Parte 1

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Debajo un cielo, nublado por las nubes y la nieve, se encontraba un bosque blanco pacífico, libre de cualquier intervención de cualquier humanoide, donde reinaba un ruido natural, las codornices se refugiaban del frío invernal dentro de los árboles, conejos daban saltos buscando unos pocos retoños entre la nieve para comer, cualquier ser inteligente apreciaría el paisaje como serenó.

Más sin embargo toda tranquilidad fue interrumpida por un gran estruendo, como si un trueno hubiera nacido, todo animal dejo lo que hacía y volteo a ver qué era lo que provocó está tal escandalo.

No mucho tiempo después lograron ver el orígen del ruido.

Saliendo caminando de entré el fondo del bosque una gran entidad celeste que portaba una jabalina plateada, las pequeñas criaturas notaron como con cada pasó que daba generaba un pequeño estruendo creando un ritmo que demostraba el increíble poder de este ser.

Los animales tan solo siguieron atestiguaron con curiosidad al ser que pasaba caminando por el hábitat dejando un rastro sobre la nieve acumulada por meses.

Así continuo hasta que se finalmente se alejo y desapareció dejando como única prueba de su existencia el rastro en la nieve y los animalitos sin más que ver siguieron con sus asuntos.

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Cocytus… no sabía donde estaba, después de haber despertado pudo reconocer que se encontraba en un bosque pero además de eso, no sabía nada más.

Pensando que se encontraba cerca de las montañas de abelion intento comunicarse de nuevo, utilizando un pergamino de [Message], trato de hablar con alguno de sus compañeros para informarle a alguno de su situación sin éxito.

Sin pensar en algo mejor, guardo los ítems más notorios que llevaba y comenzó a caminar, esperando ver si se encontraba con alguna civilización pero tras varios minutos, no encontró nada, ninguna aldea, camino o alguna ruina de alguna civilización, para este punto incluso deseo encontrarse con algún Demi-humano, al menos obtendría un indicio.

“Esto es molesto…”.- reflexionó cansado mientras pensaba en alguna manera de cambiar su situación, entonces sus compañeros más inteligentes llegaronn a su mente, Demiurge pensaría en algo brillante y efectivo para moverse, Albedo analizaría la información y la simplificaría (después de reprenderlo un poco), Pandora’s Actor usaría sus habilidades de doppelganger para pasar desapercibido… espera.

El guardián se detuvo en secó…

“…Eso es”.- Cocytus recordó que en ese momento el anillo de [Perfect ilusion] que llevaba equipado para el asaltó al Lord Dragón.

Podía usar un pergamino de [Fly] para recorrer una mayor distancia y pasar desapercibido con el anillo equipado. Emocionado dirigió su mano hacía su inventario, pero en ese momento…

“Umu…?”.- Cocytus dirigió todos sus sentidos hacia su izquierda, pues en esa dirección logro escuchar a lo lejos lo que parecía ser…

Un grito de dolor

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En lo alto de un risco, 4 siluetas se asomaban al borde de este, si uno los viera por más de un segundo notario que estás parecían se humanas, pero si los vieran más de cerca sabría que se habrían equivocado, pues las criaturas portaban varios rasgos grotescos, si no monstruosos.

“Ara Ara, quién lo hubiera dicho, el idiota tenía razón, realmente hay un pueblo aquí”.- Hablo una mujer de veintitantos años con piel pálida y cabello largo azul además de vestir un kimono desgarrado bastante revelador.

Kimetsu no Yaiba El Guerrero y La DescendienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora