one ㅡ totally a mess!

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Nunca me explique porque tenía el talento de arruinar las cosas. Tampoco era torpeza natural. Simplemente, las cosas salían muy diferentes a como siempre lo imaginaba.

—San. —Le llamé con una sonrisa— ¿Podrías ayudarme con..

Sin querer, o terminaba derramando algo sobre él, o simplemente pasaba una cosa tan aleatoria. De esas que solo suceden rara vez frente a una cámara. Choi bajó su mirada sintiendo la crema del panecillo en su camisa.

Si, yo había hecho eso sin querer y aún no me explicaba como lograba hacerlo desafiando la ciencia y la lógica.

— ¡Lo siento! —Exclamé preocupaba mientras sacaba algunas servilletas para él, pero, terminé derramando la leche de cajita que había en su pupitre— Lo siento, no ví que...

Todas las miradas en mi. Realmente me odiaba a mi misma por arruinarlo todo siempre. Siempre frente a Choi San.

—Descuida, —negó él— ¿que ibas a pedirme?

—No es nada. —Dije algo apagada, y una vez más salía huyendo cabizbaja.

Es increíble la forma en que el universo creaba una escena tan icónica siempre frente a Choi San, y yo era el bufón de esa escena. La actriz estrella torpe y femenina que a todos les da ternura, pero yo no causaba eso y mucho menos era linda para ser perdonada. Creían que lo hacía a propósito, como si quisiera llamar la atención y es obvio que quería llamar la atención de Choi San, no la de los demás estudiantes y mucho menos de esa forma.

En vez de un "llamó mi atención porque derramó su jugo sobre mi camisa", debería ser un "llamó mi atención porque es tan linda". Solo pedía eso. Pero, al parecer mi vida era como la de una guerrera de Waterloo, siempre perdiendo debido a las circunstancias. 

Negué mientras seguía haciendo la actividad en mi cuaderno. Era muy buena en todas las materias, no tanto para ser de los primeros lugares, pero lo suficiente para sostenerme. Choi, en cambio, siempre estaba en el cuadro de honor luciendo con una dulce sonrisa su primer lugar. Era el príncipe ideal, pero poco popular porque las chicas querían chicos malos que fueran fríos, rudos y que solo fueran cálidos una que otra vez. Para mí eso era una tontería. ¿Por qué resultaba más interesante para ellas un chico malo que uno tan educado y divertido? No lo entendía.

Aunque, bueno, podía apreciar a San sin molestias. No había muchas chicas interesadas en él, de hecho, no había una interesada tanto en él como yo. 

—Ji Chanmi, —la presidenta del club de consejo estudiantil me llamó, Joo Seunghee— escuché de los estudiantes que otra vez hiciste una escena en el aula de teatro.

—Seunghee—ssi, ¿de verdad tiene que venir a recordarme mi desgracia cada que un intento por hablar con Choi San sale mal? —Me quejé— No quiero hacer más aseo voluntario—obligatorio.

—No será así. —Negó ella sonriente.

— ¿No?

—Irás a clases de reformación. —Asintió Seunghee entregando la hoja de acceso a dicha clase.

—No soy una delincuente, —negué— solo soy una chica que quiere confesarse al chico que le gusta hace un año pero que siempre todo le sale mal, ¡no necesito reformación!

—El consejo dijo que era hora de que asistieras a una de ellas debido a las quejas de otros estudiantes, en realidad, las quejas de los del consejo. —Seunghee suspiró— Como sea, tienes que ir.

Dejé caer la cabeza sobre mi cuaderno, no quería ir a clases de reformación, no era ninguna rebelde. ¿Por qué los demás se metían en asuntos ajenos? Si dedicarán más tiempo a ocuparse de sus asuntos nada de esto hubiera pasado.

waterloo ✰ choi sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora