☆ capítulo 1

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El agua caliente recorría su delgado cuerpo y con mucha delicadeza pasaba la áspera esponja por toda su anatomía un poco lastimada

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El agua caliente recorría su delgado cuerpo y con mucha delicadeza pasaba la áspera esponja por toda su anatomía un poco lastimada. Al terminar enjuago todo el jabón y salió del baño para proseguir a vestirse, abrió el armario escogiendo un lindo atuendo color blanco que consistía en una camisa de botones ancha y sobre ella un chaleco de cuadros cafés, con un pantalón del mismo color que la camisa. 

Hoy quería verse bonito y presentable para su esposo, antes de que este regresará del trabajo. No deseba hacerlo enfadar como la última vez, por no arreglarse como correspondía.

Se sentó frente al tocador para tomar su maquillaje, poniendo un poco de base sobre una pequeña esponja, dirijo está a su rostro y con cuidado dio toquecitos sobre la mejilla, donde aún se podría  apreciar la gran marca color rojo, ―casi morada― que había quedado sobre su piel, y después de terminar con ella, siguio con los varios hematonas y moretones que pudieran ser visibles para los demás.

Cuando él menor acabo, camino hacia el enorme espejo en medio de la habitación para mirarse, observo cada centímetro de su ser, quedando nada conforme con lo que veía.

Su esposo se había encargado especialmente de que se odiara a si mismo, gracias a los malos comentarios sobre su cuerpo.

"Te ves horrible"

"Estás demasido gordo"

"Quitate eso, se te ve la barriga"

"Deberías bajar de peso"

"Me das asco"

Esos habían sido algunos de los varios desagradables comentarios que ha escuchado de la boca de su esposo y que con del paso tiempo termino creyéndolos.

Al ver su reflejo lo único que veía era a una persona fea y pasada de peso.

Taehyung quería con todas sus fuerzas amarse y tener esa confianza que perdió, pero más que eso, anhelaba el aprecio, amor y cariño que había tenido cuando inicio de su matrimonio.

Claro, lo encontraba casi imposible.

Volviendo a la realidad, el castaño salió de la habitación yéndose a la cocina donde yacía preparándose la cena, pues sus suegros llamaron temprano recordando que irían a visitarlos como todos los viernes. Deseaba que estuviera todo perfecto, así Namjoon estaría contento con él y solo tal vez obtendría una muestra de cariño o agradecimiento de su parte.

Quería pensar positivo.

El ruido de la puerta azotandosé se escucho por todo el departamento avisando la llegada de su marido a casa.

Y por su puesto que el menor corrió  rápidamente hacia él para recibirlo con una enorme sonrisa.

—¡Namu! ¡Regresaste temprano! —exclamo feliz, intentando besar su mejilla. El mayor se aparto de inmediato evitando dicha acción.

—¿Qué hay de cenar? Muero de hambre. —pregunto restándole importancia al anterior gesto de su novio.

Taehyung quitó la sonrisa de su rostro y bajo la cabeza ante esto.

—Umm... l-la cena está casi lista.
Prepare el platillo favorito de tu mamá, ya que esta noche vendrán a cenar como de costumbre. —dijo cabizbajo.

—¡Mierda! Lo olvide.

Exclamó con preocupación.

—No te preocupes, amor, he limpiado el departamento, la comida esta en el horno, y tu traje esta listo, lavado y planchado sobre la cama. Todo perfecto para cuando lleguen tus padres.

Namjoon lo observo detenidamente de arriba a abajo con una mirada inexpresiva, mientras que Taehyung pensaba con terror que quizás había hecho algo mal o olvidado alguna tarea.

—Muy bien ―hablo por fin―. Iré a darme una ducha. Pon la mesa y espero que cuando salga ya este puesta, ¿Entendido? —preguntó recibiendo un asentimientó del menor.

El mayor dio media vuelta para irse, pero antes de marcharse de la sala, le dijo:

―Lo olvidaba. Cambiate esa ropa, pareces una vaca —sin más, se fue a su habitación.

Taehyung quedó estático en su lugar, con lagrimas cayendo de forma automática sobre sus mejillas. Aquellas palabras hirientes solo provocaban más  grietas sobre su ya frágil.

¿Por qué?

Si, hacía todo bien.

¿Por qué su esposo seguía tratandolo como basura?

Acaso un poco de amor, ¿Era mucho pedir?

Probablemente ese rubio de cuerpo perfecto, sí era mil veces mejor el.

Porque sí.

Sabía perfectamente desde hace meses sobre el amante de su esposo. Y aunque doliera como el mismo infierno, prefería callar su dolor.

Ignorando por completo la traición
del hombre que algún día le juro ser
"el amor de su vida".

Ignorando por completo la traición del hombre que algún día le juro ser"el amor de su vida"

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