If the Love is Pure || Omegaverse

Capítulo 13

Lando se sentó en la esquina de la ducha, el agua caliente de arriba le golpeaba las espinillas y los pies, pero nada más en su cuerpo. No estaba seguro de cuánto tiempo había estado en la ducha y no estaba realmente seguro de si quería saber. Sus dedos estaban podados, así que debe haber pasado un tiempo. Había tenido que girar la manija del grifo más hacia caliente de vez en cuando para evitar que el agua se enfriara.

La casa que sus padres habían estado buscando había sido comprada, lo que significa que aún no había un lugar en Inglaterra, incluso después de todo el tiempo. Bueno, no cualquiera que cumpliera con los estándares de sus padres, supuso. Lando no sabía si alguna vez habría realmente un lugar en el mundo donde estaría a salvo.

¿Por qué Carlos no lo había mordido cuando preguntó? Joder esperando hasta el último minuto, tenía que hacerlo ahora. Zak estuvo en Mallorca. Le había tomado un tiempo, pero... estaba aquí. Mudarse a otro lugar en España no iba a funcionar de nuevo.

Si pudiera entrar en su apartamento en Madrid, podría entrar en la villa en Mallorca, o en una casa en Sevilla, o en un loft en Barcelona. No había ningún lugar donde esconderse en el campo, por lo que tendría que ser un salto a otro lugar.

Inglaterra era lo único que podía venir a la mente.

Un golpe en la puerta del baño seguido de un suave y malhumorado, "¿Lando? ¿Puedes...? ¿Llevas ahí un rato? Estas bien...?" La voz de Carlos envió un escalofrío por la espalda de Lando, pero se obligó a ignorar la reacción y se deslizó directamente bajo el agua.

Su piel ardía bajo el calor ya que la mayor parte de su cuerpo lo había estado evitando en la esquina. Sin embargo, no se molestó en hacer un sonido de protesta, ya que ya le había dolido la garganta de tanto llorar. Otro raspado de nudillos en la barrera de madera hizo que Lando cerrara los ojos.

Carlos podía entrar, o no podía. A Lando realmente ya no le importaba de una forma u otra. No era como si pudiera evitar al Alfa para siempre. Efectivamente, la puerta se abrió con un crujido y el sonido silencioso de la ropa arrancándose de la piel llenó el silencio que se extendía entre ellos.

Cuando se abrió la puerta de cristal de la ducha, Lando finalmente abrió los ojos y mantuvo la mirada fija en el desagüe junto a los dedos de los pies. ¿Adónde iba toda el agua que estaba desperdiciando? Con suerte, en algún lugar mejor que donde estaba ahora.

Los pies bronceados se deslizaron junto a los suyos, las rodillas se juntaron a los costados y los brazos cálidos envolvieron la cintura de Lando para tirar suavemente del chico hacia atrás hasta que estuvo descansando contra el pecho de Carlos. Los labios afelpados besaron los moretones, las marcas y las costras de mordidas en su cuello con tanta delicadeza que Lando ni siquiera estaba seguro de que estuvieran allí en primer lugar.

"Lo siento. No quise que lo que dije saliera de esa manera, pero salió, y lo siento. No te lo merecías" murmuró Carlos.

Lando sollozó y se encogió de hombros débilmente. Realmente no importó al final.

"No, no lo hagas. No es nada, Lando. Te lastimé... no puedo... no quiero lastimarte nunca. Te seguiría hasta los confines de la Tierra mientras pudiera estar a tu lado. Por favor, solo... solo háblame, ¿sí? Llevas aquí tres horas" susurró.

La voz de Carlos se quebró durante la última oración y Lando pudo sentir el escozor de las lágrimas acumulándose de nuevo en sus ojos, lo que lo sorprendió bastante porque pensó que ya se había quedado sin lágrimas. "Tienes razón, sin embargo" confesó Lando después de un momento con una voz ronca.

"No podemos tomar un descanso y es por mi culpa. Soy la razón por la que no puedes estar en casa, soy la razón por la que tenemos que mudarnos de nuevo, soy la razón por la que todo el mundo está en este lío ahora. Yo... me voy a casa, Carlos, a Inglaterra. Tengo que. No puedo seguir pidiéndote a ti y a tu familia y amigos que me den y me den y me den y yo no..."