Capítulo 7

1 0 0
                                    

De aquel horrible día habían pasado exactamente sesenta días, aquella niña de cabellos rojos no había abierto los ojos ni había movido un solo músculo, su cuerpo estaba más ligero y delgado. Su padre y abuelo estaban desesperados mientras buscaban ayuda para sanar a su pequeña niña.

Los príncipes y la princesa habían ido a verla, sus hermanos, su hermanastra y madrastra, incluso el emperador había ido en persona para ver a esa niña.

—¿Cuándo va a despertar?—. Pregunto Patricia mientras sostenía la mano de su madre y observaba a su padre llorar mientras sostenía la mano de la niña que parecía un muerto que nunca conseguía paz.

—Pronto, despertará pronto—. Con lágrimas en los ojos, respondió la madre para después abrazar con fuerza a su hija.

Al cumplir setenta días en cama Patrick fue a visitarla y llevó un pequeño ramo de flores blancas y un jarrón con hermosos detalles, Patrick se sentó y con vergüenza sostuvo la pequeña mano huesuda.

—¿Cuándo vas a despertar, sapo?—. Pregunto débilmente mientras se recuesta en la cama; para después sentir un fuerte dolor en su cabeza, molesto se levantó para ver al mocoso hermano mayor de Peyton.

—¿Qué haces tocando y durmiendo con mi hermana?—. Pregunto molesto.

—Solo...solo sostengo su mano,  y no estamos en la misma cama, no exageres tanto—. Respondió avergonzado.

—No la toques, no la mires ¡Vete!

—Me permitieron poder venir

—No me interesa ¿Crees que te casaras con ella cuando despierte?

Patrick mostró un gesto de confusión, ¿Qué tan loco está ese pelado? ¿Si sabe la edad que tienen? Pero aun así no pudo evitar sentir vergüenza.

—Lleva mucho tiempo, realmente...esta viva—. Cedrick golpeó a Patrick provocando que cayera, por supuesto Cedrick siguió golpeándolo. 

El hijo mayor de Finral comenzó a golpear con fuerza e ira al mayor de los White, sus padres podían ser muy amigos pero eso no iba a impedir que le diera una paliza, algunas criadas entraron para detenerlos y entonces...

—¡¡AHGR, AHHH AHHH!!—. Cubriendo sus ojos y pateando a la nada, Peyton comenzó a gritar con desesperación. Los presentes no sabían que hacer, el abuelito apareció con un rostro demacrado y corrió hacia su nieta.

—¡¡Llamen a los magos!!—. Grito Finral, ordenó que ambos niños salieran de la habitación.

Cedrick y Patrick estaban sorprendidos y ansiosos, aparecieron los príncipes y el emperador, quien sin preguntar  entró la habitación para ver la situación.

Pasados varios minutos Peyton dejó de gritar; para quedar en un estado de shock, parecía un muerto y eso era tan deplorable para los demás. Realmente no querían verla de esa forma, no importaba cuanto le hablaran la pequeña niña no respondía y en su rostro no había expresión. Los días pasaban y pasaban, el rostro de la niña no cambiaba y su cuerpo estaba aún más delgado que antes.

—Debemos pedir ayuda a otro imperio, llamar a la santa.

—Pero eso sería arriesgado. Comentó Eliot Pedirán que les entreguemos los Ross, es posible que se hayan enterado, hace un par de semanas observe a personas de otros imperios merodeando las calles del ducado—. El hombre musculoso suspiró y con su mano dominante agarro un vaso de agua.

PeytonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora