❤️

416 39 21
                                        

CAP 26

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAP 26

.

.

.

A Joshua no le hizo ninguna gracia este giro de los acontecimientos.

"¿Cómo es posible?", gruñó, entrando en la sala de seguridad del Ministerio. "¿No había nadie vigilándola?".

Jeonghan le siguió hasta la sala, tocando ligeramente su muñeca con la punta de los dedos. El toque lo calmó al instante, aliviando su frustración.

"Sí había, Su Majestad", dijo un oficial, inclinándose hacia ellos. "Soy el oficial Marrat, a cargo de la investigación. El prisionero tuvo ayuda externa. Miren".

Dirigiéndose a las numerosas pantallas, reprodujo uno de los vídeos, ampliándolo.

En el vídeo, dos hombres encapuchados entraban en el pasillo fuera de la celda de Dalatteya. Los tres hombres que custodiaban la celda se giraron bruscamente, echando mano de sus armas, pero se detuvieron, haciendo ruidos de estrangulamiento y agarrándose la garganta frenéticamente, como si se estuvieran ahogando.

Parecía ser obra del más alto de los dos hombres: dio un paso adelante, con la mano apretada. Los guardias fueron perdiendo el conocimiento uno a uno.

Joshua frunció el ceño, observando la escena. Algo tiró de su memoria, y tardó un momento en recordar por qué aquello le resultaba familiar. Jun también tenía ese talento: el de ahogar a la gente con su voluntad cuando estaba enfadado. Era un don telepático extremadamente raro, pero el hombre que lo hacía definitivamente no era Jun: la forma de su cuerpo era diferente, su capa oscura con capucha no lograba ocultarlo. Algo en su postura le resultaba vagamente familiar a Joshua, pero no podía precisarlo.

"¿Están muertos?" Dijo el otro encapuchado. Joshua reconoció su voz. Era Uriel.

"¿Importa?", dijo su compañero, tomando una tarjeta llave del guardia y abriendo la celda. Entró en ella, y Uriel le siguió.

"Un momento", dijo el oficial Marrat, cambiando a otra cámara.

Ésta mostraba a Dalatteya en su celda.

Estaba sentada en la cama con un sencillo uniforme de presidiaria, y su larga y frondosa cabellera contrastaba con la monotonía gris de su entorno. Tenía la mirada perdida en el suelo, el rostro pálido y los ojos brillantes por las lágrimas.

Jeonghan inhaló bruscamente, emanando angustia.

Joshua le tomó la mano. Jeonghan exhaló, apoyando su hombro en el de Joshua. El agente Marrat los miró con curiosidad, pero apartó la vista cuando Joshua le dirigió una mirada plana.

En el vídeo, la puerta de la celda se abrió y Dalatteya levantó la mirada. Se quedó con la boca abierta mientras miraba al encapuchado.

"Lo siento, mi señora", dijo Uriel rápidamente, entrando también en la celda. "¡Sé que desafié sus órdenes, pero no sabía qué más hacer! Me persiguieron las autoridades y a duras penas conseguí llegar al piso franco. Me convenció de que podía ayudarme a liberarte".

avisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora