— ¿Esconderlo en mi mochila?
— Yo soy muy torpe, seguramente Jungwon descubra que yo me quedé con él. — Jake entrecerró los ojos un tanto extrañado.
— ¿Todo esto lo haces por... celos? — Jake miró el esponjoso objeto sobres sus manos.
¿Y esa cosa tenía a Riki tan mal?
Definitivamente ese necesitaba terapia psicológica.
— No lo diría así.
— Estás loco, déjame decirte.
— No lo digas de esa manera. Estoy perfectamente bien.
— Estar celoso de... esto. — alzó al inocente peluche. — Eso no es estar bien de la mente.
— ¡Ay como quieras, gótico! Lo que quiero es que lo escondas en tu mochila y no le digas a nadie. Te lo llevas a casa hoy, lo guardas en tu habitación y haces lo que quieras con él. Jungwon lo superará si sabe que se perdió.
Jake seguía con esa mueca dudosa, algo perturbada por todo lo que Riki le estaba pidiendo como si fuese algo de lo más común.
Aceptaría, claro que con una condición entre medio, porque Jake no hacía nada a menos que le diesen algo a cambio.
— Hagamos un trato. — Riki suspiró. — Déjame salir con tu hermana.
— Jake...
— Entonces no hay peluche, se lo doy a Jungwon y le digo todo.
— ¡Bien, de acuerdo, te dejaré salir con Konon! — la sonrisa de Jake fue triunfante. — ¿A dónde vas a salir con ella?
— A unos arcades, acordamos eso hace varios días. — admitió sincero. — Gracias, eh. — pegó una leve palmadita en el hombro de Riki.
El de cabello negro sinceramente no le encontró peligro a ello. Jake y Konon eran buenos amigos, ¿que harían dos jóvenes como ellos a parte de comer pizza, jugar videojuegos y contar chistes malos? Nada.
No le tomó demasiada relevancia y sonrió agradecido de Jake, quien guardó el peluche en su mochila lentamente.
— Te lo agradezco mucho.
— Sí, todo sea por ti y tus estúpidas crísis emocionales. — Jake suspiró, luego de haber colgado su bolso en sus hombros. — En serio deberías de ir al psicólogo.
— Basta, Jake.
• • •
Jungwon llegó al lado de Riki con un puchero y sus ojos llorosos.
Repasa el diálogo. Repásalo.
— ¿Qué sucedió, Jungwon? — preguntó preocupado, acariciando su suave cabellera con delicadeza.
— M-Mi peluche... — su voz sonó rota. — Kinnie...
¡Demonios, va a llorar!
— ¿Qué sucede? — tomó sus mejillas con gran rapidez, algo desesperado por ver esos ojitos indefensos anunciando lágrimas. — ¿Te pasó algo?
— Mi pingüinito... — hizo una pausa para tomar aire. — Garden desapareció...
— ¿Desapareció?
— Ayer tuvimos nuestra pijamada, pero cuando desperté te fuiste y... y mi peluche no estaba. D-Desapreció, Kinnie. ¿L-Lo viste ayer?
Ese puchero mataba su interior. Le hacía sentir tanta culpa, tan imbécil, tan mala persona.
Nishimura Riki nunca se arrepentía de lo que hacía, pero se estaba arrepintiendo de haber escondido el peluche de Jungwon cuando el mismo estaba aferrado a su brazo a nada de llorar. Su mirada llorosa, entristecida, completamente inocente, eso lo torturaba.
— No, no lo vi. Yo pensé que dormiste con él anoche. — mintió. — Pero lo buscaremos y aparecerá, lo prometo.
Promesa es promesa, aunque de primeras haya sido un mentiroso.
— P-Por favor... — Jungwon escondió su cabeza en el cuello de Riki. Éste sintió su acelerada respiración junto a un leve toque de tranquilidad. — S-Sunoo me lo regaló porque... po-porque me cuesta dormir y y-ya no quiero tomar pastillas. P-Por eso me lo regaló, es muy especial para mí, tiene que aparecer, Kinnie.
A Riki se le apretó el estómago, un nudo en su garganta se hizo notar y quería morirse en ese momento, donde la única señal que le dio su cerebro fue darle palmaditas en la espalda al mayor.
— No llores, Jungwon — murmuró en un hilo de voz — Va a aparecer y podrás dormir bien.
• • •
— ¿Lo decapi... taste?
— Sí... creo que así se dice cuando le cortas la cabeza a alguien.
A Riki se le fue el color de la piel.
— ¿¡Por qué demonios hiciste eso!? — gritó exaltado.
— Me dijiste que podía hacer lo que quisiera con él.
— Sí, pero no decapitarlo.
— Jamás especificaste nada. — Riki resopló en una crísis interna que no tenía solución.
— ¿Pero qué tanta importancia tiene ese peluche? — interrogó Konon, sentada en el escritorio de Jake mientras comía un poco de helado que el nombrado sirvió para ambos antes de que Riki llegara a la casa desesperado.
— Ese peluche ayuda a Jungwon.
— ¿Y no pensaste eso antes de dármelo? — el australiano se cruzó de brazos.
— ¡Te juro que no sabía que lo ayudaba a dormir!
— ¿Pueden explicarme qué sucede? — intrigó Konon otra vez.
— Tu hermano quiso deshacerse del peluche de Jungwon porque estaba celoso de esa cosa de felpa y me lo dio a mí. — explicó Jake.
— Aaah, ¿ese fue el peluche que decapitaste para sacarle el relleno y hacer el proyecto de ciencias? — Riki abrió sus ojos grandemente a las palabras de Konon.
— ¿Le quitaste el relleno?
— Sí, lo hice. — contestó como si fuese lo más causal del mundo.
Riki suspiró con fuerza, agarrando su cabeza entre sus manos.
— ¡Demonios, Shim Jaeyoon!
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penguin teddy ¡𔘓! wonki
Novela Juvenil─ ¿celoso de un peluche? no seas ridículo, riki. jungwon tiene un pingüino de peluche, al cual ama y cuida demasiado, pero riki está tontamente celoso de ese trozo de felpa y decide deshacerse de él. - ʕ •́؈•̀ ₎ 𝗗𝗘𝗧𝗔𝗟𝗟𝗘𝗦 ' Ꮺ › ( ♥︎ ) nis...