Prólogo

8 0 0
                                    

-Hace muchos, muchos años atrás- narraba la abuela.- Antes de la invención de la rueda, existía una raza que compartía características físicas con los humanos normales, pero que tenían habilidades muy distintas y especiales a estos, podían controlar los elementos de la naturaleza.

"Hablaban con los animales y con las plantas, podían manipular cosas solo utilizando su mente, creaban fuego de la nada, hacían que lloviera para los tiempos de sequía, llamaban al viento para que les guiara en el mar, creaban casas de piedra sin tener que hacer ningún esfuerzo físico, podían predecir el futuro y sus predicciones nunca fallaban, y hacían muchas cosas más,  pero que si las nombráramos todas nos llevaría hasta mañana. Eran los Bolum  y vivían en el continente Bolyum."

-Se tomó un momento para pensar.- Dentro de esta raza existían cuatros reinos que destacaban: El reino del fuego, Fuya, en el cual todos sus habitantes sabían controlarlo. El reino del agua, Yora, que daban vida a los seres vivos. El reino del viento, Vaire, donde el viento los guiaba. Y el último, pero no menos importante, el reino de la piedra, Rodra, que con un solo chasquido de sus dedos movían montañas.

Los distintos reinos convivían en paz y armonía, nunca ocurrió ninguna guerra entre ellos, solucionaban los conflictos hablando entre ellos y llegando a un acuerdo o haciendo duelos amistosos en los que no moría nadie. Cada reino tenía una fuerza militar mínima ya que, al no haber conflictos, no la necesitaban.  

Dentro de los reinos existían ciudades en las que vivían ramas diferente que utilizaban habilidades distintas a las cuatro principales, estas ramas nacieron a partir del cruzamiento de las ramas principales dando a paso a criaturas con poderes muy distintos.

Un día llegaron al continente unas criaturas que eran físicamente iguales a los Bolum, con la única diferencia de que estos no tenían poderes. Fueron recibidos con alegría, se les dio una parte del territorio para que pudieran vivir en paz y para que pudieran crear un nuevo reino completamente diferente.

Los humanos, la raza sin poderes, se instalaron en ese pequeño reino y empezaron a construir y a utilizar su principal y única habilidad, su inteligencia. Los humanos crearon unos aparatos con diferentes funciones para que los ayudaran. Sus pequeños pueblos con casas de madera pasaron a ser de piedra a ser de metal con la ayuda de estas máquinas. Descubrieron nuevas fuentes de energía, nuevos medios de transporte, nuevas formas de cultivo y de crianza de ganado consiguiendo ir creciendo poco a poco hasta llegar a lo que son hoy en día.. 

Llegaron a hacer cosas impensables para los Bolum y estos miraban a los humanos con admiración. Los humanos se asombraban con las habilidades de sus vecinos, les parecían fantásticas. Su admiración llegó hasta tal punto que ellos también querían tenerlas, intentaron de todo, y aunque algunos experimentos llegaron a funcionar, nunca consiguieron ni siquiera acercarse un poco a las hazañas que hacían los Bolum.

Poco a poco los celos inundaron su ser, empezaron a odiar a los seres que les dieron cobijo en aquel continente.-La tristeza y el rencor se fueron apoderando de la mirada de la anciana.- Sabiendo la poca fuerza militar de los Bolum idearon un plan que les llevaría a la victoria, pero primero tenían que crear unas máquinas que resistieran los ataques de la otra raza y lo hicieron.

Armados con esta tecnología empezaron atacando a los pueblos más pequeños de Yora hasta llegar al núcleo de este y derrotarlo, para que después le tocara el mismo destino a los otros reinos. Los Bolum se defendían, pero sus ataques no daban resultado y su fuerza militar era tan escasa que los humanos acabaron con ella en un instante.

Solo unos pocos consiguieron sobrevivir, refugiándose en el fondo del mar, en las profundidades de la tierra y encima de las nubes.

Desde entonces el continente a estado dominado por los humanos, capturando a las otras criaturas para experimentar con estas y aún hoy en día, 5.000 años después no han conseguido poder utilizar estas habilidades, solo crear unas armas con efectos parecidos y mejoraron sus defensas. Los Bolum han sido condenados a tener que huir y esconderse, sin poder hacerles frente.

Hasta aquí lo dejamos- dijo la anciana un tanto triste- mañana continuaré contándote...

PerseguidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora