—¿Listo para otro gran éxito? —le dijo Minho, acomodándo su propia corbata.
—No hay que adelantarse a los hechos, pero sí, estoy listo para esto —le respondió HyunJin sonriendo.
Hoy se daba por inaugurada la sección "Meet Korea" del hotel en el que se hospedaban. Se trataba de una alianza entre su cadena hotelera y Shobu's Inn, con la que podría expandirse hasta Japón, y formar amistades internacionales, algo muy beneficioso en verdad.
Las puertas del ascensor se abrieron, dando paso a los flashes impactando en su cara, luego fue recibido por el CEO de Shobu's Inn, el señor Hayashi, un hombre viejo pero muy astuto, conocido de su padre, quien le dio la mano y lo tomó por la espalda después, mostrándose familiar.
La ceremonia inició con entrevistas al público y prensa respecto a esta nueva alianza entre sus cadenas hoteleras, el enfoque, propósitos y metas de la misma. Luego procedieron con el bufet especial que se ofrecería específicamente en esta sección del hotel, el cual parecía haber deleitado a todos. HyunJin tenía que ganarse a la gente para que esto saliera bien, y hasta ahora, había hecho un gran trabajo.
Ya con las tijeras en mano, ayudado del viejo CEO, ambos cortaron el listón que atravesaba la entrada de la gran sección. Todos los ahí presentes aplaudieron, pasando a explorar la sección y todo lo que esta ofrecía. Ambos hombres entraron, inspeccionando su nuevo logro.
—Extraordinario —dijo el señor Hayashi con su voz ronca, volviéndose a HyunJin, sonriéndole de orgullo a través de sus arrugadas facciones—. Siempre planeamos algo como esto junto a tu padre, jamás tuvo tiempo de expandirse hasta acá, pero tú lo lograste. Felicidades, muchacho, tienes una visión tan grande como la que tuvo él, pero tú tienes, en mi opinión, más coraje —le halagó.
—Me honra que piense así de mí, y me motiva de cierta forma, ya que a veces, creo que coraje es lo que me falta —respondió HyunJin con transparencia, no seguro de continuar hablando consigo mismo o con el hombre. Este rió muy ligeramente en respuesta, negando ante las palabras, como si debatiera con un niño pequeño, que te inspira ternura, y más que corregirlo, le explicas.
—El coraje es necesario, pero de poco nos ayuda si no pensamos nuestros movimientos antes. Se usa a la hora de ejecutarlos, y creo que tú sabes perfectamente cómo usarlo en tu favor —dijo el hombre—. Y ya sea que lo requieras en el ambiente laboral, o en tu vida personal, creo que conoces lo necesario para usarlo en ambas —terminó, sonriéndole después.
Era la primer charla casual que tenía con el anciano, y aunque inicialmente resultara inusual, quizás era lo que necesitaba escuchar, pues extrañamente, encontraba la experiencia que antes hayaba en la voz de su padre, el verdadero señor Hwang.
—Háblame sobre la vestimenta de los maniquíes —le pidió después, sacándo a HyunJin de su mente, como si supiese que quizás estaba teniendo una charla interna, la cual debía continuar luego.~▪︎~
Continuaron la ceremonia hasta que anocheció. La gente continuaba disfrutando de la inauguración, pero HyunJin ya se sentía cansado, entonces se despidió educadamente del señor Hayashi y se dispuso a regresar a su habitación, junto a Minho.
—Ah, qué buen día, ¿no crees?
—Lo fue, parece que todo está hecho.
—Casi todo. Por cierto, Kim me dijo que ya tienen todo listo para levantar la denuncia e ir a juicio si quieres —le informó Minho.
Recordó las palabras de su ahora socio. Claro que quería hundir a Bang, pero ir tan apresuradamente no debía ser una buena idea. Tenía que tentar el terreno primero.
—Haremos la denuncia cuando llegue a Corea, después, arreglarás una reunión privada con Bang y sus abogados, quiero ver lo que tiene para decir primero.
Minho se extrañó por lo oído, pero había sido un día largo, no protestaría.
—Bien, como gustes.
—Ve a tu habitación, pide lo que quieras y llama a JeongIn, tengan sexting o algo por el estilo, te lo mereces, este éxito también es tuyo —lo molestó HyunJin, sonriendo.
Minho se carcajeó y negó.
—Gracias, ya tenía planeado contactarlo pero, me gustaría que escucharas tus propias palabras también. A veces creo que nunca duermes. Lograste algo grande y también mereces un respiro, ¿de acuerdo? —respondió Minho, palmeando el hombro de su buen amigo.
HyunJin asintió sinceramente. Reconocía que también debía darse un receso, así que quizás seguiría su consejo.
Las puertas del ascensor se abrieron, ambos salieron y se dirigieron a sus respectivas habitaciones.
Al entrar a la suya, el escolta se retiró al pasillo y HyunJin agradeció internamente no tener que pedírselo.
Ya dentro, se quitó el saco y aflojó el nudo de la corbata en su cuello.
Instintivamente, buscó al rubio en su campo de visión sin éxito, se adentró a la pequeña sala de estar, encontrándolo recostado en el sofá, levantándose al oír sus pasos. Al conectar sus miradas, sintió el calor abrazarlo lenta e invasivamente.
—Buena noches, Felix, no quería interrumpirte —dijo, sonriendo mientras se daba la vuelta.
—Oh no, no interrumpes nada, sólo veía televisión, de hecho, te vi en las noticias —respondió Felix, levantándose del sofá, devolviéndole la sonrisa.
—¿En serio?
—Sí, sobre los hoteles y eso, te veías genial —dijo, no pensando mucho antes de decirlo.
HyunJin rió levemente e hizo una reverencia, agradeciendo sin palabras.
—Sé que estás cansado pero... —retomó Felix—. Tomé una decisión y... quiero confesarte lo que sé y lo que hice —anunció seriamente.
HyunJin tuvo un vuelco de emociones en su interior, no sabiendo con exactitud qué esperar, si preocuparse o aliviarse. Pero estaba ansioso, había estado deseando quitarse el traje incómodo hacía mucho pero ahora sólo quería saber lo que el otro tenía por decir, entonces se aproximó hasta estar a su lado.
—De acuerdo, voy a escucharte —respondió, sentándose e invitando al otro a hacerlo, luego de ver el nerviosismo manifestándose en sus extremidades.
Lo cierto era que aunque había repasado una y otra vez durante el día lo que iba a decir, para Felix, no había sido fácil ensayarlo, y ejecutarlo mucho menos. Estaba hecho un manojo de nervios, pero ya había decidido hacerlo.
—Bien, ehm... —se detuvo, limpiando el sudor de sus manos en su pantalón.
HyunJin tomó su mano y la apretó un poco. El toque resultando inconfundible a ambas pieles.
—Tranquilo —le dijo HyunJin.
Felix lo miró un segundo, encontrando la tranquilidad que buscaba, ese rostro le daba a entender que fuera lo que fuera a decir, nada cambiaría. Entonces tomó aire y continuó.
—Para que comprendas lo que hice y el por qué lo hice, tengo que contarte algunas cosas primero —avisó.
HyunJin asintió, mostrándose paciente.
—El año pasado comencé a trabajar en el Banhg's Inn en el puesto de Patissier. Conocí a Bang Chan debido a mi trabajo, él comenzó a pretenderme, así que salimos un tiempo de forma informal. Un día me pidió un favor, quería que embriagara a un inversionista en un bar y que le sacara información, diciéndome que no sospecharían de mí porque nadie sabía que Bang y yo éramos algo, así que lo hice solamente porque en ese momento le tenía afecto. Luego de eso me pidió más favores como ese pero un poco más arriesgados, dándoles drogas para que hablasen más rápido o cosas así. Después descubrí que Bang se acostaba con otras personas y deduje que sólo se aprovechaba de mí, entonces dejé de buscarlo y de quererlo —aclaró, sintiendo necesario hacerlo—. Él tampoco me buscaba a menos que quisiera otro favor, y aunque me negaba y le decía que ya no lo quería, que no podía manipularme con eso, dijo que yo ya era su cómplice, que sabía demasiado y que me convenía obedecerlo. Entonces lo hice un par de veces más, hasta que la ansiedad por todo eso pudo conmigo y le pregunté qué debía hacer para deslindarme de todo y alejarme de él por completo, me dijo que haciéndole un último favor, que era hacerte firmar unos documentos, y entregárselos a alguien en específico, que después de ello podría renunciar y no volver a verlo —Felix tomó aire, relajando la expresión de desagrado que se le había formado y prosiguió—. El plan era que en la fiesta, el bartender sabría quién eras y en lo que pidieras te daría una droga en específico... algo así como oxicodeina y otras cosas, hecha para que el efecto fuera pasajero y quienes lo consuman sólo sientan sueño, pero en realidad se vuelvan totalmente manipulables, y les causa amnesia luego de que los efectos pasan, así que no recuerdan lo que hicieron o dijeron mientras tenían los efectos. El bartender te lo daría en tu bebida, yo me acercaría a ti, como si formara parte de los acompañantes, y esperaría a que tuvieras los efectos, cuando sucediera, te pediría que firmaras los documentos y se los entregaría a alguien más. Así es como lo hicimos, solamente que... en ti los efectos tardaron mucho en aparecer, supongo que por ser más joven. Pero te juro que yo no sabía para qué los quería, y bueno, en el proceso... estuvimos juntos, cosa que como ya sabes, no estuve obligado a hacer —terminó, agachando la mirada, evitando ver la expresión del otro al lado suyo. Felix comprendería cualquier reacción que en HyunJin srugiera, pero de alguna forma, presentía que le dolería verla.
Escuchó a HyunJin inhalar y exhalar profundamente.
Así que sí fui yo quien firmó... y por eso no recordaba nada.
—Bien, ¿Conoces el nombre del bartender? Ya encontramos a quien le entregaste los documentos —cuestionó HyunJin relajado.
—No en realidad, sólo sé que una vez, Bang se refirió a él como "Yoshi" —respondió sin rechistar.
HyunJin organizó todo lo escuchado en su cabeza, reconstruyendo cómo suponía que habían ocurrido los hechos. No iba a negar que estaba molesto, en realidad, se ahogaba en cólera, pero Felix a su costado mantenía esas aguas turbias en él dentro de sus límites, porque ahora más que nunca le quedaba claro que él no había querido lo que sucedió. Exceptuando quizás una sola cosa...
—Y de verdad me arrepiento de haberte causado un problema tan grande —agregó Felix, aún sin mirarlo.
—Felix, te creo —le dijo, tomándolo del hombro para llamar su atención y tranquilizarlo al mismo tiempo.
Al ver la expresión amable, Felix sintió su corazón calmarse, pero a su vez, su rostro enrojecerse, al notar la cercanía en la que se encontraban.
—Dices que te arrepientes, y me consta, pero... ¿Te arrepientes de haberte acostado conmigo? —preguntó, dándole rienda suelta a su cerebro para hablar en voz alta.
Felix lo miró desconcertado, sin comprender la relación de un tema con el otro.
—Dijiste que no estabas obligado a hacerlo, pero, ¿Te arrepientes? —reformuló HyunJin, inclinándose hacia él para escrutar su rostro de arriba a abajo, quería atrapar la mentira si es que era dicha. Esa pregunta era el pensamiento que rondaba oculto en su cabeza durante los últimos días.
Felix ya había cuestionado aquello, desde el momento en que había despertado enredado con sus piernas y las propias... ¿me arrepiento?
—No —respondió, más fuerte y claro de lo que hubiese querido y sin haberlo meditado un sólo microsegundo antes de decirlo, su ser entero ya conocía la respuesta. Se permitió mirar a esos labios carnosos una vez más y corroboró lo dicho: no se arrepentía de haberlos probado, y lo haría nuevamente si pudiera.
HyunJin solamente quería eso, haber sido y aún ser deseado con tal desespero, porque en los ojos de Felix veía el mismo tinte de lujuria que habían tenido aquella noche. Se hizo del coraje que crecía en su pecho, y entonces, despacio y sin prisas, dándole al otro la posibilidad de alejarse, acabó con la distancia que separaba sus bocas, besándolo lenta y gentilmente.
Felix cerró sus ojos y se dejó. A pesar de lo que creía que sucedería, no aparecía en él la necesidad de detenerse, o la idea de que lo que ocurría fuese incorrecto, contrariamente, quería continuar, romper la tensión fuerte entre cuerdas de guitarra.
El toque de sus belfos ardía satisfactoriamente, como carbones al rojo vivo chocando con el otro.
HyunJin se inclinó sobre Felix hasta estar encima suyo, tomándolo por el rostro.
—Podemos detenernos si eso quieres... —susurró, dejando apenas su boca. Necesitaba que le perteneciera una vez más, pero sólo si el otro también lo hacía.
—No, no quiero —respondió Felix, subiendo las manos hasta la espalda del otro con urgencia.
HyunJin sonrió victorioso, para tomarlo por los muslos y cargarlo hasta su recamara. Felix aprovechó el viaje para bajar al cuello del otro y torturarlo con su toque.
Ya ahí, fue depositado en la cama gentilmente, para recibir a HyunJin encima suyo nuevamente y besarlo en la boca con fiereza, invadiéndola con su lengua, mordiéndolo de vez en cuando.
Felix escabulló las manos hasta la floja corbata para retirarla por completo, procediendo con la camisa formal, encontrando el atlético torso que HyunJin poseía.
Para su deleite, HyunJin se levantó y la despojó de su cuerpo por completo. Felix no decía nada, pero su mirar demostraba todo.
HyunJin se acercó a él, llevó las manos a los bordes de la camisa que poseía y lo miró, buscando aprobación, Felix se mordió los labios, así que le dio pase libre para quitársela igualmente.
HyunJin jadeó con la vista que tenía, y procedió a besar los pectorales, siguiendo con los pezones, terminando en los abdominales, hasta encontrar el leve camino de bellos que conducían desde su ombligo hacia abajo. Se aseguró de que el otro lo viera besar encima de sus pantalones, dejando a propósito el calor de su exhalación ahí. Felix jadeó con la tentación y le miró suplicante. Entonces, HyunJin bajó el pantalón junto a la ropa interior, desechándolos fuera de la cama después, tomando luego el pene frente a él para masturbarlo con lentitud.
—Mírame —le ordenó a Felix.
Una vez sus ojos conectados, abrió la boca e introdujo el miembro tortuosamente lento, dejando la suficiente saliva y el suficiente aliento para darle todo el placer posible.
Felix se agarró a la mano del otro y la apretó con fuerza para evitar dejar de mirarlo, como le había ordenado. Con todo en su conjunto, su clímax estaba demasiado cerca.
—No, todavía no —dijo HyunJin con cierta severidad—. Quiero que me ruegues por permiso.
Felix asintió, ebrio de satisfacción. HyunJin se quitó el resto de su ropa, inclinándose entonces hacia él, metiéndose entre sus piernas, tomando ambos de sus miembros, bombeándolos con las dos de sus manos. Felix no pudo evitar echar la cabeza hacia atrás y gemir desesperado. HyunJin tomó entonces su quijada de nuevo y lo obligó a mirarlo.
—Quiero verte cuando te vengas en mi mano —le dijo, llevando entonces su pulgar al glande de Felix, en la pequeña vena bajo el orificio, masajeándola.
Felix maldijo y eyaculó en su mano, no pudiendo tolerar el placer mucho más. HyunJin sonrió para sí mismo y luego recibió la melodía de Felix en su boca.
—Date la vuelta —le ordenó sobre sus labios.
Debilmente, Felix volteó su cuerpo, HyunJin tomó sus caderas y las alzó para él. Con los dedos aún mojados, masajeó la entrada y fue poco a poco introduciendo su dedo medio.
—God... —dijo Felix al sentir la intrusión en su cuerpo.
HyunJin se acercó a su oído y empujó su dedo un poco más profundo.
—No sabes lo mucho que deseé tenerte de esta manera —le dijo, introduciendo un segundo dedo después.
Felix se sujetó de las almohadas, intentando canalizar el placer fallidamemte. La sensación era increíble, pero lo quería a él.
—Fuck me now —le pidió.
HyunJin sacó sus dedos y se alineó, para empujarse poco a poco.
—Deeper please —rogó Felix con su voz y piernas tambalenates.
Y HyunJin iba a complacerlo, así que se adentró todo lo posible, gruñendo por la presión en su miembro. Comenzó a moverse rítmicamente, buscando tocar los puntos sensibles de Felix, lográndolo al escuchar sus jadeos más desesperados repentinamente.
Entonces salió de él para voltear su cuerpo y estar cara a cara.
Se introdujo en él nuevamente de una sola vez, comenzando de nuevo el oleaje de sus cuerpos, más rápido esta vez. Felix se abrazó a su espalda, y HyunJin unió sus bocas en un beso desordenado.
—Cum for me —le pidió.
Y nuevamente, Felix tuvo su orgasmo entre sus vientres.
El rostro rojo y sudoroso, las manos y uñas clavadas en su piel, junto a la gloriosa vista de sus cuerpos uniéndose, brillantes por el fino sudor, le dieron a HyunJin la última gota de satisfacción que necesitaba para tener su propio orgasmo dentro de Felix, al tiempo que pronunciaba su nombre en su oído.
Se quedó dentro, hasta calmar sus pulsos, mientras le quitaba el cabello del rostro y le limpiaba el sudor de las sienes, besándolo suavemente, casi como si sólo lo acariciara.
—Estás temblando amor, tranquilo —le susurró risueño, besando su frente después.
Felix sonrió ampliamente con los ojos cerrados, disfrutando del toque que HyunJin le daba.
—Es tu culpa —respondió, mirándolo detenidamente, sonriendo nuevamente después, logrando que HyunJin hiciese lo mismo.
Entonces, Felix se permitió llevar su mano hasta el cabello largo del otro que caía apenas sobre su propio rostro, acomodándolo tras su oreja.
HyunJin salió de él lentamente para no lastimarlo, levantándose después a por papel para limpiarlos a ambos. Felix dejándose hacer, ya que aunque quisiera asearse él mismo, su cuerpo estaba agotado, recuperándose del encuentro.
Ya que había terminado, HyunJin encontró al otro luchando por mantener los ojos abiertos, entonces acarició su cabello y lo cubrió con la delgada manta de la cama. Instintivamente, Felix buscó el cuerpo del otro para acurrucarse en él.
En otra ocasión, HyunJin se levantaría y se iría, quizás esperaría a que el otro lo soltara y se escaparía; pero extrañamente, esta vez, quería mantenerlo sobre su pecho, su cuerpo junto al suyo, oler su piel, hundir el rostro en su cabello, atraerlo hacía sí como si de alguna manera fuesen a fundirse en uno, a pesar del complejo contexto en el que se hayaban.
Y Felix, descansando aún consiente sobre su pectoral, analizaba su propio sentir, porque estaba contento, de ser correspondido y de haber sido tomado una vez más por Hwang HyunJin tan delicadamente, haciéndole creer que era la escultura en mármol más bella jamás tallada. Aunque, tras esa felicidad llenando su ser, había miedo, ya que HyunJin lo había llevado al cielo, dejándolo tocar las estrellas... no quería ser tirado desde tan alto, como ya lo había sido.
Ahora sabía que HyunJin lo deseaba también, pero inevitablemente, podía sentir que su propio corazón rogaba porque aquello continuara y así conocer qué más podían construir, era eso de lo que no estaba seguro; pero por ahora, no quería ni necesitaba averiguarlo, así que se permitiría dormir sobre él, porque podía ser la única vez en que lo haría.
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Kiss of Fire • HyunLix
FanfictionSeis, quizás siete canciones pasaron, cada cual con una letra más seductiva que la otra. Pero ni siquiera eso, junto a todo a su alrededor, le resultaba tan sensual, como el rubio bailando con él, tocándolo con sólo sus manos, aproximándose peligros...