1. El inicio

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Alex

Siempre me pregunté por qué los hombres no se percatan que están hiriendo a la otra persona, bueno creo que no es exclusivo de ellos sino de las personas en sí porque una de mis amigas también lo hace pero trato de que no me afecte. Me giré en la cama solo para encontrarme con los ronquidos de mi novio, Steve, era el hombre que mis padres querían para mí. Al principio era amable y encantador, cariñoso y romántico pero con el tiempo comenzó a mostrar su verdadero rostro... era un imbécil que sacaba lo peor de las personas, hacía dos años estábamos en pareja y vivíamos juntos... hacía un año que me subestimaba por cualquier cosa que quería comenzar para él siempre era "¿crees que puedas hacerlo?" en lo único que no dejaba que se metiera era en mis estudios universitarios. Estaba a punto de terminar mi carrera universitaria, solo me quedaba un trabajo final para recibirme; estaba estudiando Bellas Artes. Sí, Steve consideraba que esa carrera era una porquería. Hacía tiempo quería romper con él peor en mi mente solo estaba que defraudaría a mi familia y que no era lo suficientemente buena para conseguir un hombre mejor.

Tenía dos amigas: Hanna, la extrovertida y enamoradiza que le importaba un carajo todo... la que odiaba a Steve por tratar de rebajarme todo el tiempo; y la otra es Michelle, bueno ¿cómo describirla? Ella decía que Steve era el hombre perfecto para mi, a esta chica si le importaba el qué dirán así como también le encantaba ser el centro de atención y que todos la adoren, era todo lo opuesto a mí... que mientras más invisible era, mejor me sentía. Siempre creí que lo que tenía con Steve era amor pero mi concepción del amor era la pareja de Morticia y Gomez Addams, había crecido viendo esas películas y eran mis favoritas tal vez para el resto era una película con personajes raros pero mi foco siempre estuvo en la pareja principal, ellos se amaban a pesar de todo y sus rarezas; eso era a lo que aspiraba pero con el hombre que tenía a mi lado... era imposible.

[🎵 Reproducir Here Comes The Sun by The Beatles]

La alarma sonó, Here comes the sun me alegraba las mañanas era esa dosis de buenas vibras que me faltaba para comenzar el día, tarareé la melodía mientras me vestía. Trabajaba en una oficina siendo la asistente de la secretaria del jefe, por así decirlo me encargaba de llevarle el café, el almuerzo, guardar sus abrigos... algo así como Andy en The Devil's wears Prada solo que yo trabajaba allí para pagar mis estudios; tenía apenas media hora para almorzar así que debía aprovechar esos minutos. Solía almorzar con Hanna ya que trabajaba como a dos calles de ahí, Michelle ya era más del tipo de persona que le gustaba ir a lugares lujosos; nos encontramos con mi amiga para almorzar así que nos sentamos en una de las mesas de afuera

—Veo que tu día no ha ido muy bien— habló aquella muñeca de porcelana, le decía así porque su tez era blanca como la leche, cabello negro como el carbón y ojos marrones adornados por una espesa cortina de pestañas, sus maquillajes no cambiaban del negro, gris humo o colores tierra oscuros los cuales complementaba con labiales rojos, borravino o marrones mientras yo solo usaba un delineado fino y colores nudes para los labios aunque muchas veces mi delineado no se notaba por mis lentes

—Es que tengo ese trabajo de la universidad por hacer y aún no sé de qué— respondí luego de suspirar

—¿Es de algún tema en especial?— cuestionó Hanna condimentando su ensalada

—Es un tema libre, podría hacerlo de cualquier cosa hasta de cómo crece el césped— me quejé

—Algo relacionado a lo que estas estudiando, querida— mencionó ella

—Todos harán de eso, por primera vez quiero arriesgarme— hablé casi sin pensar

—¿Cuánto tiempo tienes para hacerlo?— preguntó viéndome con esos hermosos ojos marrones que tenía

Love Never Felt So GoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora