Jungwon recibió ese pingüino de peluche para su cumpleaños número diecisiete. Regalo el cual fue entregado por su mejor amigo, Kim Sunoo.
— ¿No pudiste regalarle una bolsa de dulces? ¿Una bolsa de arroz? ¿Dos cupones para comer Tteokbokki? ¡No debiste de haberle regalado esa maldita cosa!
Sunoo ahora estaba asustado, Riki lo tenía sujetado del cuello de su camisa en busca de explicaciones a las intenciones del otro, mas era idiota hacerlo porque Kim no tenía la culpa en lo absoluto de que Riki no supiera controlar sus ridículos celos.
— ¡Yah, Riki! — exclamaron detrás suyo. — Me vas a dejar sin novio, por favor contrólate.
Sunghoon interfirió en las intenciones agresivas del más alto, haciendo que se sentara nuevamente en el césped junto a un bufido.
— Sunoo-ah solo quiso hacerle un bonito regalo a Jungwon, no es su culpa.
— ¡Claro que lo es! — volvió a atacar.
— ¡Pero no dejaré que lo golpees! — Sunghoon acomodó la corbata del uniforme en Sunoo, el cual solo mantenía una mueca asustado. — Además que tonto que estés celoso por un peluche.
— Ese peluche se ha ganado su tiempo, su vida, ya ni caso me hace por estar apegado a ese trozo de... basura. — bufó aún más enojado.
— No supe que más regalarle. — mencionó Sunoo. — Bueno, quizá tenía más opciones, pero me hicieron un descuento por el pingüino. No pude desaprovechar esa oportunidad.
— El peluche no tiene la culpa para que le digas basura. — acusó Sunghoon con el ceño fruncido. — ¿Te enseñaron a madurar?
— Ni que fuese fruta, Sunghoon. — resopló. — Estoy tan enojado con ese pingüino, ¡me dan ganas de decapitarlo!
Sunoo y Sunghoon se miraron entre sí, buscando explicaciones al comportamiento tan infantil de su amigo frente a ellos.
Jungwon es tan adorable que el hecho de que siempre vaya con su peluche a todos lados no provoca desagrado o "celos", que es lo que estaba caracterizado a Riki en el último tiempo.
Pasaron los minutos. Riki sacó una manzana de su bolso y lo mascó con fuerza, como si así todos sus sentimientos salieran de su interior. Sunoo bebía de una caja de leche y Sunghoon estaba acostado en el césped con crisis existenciales que se comenzó a replantear.
Pero tal ambiente pacifico, lleno de silencio, es interrumpido por unos saltitos felices que se escuchan desde lejos y una voz increíblemente dulce que tarareaba una canción.
— ¡Hyungs! — sí, definitivamente era Jungwon.
Las tres giraron a verlo, con una sonrisa brillante se acercó a ellos y se sentó con su bolso al lado de Riki, el cual apretó su puño desocupado por ver a ese maldito pingüino una vez más entre los brazos de Jungwon.
¿No se cansa de llevarlo a todas partes?
— ¡Hola, Won! — saludó alegremente Sunghoon, luego de haberse levantado del suelo.
— Veo que te gustó mucho el peluche. — añadió Sunoo.
Lo hizo más que nada para molestar a Riki, ver su mueca molesta que trata de disimular le era muy divertido.
— ¡Sí! — saltó emocionado. — Es muy lindo, Sunoo Hyung. Gracias por regalármelo.
Sunoo sonrió triunfante. — Puedo llevarte a la tienda donde lo compré y te regalo otr...
— ¡No! — interrumpió Riki de repente.
Captó la atención de todos, mas aún de Jungwon que no sabía por qué dijo eso tan exaltado. En cambio los otros dos saben perfectamente por qué lo dice.
— ¿No? — Jungwon hizo un puchero en dirección a Riki, el cual evitó mirarlo porque sabe que se derretirá al ver la mueca del mayor. — ¿Por qué no? Le puedo dar un amigo a Garden.
— ¿Garden? — intrigó Sunoo.
— Así le puse a mi pingüinito.
Sunghoon volteó a mirar a Riki con una sonrisa que le decía; "le puso hasta nombre, desgraciado". El más alto frunció su entrecejo y lo miró con advertencia para que no dijera nada.
— Que lindo nombre, Jungwon. — opinó Sunoo.
— ¡Lo sé! Es muy lindo, ¿tú que crees, Kinnie? — demonios, el nombrado quería morirse de la estupidez.
Tragó en seco cuando sintió la barbilla de Jungwon apoyarse sobre su hombro en busca de respuesta, con esos ojitos que son el mundo para el menor y que brillan tan hermosamente que es imposible no voltear.
— No necesitas otro pingüino. — es lo primero que dice.
— ¿Uh?
— La va a cagar... — susurró Sunoo, apoyando su cabeza en el hombro de Sunghoon.
— Digo, ¿por qué quieres otro pingüino? Gastemos el dinero de Sunoo en cosas más interesantes. ¿Qué te parece comprar chicles explosivos?
— ¿Chicles explosivos? — preguntó Jungwon, alejándose un poco del hombro contrario.
— ¿Eso existe? — siguió Sunghoon.
— ¿Con mi dinero? — y concluyó Sunoo, colocándose derecho frente a Riki.
— P-Pero... — Jungwon tartamudeó nervioso. — ¿N-No te gusta mi pingüino?
¡No! ¡Odio esa cosa de felpa!
— No me refiero a eso. — respondió. — Me... gusta. De cierta manera, claro, soy alérgico a los peluches y por eso no me gusta tanto.
— ¿Alérgico a los peluches? — murmuró Sunoo.
— ¿Eso existe?
— Claro que sí, hay gente que es alérgica a la pasta de dientes. No te informas bien, por eso preguntas. — respondió Riki, notoriamente molesto.
Sunghoon levantó sus manos en el aire defendiendo ese tono tan irritante del otro.
— Ohh, y-yo no sabía eso, Kinnie. — Jungwon miró decepcionado su peluche, alejándolo un poco de Riki.
Se había puesto un tanto triste con esa información, pero no es algo que una tierna sonrisa no pueda arreglar.
— No acercaré mucho a Garden a ti. — informó el lindo de todos. — Así no tienes problemas con tus alergias.
Sunghoon y Sunoo se miraron entre sí tiernamente por la forma que Jungwon se preocupaba de Riki, a su vez que el mismo tenía una sonrisa incómoda con ganas de darse un tiro en el ojo.
— Serás idiota, Nishimura Riki. — es lo que le dice Sunghoon en un murmullo, con una sonrisa burlona.
— Silencio. — mustió enfadado.
-
amo tanto el wonki :(❤
ESTÁS LEYENDO
penguin teddy ¡𔘓! wonki
Ficção Adolescente─ ¿celoso de un peluche? no seas ridículo, riki. jungwon tiene un pingüino de peluche, al cual ama y cuida demasiado, pero riki está tontamente celoso de ese trozo de felpa y decide deshacerse de él. - ʕ •́؈•̀ ₎ 𝗗𝗘𝗧𝗔𝗟𝗟𝗘𝗦 ' Ꮺ › ( ♥︎ ) nis...