Scarlet Traveler

1-

Yo- Tú... ¿Qué?

Marty- Yo... -suspira-. Lamento haber hecho una situación incómoda al preguntar si tú eras mi hija.

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Bien, no era lo que esperaba, era peor, teniendo en cuenta la situación.

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Yo- Ah... Eso, sí, no hay problema Marty -me suelto y vuelvo a por la caja de herramientas-.

Marty- Creo que lo hay, porque has actuado raro conmigo desde que te lo pregunté.

Yo- ¿Y por qué lo haría? -digo mientras trato de alcanzar la caja-.

Marty- Tal vez porque te incomoda luego de aquél beso que nos dimos.

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Dejo de intentar tomar la caja, volteo a verlo, suspiro y me pasó para el otro lado de la camioneta, sin decirle nada.

Sí, era lo que él decía, pero no podía darme el lujo de comunicarle ese asunto, por más que quisiera.

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Marty- Acerté, ¿cierto? -avanza hasta donde estoy-.

Yo- No, es solo que... Sí, me incomodó, pero no fue por eso. Igual tú te besaste con tu madre y todo parece estar bien.

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El ambiente se tornó denso, me había olvidado completamente de que él no sabía sobre que yo sabía eso.

Volteé a verle rápido, él tenía una mirada de inmenso asombro.

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Marty- ¿¡Tú cómo sabes eso!? ¡A nadie se lo conté, excepto al Doc!

Yo- Marty, tranquilízate.

Marty- No, no puedo hacerlo, no... ¡No! -se aleja un poco de mí-.

Yo- Mira, yo... No puedo contarte la mitad de todo lo que sé. Diablos, ¡ni siquiera puedo contarte el 15 por ciento!

Marty- Todo se torna cada vez peor, conforme pasa el tiempo... -murmura-.

Yo- No Marty, no, es que si yo llegara a decirte algo, podría-

Marty- Arruinar tu futuro, tu universo, ¡lo sé!... Yo eso lo sé -me ve-. Lo siento, pero que sepas cosas exactas sobre nosotros a veces no es muy divertido.

Yo- Lo entiendo perfectamente y lo siento, no debí decírtelo -tomo la caja y avanzo hasta la mina-. Vamos, debemos llevarle esto al Doc.

Marty- Hey, espera, otra cosa más...

Yo- No, debemos ir ya, se hace de noche.

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Marty avanza hasta mí, me da la vuelta y me abraza. Me quedo totalmente sorprendida ante tal acción, pero tampoco evito nada.

Después de un rato me suelta, sonríe y avanza hacia dentro de la mina, yo le sigo.

Al llegar, el Doc está ahí, leyendo una carta, aunque no parecía ser la suya.

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