In the hands of the devil

How to help a little bird to sing

Las doncellas, quiénes habían estado reclusas durante el lapso de un año, habían escuchado de los labios del duque que pronto una nueva residente se uniría a ella, por lo cuál, las féminas se encontraban impacientes esperando a la nueva concubina que su señor traería.

Lukana ya estaba manos a la obra con el bello ropaje que ofrecería a su nueva compañera mientras el resto de féminas charlaban sobre cómo nuevamente tendrían que coordinarse para que cada una tuviera un momento con su amo.

El parloteo se detiene cuándo detrás de la puerta escuchan un golpe, como si algo hubiera sido arrojado sin consideración contra la entrada hacia al sótano, asustando a las mujeres.

¿Acaso el amo había sido herido? Fue el pensamiento colectivo. Mikulia fue la primera en correr hacía la puerta, y si bien el duque les había prohibido salir del sótano hasta que traiga a su nueva compañera, inmediatamente girando la perilla. 

(...) 

El rostro de las mujeres mostró sorpresa ante "la joven" que yacía arrinconada dolorosamente contra la pared por el duque quien sonreía ante las lágrimas que empezaban a desbordarse de los ojos de aquel mal intentó de asesinó. 

Antes de que cualquiera de ellas hablará, Venomania encaró a la joven de coletas, una sonrisa viperina pero encantadora se dibujó en su rostro. Un contraste bastante grande teniendo en cuenta la dureza con la que apretaba las muñecas de "la mujer" de cabellos azules quien no paraba de forzajear. 

─ Mikulia, querida. ¿No les dije que se quedarán abajo hasta que yo les avisara? No quiero que conozcan a nuestro invitado aún. Cómo pueden ver, estoy enseñándole modales.─ 

El tono dulce se mantenía a flote, embelesando a la joven de coletas que rápidamente susurro un diminuto "lo siento" volviendo a cerrar con delicadeza la entrada.

Las chicas quedaron en silenció, Mikulia volvía radiante a sentarse junto a Lukana murmurando "El príncipe se ve más feliz que antes" mientras está última miraba tristemente el vestido que estaba cociendo para la nueva concubina. 

☆彡

Cuando el acceso al sótano fue nuevamente bloqueado, Venomania dio un suspiró, como si de un hombre enamorado se tratase. Crim pudo sentir cómo su estómago se revolvía, fue un instante, pero estaba seguro que pudo ver a su prometida por el rabillo del ojo entre esas mujeres. 

─ ¿No son lindas? Preocupándose por alguien como yo. ─ La vista del duque finalmente abandonó la puerta para mirar a su presa nuevamente, sonriendo al ver lo vulnerable que lucia aquel noble caballero; el vestido mal colocado por el forzajeo que había acabado con el hombre azotado contra la puerta y posteriormente con la pared, los ojos llenos de furia y lágrimas de impotencia por no ser capaz de liberarse además de las dolorosas marcas que ahora estaban plasmadas en ambas muñecas gracias a su agarré. Inevitablemente, el 'demonio' relamio sus labios. ─ Incluso tu amada estaba ahí, preocupándose porque su amo no estuviera lastimado. ─

Noto como el hombre se encogía en su agarre y gruñia ante lo dicho. 

Oh. 

Esto sin duda será divertido. 

─ ¿Mi querido azulejo esta celoso? ¿No es adorable? ─ Se inclinó, azotando los brazos del hombre con dureza contra la superficie, finalmente impidiendo que pudiera moverse demasiado. Sus labios se curvaron mientras se acercaban lentamente a la piel de su cuello, expuesto, el suave olor a vainilla llegó a su nariz era tan agradable, que no pudo evitar dejar un mordisco.