Secrets [Rinzu] 🔞

capitulo cinco 🌸

Para -LovesickGirl <3

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Aquella mañana no le había parecido extraño a Keisuke, que al llegar al instituto, su amigo no se encontrara allí.
Se acomodó junto a la ventana, asumiendo que Rindou no asistiría y se sorprendió al notar, que últimamente de los dos, él resultó ser el más responsable.
Bueno, en realidad no estaba tan sorprendido, comprendía que Rindou simplemente se estaba alejando, mientras que él continuaba poniendo lo mejor, y asistía a clases sólo para verlo.

Media hora más tarde el salón era un caos, el profesor de historia no daba señales de asistir. Suspiró con fastidio por haber madrugado en vano. Fue ahí, cuando notó que algo no encajaba. ¿Kokonoi faltando a clases? Eso sí que era difícil de creer.
Tomó el móvil y fue al chat del grupo.

Quedó pasmado al notar que ya no pertenecía a él y antes de llamar a Izana, leyó la última conversación dónde avisaban el lugar y horario en dónde seria efectuada cierta pelea que se venía postergando hacía tiempo.

Mientras tomaba sus cosas apresuradamente, llamó al jefe.
Luego de varios timbrazos, aquel atendió bastante hostil, y le explicó brevemente que: la situación se había complicado, y aunque habían ganado la pelea, todavía quedaban asuntos pendientes con el otro lider porque la vida de uno de ellos corría riesgo; y en ningún momento ese había sido su objetivo.
Concluyó informando que por razones de protección, él ya no pertenecía a la pandilla, que no volvería a usar la chaqueta, y que se mantuviera alejado de todos ellos, hasta nuevo aviso.

Lágrimas de impotencia se escurrian débilmente, mientras Keisuke corria hacia la casa de Rindou, se arrepintió de no haber atendido el móvil en aquel momento, frustrado por el abandono de su amigo, prefirió quedarse con la joven, creyendo que así podría saciar su dolor. Pero sin embargo, se habia descuidado, provocando uno aún mayor: Había dejado que la vida de Rindou corriera peligro.

Al llegar no golpeó como la última vez, busco sobre el marco de la puerta la llave de repuesto que solía usar, y entró sigilosamente para no llamar la atención de Ran.
Cruzó el pasillo en penumbras y subió las escaleras.
Estaba a punto de entrar a la habitación cuando la puerta contigua se abrió, y la cabeza de Ran se asomó.

-Te vi por la venta -dijo en un bostezo-. Parecías un caballo enfurecido. De hecho -lo repasó con la mirada-. Parece que te llevan los demonios. No sé qué te traes, pero por favor no griten, recién llego y quiero dormir.

Keisuke largó el aire retenido por sus fosas nasales luego que el mayor de los Haitani cerrara la puerta, e ingresó a la habitación.
El lugar estaba casi igual a la última vez que había estado ahí, lucía un poco más ordenado. Aún habian dibujos desparramados, pero esta vez estaban todos sobre el escritorio, incluso aquel que había estrujado la vez pasada. La cama se encontraba prolijamente tendida y sobre ella algunas mudas de ropa. Todo parecía indicar que Rindou no había pasado la noche ahí.

Sacó el móvil y llamó a Rindou por lo menos diez veces, dando todas y cada una de ellas en el buzón de voz.
Se sentó en el borde de la cama y se llevó ambas manos a la cabeza, un dolor punzante le atravesaba, si no lograba relajarse estaba seguro que colapsaría.

-Estupido Rin -murmuró-. ¿Por qué no piensas antes de actuar?

Sabía que era una pregunta tonta, Rindou se caracterizaba por actuar impulsivamente.

Se recostó sobre el colchón, tratando de imaginar dónde estaría metido, hasta que se quedó dormido.

Mientras tanto y pasado el mediodía en la casa de Haruchiyo, ambos se encontraban tratando vagamente de pautar normas de convivencia.