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Las mañanas de Sunoo eran tan agobiantes, cada una de ellas resultaba incómoda desde que él dejo de estar a su lado
Levantarse a preparar su desayunar en la mañana, sabiendo que al despertar nadie estaría a su lado, tomar su café en silencio en aquél enorme departamento que siempre le pareció demasiado para ellos dos
Darse un baño que en principios era corto pero luego se volvió uno largo dónde se intentaba despejar pues las horas del día últimamente eran tan extensas que solía aburrirse si no las usaba todas, al salir se tomaría el tiempo de perfumarse con cuidado y se pondría un poco de maquillaje solo para sentirse aún más bonito
Cómo si alguien fuera a notarlo, como si alguien sintiera su fragancia que con tanto esfuerzo intentaba impregnar en su cuerpo, quizás para atraer a quién hace mucho no sentía cerca, a ese calor que no lo cubría hace tanto pero tanto tiempo
Terminando con su aspecto y cuidado, se iría a ordenar un poco la casa, quizás cambiaría las sábanas y las pondría a lavar como si el día anterior no hubiera hecho exactamente lo mismo, miraría programas de chimentos porque las noticias le aburrieron el mes pasado y buscaría con que música entraría en el labor de pulir los pisos y sacudir los almohadones
Estaría esperando pacientemente la hora del almuerzo, no precisamente por hambre sino que significaba que tenía algo que hacer, preparar el almuerzo ayudaba a qué la hora pasará más rápido y podría distraer de su mente la idea de que su novio llamaría para saber cómo estaba
Porque hace mucho dejo de llamarlo durante su almuerzo, como si dejará de interesar su bienestar
Terminando el almuerzo, aveces más elaborado que otros días y siempre con el propósito de perder tiempo, se tomaría el placer de dormir una leve siesta de quizás dos horas para poder tener energías en la noche
Necesitaba estar siempre activo durante la noche, no podría saber que día se le ocurriría a Sunghoon llegar con ganas de mirar una película, de jugar juegos de mesa, de hablar o de hacer el amor
Podía ser cualquiera día, o ninguno
Luego de la siesta quizás tomaría otro café mientras mira su novela de la tarde, para que cuando está termine se disponga a preparar la cena con mucho esmero como si quién la fuera a comer fuera un crítico muy importante de la gastronomía
Pero nisiquiera recordaba cuando fue la última vez que su novio cenó con él y le dio un elogió a su comida, pero su esperanza siempre estaba intacta
Cómo si la rutina de ese día no fuera la de los últimos cinco meses, donde no veía para nada a su novio porque este llegaba tarde y se iba temprano
Aún con la idea de que ese día lo vería, cenó en silencio y completamente solo para luego dejar los platos sucios en la cocina, quizás al día siguiente los podría lavar y perder más horas del día