Epilogo

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En la tarde.

Sala de internación, Hospital General.

Un trío de chicas estaban rodeando la cama dónde un herido Midoriya se encontraba en reposo, sus semblantes de tristeza y preocupación eran acompañados por el agresivo tono en sus voces.

Dinos qué le ocurrió a Kyoka-san—.

¡Habla ya, Midoriya!—.

¡Nos importa un carajo su misión secreta! ¡Si ella pudiese contarnos qué le pasó lo haría!—.

El chico de los rizos pensó que la perseverancia de las jóvenes no le permitiría escapar sin dar una respuesta satisfactoria —Supongo que no tengo opción…— Dijo con cierta tristeza en su voz —Que esto no salga de esta habitación—.

¡Cerraré la puerta para que no se escape!— La chica invisible buscó mayor comodidad para que su compañero pudiese hablar sin miedo a una mayor cantidad de testigos.

Yaoyorozu puso su mano en el hombro del peliverde —Sólo queremos entender qué pasó, no te culparemos por lo sucedido— Se expresó con un tono de voz comprensivo y mucho más calmado que hace unos momentos.

Le costaba levantar la vista para mirar a sus compañeras, en su lugar centró su atención en los dedos que acariciaban las cicatrices en sus manos —Estábamos en una misión de rescate, ella nos estaba guiando entre unos pasillos laberínticos para poder alcanzar al secuestrador, hizo un gran trabajo— No estaba nervioso, no tartamudeaba y su relato era fluido y sereno —Cuando alcanzamos a Eri, el villano enloqueció y comenzó a atacar a todos los héroes, Jiro-san aprovechó su distracción para destruir las balas especiales que los yakuza estaban creando y…— Giró su cabeza hacia la cama que estaba a su lado, casi esperando un permiso para continuar.

¿Y bien?— Ashido estaba impaciente y reteniendo las lágrimas en sus ojos.

Ella fue atacada por picos de piedra y…— Se notaba cuánto le costaba seguir con la historia.

¡Ya dinos qué le pasó!— Gritó la cansada chica translúcida.

¡L-la salvé con una patada veloz!— Levantó la voz para sonar más convincente y ¿Genial? —Y Togata aprovechó la oportunidad para reducir al villano y la misión terminó—.

Todas las presentes estaban sin palabras, eso no resolvió duda alguna y tampoco sonaba del todo creíble.

¿Y por qué no ha dicho nada desde que llegamos? Está ahí, sentada, callada, ignorándonos— Señaló indignada la joven de tez rosada.

O-oh…¿E-eso era lo que querían saber?— En respuesta obtuvo 3 diferentes expresiones de decepción, resignación y "no me jodas" —P-pues… cuando la salvé, sus audífonos explotaron y d-dañaron sus oídos— Esperaba que su explicación a medias fuera suficiente para persuadirlas, improvisar era muy difícil para él.

La rockera, quien tenía vendas envolviendo su frente y sus orejas, levantó la mano en forma de saludo tratando de mostrar una sonrisa, confundida por no saber qué estaba pasando.

Y no quiere hablar porque si no puede oír su propia voz entonces gritará al no poder medir su volúmen, lo entiendo, Kyoka-san no puede comunicarse— Concluyó la joven millonaria, quien creó una libreta y un lápiz para poder expresarle una pregunta.

¡ESTOY BIEN YAOMOMO! ¡FELIZ DE VOLVER A VERLAS! ¡GRACIAS POR PREGUNTAR!— Se expresó de manera alegre.

Ya veo…— Dijeron las otras tres casi en coro.

No Se Puede Cambiar El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora