerpos ardían, podían sentir el calor de la piel del otro mientras él aplastaba sus pechos llenos contra su pecho. Leticia se movió sobre él, rozando su intimidad contra el miembro duro que palpitaba con tanta lujuria. Durante el camino a su casa, Leticia había sacado ese delicioso culo por la ventana mientras se lo chupaba con el coche en marcha. En ese momento agradeció haber elegido un auto con vidrios polarizados o los demás conductores tendrían el privilegio de ver lo que solo él queria ver en ese momento. Era arriesgado y él lo sabía bien, pero ¿cómo negar esa boca deliciosa que le ofrece placer? No podía, no quería negarlo. Por lo general, trataba de ser directo en todo momento, pero qué diablos, no cuando el deleite de esa mujer lo buscaba con tanta ansiedad, incluso sería un pecado negarlo.

Leticia se apartó y se puso de pie, quitando la única pieza que le impedía ver ese maravilloso cuerpo en su totalidad. Era su turno de zambullirse en ella y brindarle placer, por lo que se apresuró a hacer que se acostara en el sofá besándola con la desesperación de quien perdido en el desierto encuentra agua. Deslizó su boca por su cuello y escote, alcanzando los duros pezones. Pasó tiempo con cada uno de ellos mientras la acariciaba intimamente con sus dedos. Luego pasó sus labios sobre su vientre y vientre, finalmente llegando a donde ella quería estar. Con delicadeza, le separó las piernas y deslizó la lengua a través de su intimidad, absorbiendo el delicioso aroma que ella liberaba con la excitación. Leticia reaccionó de inmediato arqueando las caderas y sin demorar Fernando empezó a lamer a ritmo acelerado mientras la penetraba y movía sus dedos dentro de ella.

-Fernando... Ahhh...- Ella gimio su nombre y lo agarró del cabello, presionando su rostro contra su sexo. Los espasmos se apoderaron de su cuerpo y Leticia se derramó en su boca, completamente estimulante.

Fernando sonrió satisfecho, dejándola

recuperarse unos segundos, fue al baño y volvió con un preservativo, ya sin pantalón ni ropa interior. Tan pronto como lo vio duro frente a ella, lo hizo sentarse y se arrodilló entre sus piernas.

- Leticia...

-Shuh... -Le hizo señas con el dedo para que se callara, luego sostuvo el miembro con la mano moviéndose de arriba hacia abajo, presionando suavemente. Fernando se apoyó en el sofá disfrutando de la vista de esa mujer caliente de rodillas frente a él. Él no se había corrido ni una sola vez todavía, pero si ella continuaba así, no se contendría por mucho tiempo.

Cuando su boca reemplazó a su mano, Fernando soltó un gemido ronco, golpeando su cabeza contra el sofá. Leticia rodeó el glande con la lengua y luego tomó una boca llena, "tragando" rápidamente mientras chupaba y movía la lengua a lo largo de toda su longitud. Parecia amar lo que hacía, lo miraba con cara de picardía, deteniéndose de vez en cuando para deslizarlo por sus labios como si fuera un lápiz labial, para luego volver allevarselo a la boca, atragantandose por su gran tamaño.

Él estaba a punto de volverse loco de lujuria, pero ella no parecía querer parar así que sintiendo que pronto se correria, Fernando envolvió su cabello en su mano y la ayudó con los movimientos, viendo como ella se deleitaba con su miembro.

-Te gusta eso, ¿verdad? Preguntó con un desfallecimiento en su voz, pero ella no necesitó responder, solo sonrió sensualmente, sintiéndolo latir en su boca. Fernando no pudo contenerse más, no pudo más, se contuvo mientras ella lo montaba en el auto y cuando en el camino le practicaba sexo oral y ya estaba explotando. Soltándole el cabello para que ella decidiera que hacer a continuación, se rindió al placer que sentía, liberándose a chorros en esa deliciosa y hábil boca.

Después de asimilarlo todo, ella sonrió, la varonil verga que permanecía dura. Fernando se levantó y la hizo quedarse en el sofá, a cuatro patas y con el culo levantado para él. Antes de volver a entrar en ella, se deleito un poco más en su intimidad, chupando y lamiendo preparándose para recibirlo, luego se arrodilló y frotó su polla en lahúmeda entrada, metiendo la cabeza levemente y retirándose de forma provocativa. Leticia gemía en protesta cada vez que entraba y salia.

-Fernando, ahora, -Preguntó en un susurro.

-No oi.- Bromeó un poco más deslizándose por el clitoris.

-Fóllame, por favor. La voz salió ronca y sonriente metió su miembro en su intimidad entrando profundamente de una vez. Leticia gimió de satisfacción al sentirse completamente llena por el y luego comenzó a rodar a cuatro patas mientras la golpeaba en el trasero. Esa posición era suficiente para volver loco a cualquier hombre y Fernando inmediatamente comenzó a moverse con fuerza, entrando y saliendo de ella a un ritmo frenético. Sus cuerpos chocaron, emitiendo un fuerte sonido a través de la habitación mezclándose con los gemidos sensuales que ella soltó.

fuerza.

-¿A ti te gusta asi? -Preguntó empujando con

-Ain, bueno, ino te detengas! Ordeno apoyando la cabeza en el cojín del sofá, haciendo cabriolas aún más para él. La vista de ese culo caliente posando sobre el y el de su polla deslizándose dentro de ella sin ninguna dificultad era demasiado

perfecta. Había dejado la huella de su mano en una

de sus nalgas y ahí es exactamente donde la golpeó

de nuevo, lo suficientemente fuerte como para

marcarla pero no para causarle dolor.

Fernando salió de su interior y ella protestó.

-Vendrá - Le preguntaste y ella obedeció. Estaba sonrojada y sudorosa. Con la espalda de ella en el sofá, se deslizó dentro de ella, cubriendo su pequeño cuerpo con el suyo. Sus labios buscaron los de Leticia en un beso lleno de deseo mientras con una mano le levantaba la pierna y empujaba con fuerza. Leticia agarró su cabello rizado con una mano y con la otra apretó su espalda, rascándose con fuerza.

- Delicioso, - Le susurró al oído y volvió a besar su boca. Oleadas de placer invadieron el cuerpo de la mujer haciéndola estremecerse debajo de él y envolver sus piernas alrededor de su cintura, explotando en otro orgasmo, esta vez aún más intenso. Leticia gimió con picardía, clavándole las uñas en la espalda. Al darse cuenta de que había llegado a la cima de nuevo, Fernando se arrodilló y sujetándola por la cintura, aumentó la velocidad desus embestidas. No pasó mucho tiempo para que él también se rindiera, disfrutando una vez más

Agotado, se derrumbó a su lado en el sofá tratando de controlar su respiración. Permanecieron en silencio durante unos minutos hasta que la escuchó respirar con dificultad. Fernando sonrió y se levantó y fue al baño donde se dio una ducha rápida. Cuando regresó a la sala, Leticia aún dormía profundamente, asi que la recogió y la llevó a su habitación. Después de colocarla en la cama, la tapó y se acostó acunándola en sus brazos, quedándose dormido de inmediato.

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