YoungJae se levantó con un terrible dolor de cabeza, sentía como si algo dentro de esta le latía y un zumbido que se había apropiado de sus oídos nada más abrió los ojos empeoraba aún más su dolor. Se sentó al borde de la cama, sintiendo al instante un calambre que le recorrió toda su parte trasera y espalda, recordándole lo que paso la noche anterior.
De repente, la vergüenza le invadió, enrojeciendo sus mejillas, al mismo tiempo que se daba cuenta de que seguía desnudo. Como reflejo automático agarro la punta de la sábana y se cubrió con ella como pudo sus partes intimas al mismo tiempo que giraba lentamente para clavar su mirada en el aún durmiente JaeBum.
'¿Por cuánto tiempo seguirá dormido? Ojalá sea tarde.' Pensó el menor mientras escrutaba el rostro del bello durmiente, sus parpados cerrados dejaban ver sus largas pestañas, sus labios con un tono rojizo en ese momento permanecían levemente abiertos a causa del profundo sueño en el que se hallaba, una de sus mejillas se encontraba levente levantada debido a la postura contra la almohada y su respiración era tan suave y relajada que daba la impresión de que el aire apenas llegaba a sus pulmones. 'Me sorprende lo poco que a cambiado en estos tres años.... esta incluso más atractivo...'
YoungJae se quedo unos minutos más observando a JaeBum, hasta que se dio cuenta de que inconsientemente se había ido acercando a su rostro, y eso le hizo querer besar sus labios, cosa que después de pensarlo dos veces, hizo. Fue un beso débil, apenas rozo sus labios con los del mayor, pero a su vez fue extremadamente dulce. El beso hizo que JB soltara un leve gruñido mientras se ponía cara al techo, lo que hizo que YoungJae se congelara en su sitio, rezando para que el contrario siguiera durmiendo.
Al ver que no se volvía a mover, soltó un suspiro y se levanto con cuidado para dirigir sus pasos hacía el baño de la habitación, dejando la sábana en su lugar en la cama y recogiendo su ropa junto con el celular que había caído, seguramente cuando JaeBum se lo
quitó, del bolsillo del pantalón. Una vez en el baño, apoyo sus manos en el fregadero notando enseguida como el frío mármol invadía la palma de su mano sin compasión, elevó su mirada hacia el espejo, ciertamente tenía una pinta horrible.Sus ojos algo rojizos tenían unas leves bolsas bajo los párpados que no podían ocultarse a la fuerte luz de las bombillas, una parte su pelo se pegaba a su frente y nunca mientras que otra se encontraba de punta, enmarañada en diferentes remolinos que serían difíciles de arreglar. Su mirada enseguida se fijó en las dos grandes marcas que había en su cuello, una prácticamente bajo su oreja y otra casi al lado, bajo su mandíbula, estaban ya tomando tonos morados y supuso que tendría que usar pañuelos durante al menos una semana u ocultarlas con una gran capa de maquillaje.
De sus labios salió un suspiro de resignación mientras movía sus ojos en dirección a la ducha con enormes cristales en modo de cortina, se preguntó si el ruido de esta despertaría a JaeBum o si el baño tenía la suficiente insonorización como para poder disfrutar de una larga ducha. Después de pensarlo unos minutos, decidió arriesgarse y encender la regadera, su cuerpo le pedía a gritos una limpieza, mientras regulaba la temperatura del agua y se metía bajo las gotas que caían de manera uniforme, rezó una vez más para que JB no se despertara y disfruto de una corta pero reconfortante ducha.
Al terminar, seco con rapidez su cuerpo y se visitó. Trato de arreglar su pelo ahora húmedo como pudo antes de salir con cuidado del baño haciendo el mínimo ruido posible, en la habitación no se escuchaba nada excepto el suave sonido del tráfico mañanero que subía por la ventana y era amortiguado por los cristales. No pudo evitar acercarse a la cama para comprobar que JaeBum seguía allí acostado, seguramente el agotamiento del día anterior le mantendría en cama un rato más, tiempo suficiente para que YoungJae pudiera irse sin enfrentarse a una conversación.
¿Pero quería irse? Aunque su mente le pedía que agarrara sus cosas y saliera de aquella habitación, algo dentro de él impedía que se moviera, y allí se quedó un rato más, observando a veces a JaeBum, a veces la ventana, como en un trance en el cual se sentía agusto. Únicamente la vibración de su celular, que había vuelto a guardar en el bolsillo de su pantalón, logró llamar su atención.
En la pantalla, apareció un mensaje de Erick, además de varias llamadas pérdidas de la noche anterior de las cuales no se enteró hasta ese momento.
De Erick:
'Jae, espero que estés bien, no sabemos nada de ti y estoy preocupado de que te haya pasado algo. ¿Hablaste con JaeBum? ¿Sigues con él? Mark me estuvo contando un poco vuestra historia y no creo que sea bueno que pases tanto tiempo con él. Vuelve a casa.'
Cerró el mensaje sin responder, se sentía mal por no haberle respondido las llamadas, después de todo le caía bien Erick y en cierta manera le veía como un hermano mayor que cuidaba de él, y eso hacía que su aprecio por el chico aumentara. Decidió que ya era hora de irse, así que se acercó a una de las mesillas de noche donde había una libreta y un lápiz para dejar notas a las señoras de la limpieza, y escribió un breve mensaje para que JaeBum lo leyera al despertar. Antes de salir por la puerta volvió a echarle un ojo al mayor y se fue con el primo de Mark en la cabeza, pensando en la explicación que le daría al llegar a casa.
Lo que en ese momento no sabía YoungJae, o no quería darse cuenta, es que habían colocado la primera gota para que una ola de dolor le golpeara con todas sus fuerzas.
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Libro 2: Atrevido
FanfictionTres años han pasado y nadie sabe si JaeBum superó sus sentimientos y avanzó o si YoungJae simplemente desapareció como un muerto. Pero no puedes evitar que dos amantes se vean el uno al otro. "Yah, Im JaeBum, ¿acaso quieres morir?" "Te amo Choi You...