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Era un nuevo día para el omega solteron de Minho.

A este punto de su vida estaba considerando adoptar alguna mascota, se preguntaba que pasaría con los detalles desconocidos si eso sucedía.

Hoy era un día especialmente frío, el aire se sentía húmedo y las calles eran bañadas por la niebla siendo casi imposible diferenciar cosas a la distancia, un día perfecto para alguien que adoraba el silencio y la oscuridad como él. Aunque pésimo día para tomar un baño frío por la mañana.

De mala gana entró al baño, se sentía especialmente cómodo en ese lugar, ver la pequeña habitación y las cuatro paredes protegiendolo le daba una extraña sensación de confort.

Empezó sacando sus pantalones, por último su camisa, reviso nuevamente que tuviera las cosas necesarias para no salir desnudo por su casa y así era. Parecía ser otro día rutinario para el omega, hasta que observó su imagen en el gran espejo encima del lavabo.

Los últimos meses se había acostumbrado a recibir dulces, comida, ropa interior e incluso dinero. Estaba tan acostumbrado a su nueva normalidad, la rutina donde llegaba a casa y encontraba lencería, paquetes de chocolates, cartas de amor o de como le harían el amor desde hace 3 años sin poder hacer nada al respecto, estaba acostumbrado a dar por echo que no tenía control en su vida, que se sentiría vacío por que así tenía que ser y que tenía un maldito acosador por qué se lo merecía, merecía vivir torturado con unos ojos mirando cada uno de sus movimientos.

Tanto, que olvidó como se sintió perder el aliento, no poder dormir por meses por el miedo, atrincherarse en su hogar y asegurarse con más de 1 decena de candados en cada una de sus puertas.

Las marcas de besos en todo su torso le hicieron recordar que su vida era una mierda.

No fue capaz de moverse de su sitio, su garganta quería expulsar algo, no sabía si un grito o su cena de ayer, no tardó en llorar y resbalarse en el suelo, encogiendose, protegiendose a sí mismo con sus brazos, por que ni siquiera las paredes, los candados, o la justicia podía protegerlo, solo el mismo.

Ni siquiera podía contar con exactitud cuántos chupones había entre su cuello hasta su estómago, lo puntos rojos iban y venían de todas partes que mirara.

¿En que momento?

Se sentía asqueroso, si pudo haberle echo eso con tanto descaro, que otras cosas fue capaz de hacer cuando estaba indefenso?

Abrió la ducha y entró, limpio su piel con tanta fuerza que ardía, pero el no sentía dolor, repitió y repitió la fuerza en cada marca, su cuerpo ahora estaba más enrojecido y arañado, algunas partes habían sido tan lastimadas que la piel fue expuesta.

Había tocado fondo, no debía salir de ese lugar mañana o el mes que viene como siempre quiso hacerlo.

Solo tomó sus cosas en un mochila, apago sus luces y salió de casa.

A la mierda todo.

A la mierda su rutina.

Había cometido errores de los que se lamenta hasta ahora, pero era ya era hora de pedir perdón.

Y aún más importante, perdonarse a sí mismo.










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No pensé escribir otro cap tan rápido, llevaba algunos días con esta idea en la cabeza y decidí escribirla solo para sacramela y estar tranquila, pero me está gustando como va llendo esto.

Quería escribir más situaciones donde Minho recibía cosas extrañas pero no se me ocurren (?) me exprimi así en los dos primero caps jsja ni pensé escribir otro cap más y aquí estamos. Si tienen ideas agradecería mucho que las dejaran por que no me llega la imaginación.

ObservandomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora